Noble rima noble.

La nobleza de los berretas es peor que la berreteada de los nobles, que entre nosotros fueron siempre berretas y que ostentan como única diferencia que llegaron antes que nosotros por estas costas con las lacras de otras costas o tuvieron oportunidad de ser obsecuentes y condescendientes antes que lo hiciéramos nosotros que probablemente hubiéramos hecho lo mismo considerando los valores de los activos que se fueron repartiendo a lo largo de la historia con las leyes de sus lado y los curitas que bendijeron las atrocidades que se le adjudicaron siempre a la voluntad divina invisible por cierto pero afirmada en la fe, los costos sociales de oportunidad de las acciones de los berretas con veleidades de moverse en los estrados de las ligas mayores seguramente si se midieran son costos sociales de oportunidad bastante superiores a los costos sociales de oportunidad de las consecuencias de las acciones de los nobles que por error o por omisión pretenden moverse con soltura en las ligas menores de la carestía la hipocresía y la marginalidad, la nobleza de los berretas es peor que la berreteada de los nobles porque en las hogueras de los sacrificios sociales raras por estas costas de servidumbres y subordinaciones, aquellos se olvidan más rápido que estos del lugar de donde proceden y entonces sus fanatismos sus manipulaciones sus venganzas de clase son peores y degradantes comparadas con las otras de los que al menos reconocen las instancias que necesitan de los siervos como en el feudalismo.

Celeste rima rosa.

Una desilusión fue para su papá tan prendado que andaba sin aflojar el viejo con eso de tener un primogénito que heredara no solamente sus habilidades sino también los pocos bártulos que llevaba juntados como el fitito destartalado y el terrenito fiscal recientemente escriturado, una bendición para su mamá que hasta que él llegó gracias a las calenturas del viejo y a la bendición de la virgencita que le concedió que no perdiera el embarazo, tenía que aguantarse las neurastenias y las mamas del viejo todos los días en los horarios que fueran desde los días que la obligara a comprar con los últimos ahorros esas pocas ropas del ajuar del color de los varoncitos y no de las nenas jodió todo el tiempo por entonces, difícil se hizo para él cumplir con la insignia paterna bajo la forma de admonición de amenaza de no cagar donde trabajaba, nunca se caga donde se trabaja nunca se muerde la mano que da de comer el viejo vivía con esas frases hechas que cuanto más borracho y locuaz le salían con más facilidad, difícil se le hizo remontar todos esos turnos largos en las noches especialmente de revisar con el microscopio las partículas de la pasta que cada media hora los obreros dejaban en pequeños pedazos de vidrio que ordenaban sobre las mesadas del laboratorio sobre las que él se pasaba agachado revisando y anotando para que en unos pocos minutos él les diera el visto bueno o las instrucciones de modificar las programaciones de las maquinaras para cumplir con la calidad de los productos que se fabricaban, difícil se hizo para él cumplir con esas recomendaciones que su progenitor le diera, soñaba con que alguno de esos trabajadores en algún momento en alguna noche pudiera adivinar de sus pensamientos pundonorosos con los que fantaseaba, de ser tomado por sorpresa a sus espaldas y que apretado confundido en un abrazo pudiera sentir la fuerza del estrujón de un varón con la rigidez de una erección que lo hiciera temblar que necesitaba así se jugara la disciplina de las horas que pasaba dentro de la fábrica trabajando doble turno, difícil se hizo para él pero no imposible no cagar en el mismo lugar donde se come.

Alto rima bajo.

Volaba alto, nadie tenía la misma puntería ni la prestancia de él cuando agarraba el rifle calibre veintidós lo acomodaba en sus manos lo apoyaba en el hombro y un ojo cerrado y el otro abierto siguiendo la línea del largo caño y la mira ordinaria, disparaba a la bandada de loros que se desparramaba menos el que caía como si explotara una bomba de acuarelas desordenadas como los trabajos que ellos hacían para las señorita de dibujo, desde las ramas de los eucaliptos con dirección al cielo lo más alto posible con cada bala que disparaba compensando las balas que desperdiciaban los otros niños que temblequeaban más que los loros de plumas verdes y amarillas las tardes en la isla mientras el chacarero los dejara mientras no anduviera de mal humor y quejándose de su suerte rondando los surcos supervisando los regadíos para hacer más fuerte la tierra donde crecían las cañas en los surcos, el no buscaba troncos donde subirse ni páramos descampados para prepararse ni se preocupaba si los loros estaban en lo más alto de los árboles o en lo más bajo, él volaba alto, aunque cuando tenía mala suerte y no le pegaba a ninguno de los loros que parecían burlarse de él y de los niños en sus vuelos, volaba bajo mintiendo de sus caserías a los demás que embelesados lo escuchaban cuando volvían al ingenio.

Mentiras rima verdades.

Como reguero de pólvoras corrían las noticias por el ingenio cosa que al mediodía estaban en boca de todos por el boca a boca de los que iban enterándose de lo que decía el único diario que llegaba con el Balut de las cinco y media de la mañana que tenía el recorrido que terminaba en Aguas Blancas, las noticias de ese diario el único diario de una tirada de unos doscientos que se dejaban en el pueblo donde no eran mucho más los que pagaban a fin de mes al canillita, los titulares de ese periódico que después de unos días se confirmaban o se desmentían con los titulares del Clarín y de la Nación que amontonados le llegaban a la librería de Checri una vez en las semana porque viajaban en avión desde Buenos Aires y después en el Balut que llegaba hasta Pocitos, corrían gracias a la chusma y al pregonazo que buscando el equilibrio de su profunda curda de la madrugada andaba cantando a viva voz por el pueblo las novedades lo que en todo el pueblo se sabía porque los que tenían radio y los privilegiados con televisión se ocupaban de divulgarlo unas horas antes, lo mismo esperaban tener esas confirmaciones para seguir con sus vidas y con esas noticias desde el amanecer hasta entrada a la noche cuando lloviera o tronara llegaban las horas de llevar todos los puteríos a palermo o a la sirio libanesa donde los hombres de las familias se mataban en las apuestas del sapo y de las bochas así los anuncios fueran que se venía un golpe de estado o que los que gobernaban lo estaban haciendo muy bien, si era verdad o mentira se sabía en unos días pero la verdad no le interesaba a nadie a ninguno, así fueran mentiras los titulares a la mayoría le encantaba repetir las noticias como primicias.

Habladurías rima chismes.

Los tipos más chusmas que las chusmas de las mujeres se pasaban todos los momentos que tenían para andar de tertulias revisando el espinel del ingenio pasando revistas de las que entre ellas las mujeres del ingenio andaban flojas de matraqueadas o lo que es lo mismo cerca de guampearlos sin consideraciones a los maridos hacendosos que se pasaban de horas extras en la fábrica para que la familia estuviera cómoda y sin apremios de ponerles a ellos los cuernos, los tipos más chusmas que las chusmas de las mujeres que quedaban solas y con ganas de cagar a sus maridos con amantes furtivos príncipes trasnochados que no prometían corona ni nada, se pasaban pasándose los datos para que el mensaje llegara con agilidad al privilegiado en el pueblo chico infiernos grande del momento seleccionado por alguna de las esas calentonas y aburridas, mientras ellas deambulaban de las casas a las ferias de las ferias a llevar a los niños a las escuelas y de ahí a internarse en la peluquería de Blanca que las dejaba como ellas le pedían para andar como dirían los tipos moviéndole el culo a los agraciados con suerte porque no era que se acicalaban para sus maridos sino para sus amantes y galantes galanes, los tipos más chusmas que las chusmas de la mujeres se pasaban de cenáculos en los cortes a la mitad de los turnos cuando descansaban de estibar o de cargar los camiones que se llevaban sus producciones, mientras el cura, con su misericordia de siempre, terminaba comulgándolos cuando le aparecían por la iglesia que era de vez en cuando, después de darles sus maldiciones como ovejas descarriadas siempre les pedía que no anduvieran con habladurías divulgando sus intimidades que se arreglaban con cinco padrenuestros y cinco avemarías un montón de oraciones para ellos que no disponían de todo el tiempo.

Humo rima humus.

En los veranos cuando salía del turno de la mañana llegaba descuajeringado a la casa buscando los cuarenta y cinco grados a la sombra con los que el periodista Grande parecía embromar a los vecinos que a esas horas de las siestas tenían alguna obligación pero además que estaban condenados a escuchar la única a eme del pueblo, le salía humo por todos los orificios y agua por los poros del mal humor que tenía como el humito que se desprendía de las tejas de los techos de las casas alrededor de las cuales no volaba ni una mosca, como no volaba una mosca adentro en la casa desierta porque todos andaban en las suyas y la mujercita dejaba el tendal de espirales encendidos tambaleándose con el aire fuerte de los tres ventiladores ubicados en rincones donde se renovaba el aire pesado para esos zancudos de mierda, humus se le volvían los humos en los inviernos cuando salía del turno de la noche y llegaba enterito buscando el calorcito de su casa imaginando que funcionaba también para los vecinos chismosos que a esas horas estarían sacándole el cuero, ahí sí que le cambiaba el humor porque estaban todos encontraba a los chicos cansados y la jefa lista para irse a la camita a fornicar con él después de andar como esclavo en la fábrica.

Malo rima bueno

Al flaco Marcial le encantaba que le dijeran que era un malandra era como un halago para él que con eso pretendía asegurar varias cosas como el dominio del territorio ese que tanto le gustaba tapizado de alfombras y terciopelos ordinarios comprados en las tiendas de los turcos que cambiaban los descuento por los favores de las señoritas acompañantes y mimosas que lo hacían más por las ganas que por la guita, esos cielos iluminados con focos rojos amarillos o verdes que las mejoraban a ellas y los deschavaban a ellos, para asegurar varias cosas como el chupe gratarola los copas los tragos largos lo licores en inviernos y las alojas en los veranos, para asegurar varias cosas como las ascendencias sus influjos sobre las meretrices que se subordinaban a sus humores y consejos que eran de los mejores porque en todos los casos les significaban una chirolas de yapa, le encantaba las chicas hicieran correr el puterío que era un corsario que se aguantaba estoico las tempestades los infiernos que a veces se armaban en las madrugadas con las catervas de borrachines que se las querían mandar a las minas así nomás sin prolegómenos, un malandrín de esos que andaba dos o tres pasos adelante y que al contrario de la oca no había casilleros para volver para atrás, pero así de malo que era el flaco después de las noches se volvía bueno un pan de dios y de eso el pregonazo se aprovechaba para pedirle sus limosnas de las limosnas.  

Límites rima desordenes.

Cruzan las barreras de las tolerancias los que con sus decisiones cruzan las fronteras de las intolerancias, los que hacen equilibrios entre la dignidad y la indignidad de los que no tienen oportunidades de los que entran y salen del sistema sin oportunidades de los que buscan encajar en algún resquicio del rompecabezas ese que consiste en buscar un lugar en el mundo en el breve tiempo de una vida breve, de los infelices confundidos con la historia aletargados con las historias que les resumen los otros durante cualquiera de sus subordinaciones a lo largo y a lo ancho de los años cruzando las generaciones atravesando las ascendencias, cruzan las barreras de las tolerancias de las intolerancias los que lesionan las identidades rancias y mínimas de sus semejantes los que dejan de lado como si fuera poco el decoro cuando se trata de los otros solamente con el relato que hay que estar organizados y esa organización se hace con ganadores y perdedores con constituciones con los límites impuestos a los límites de otros que no llegaron a tiempo que no estuvieron a tiempo o que directamente no participaron de los acuerdos liminares, de esas declaraciones de principios vacíos que son nada en las oportunidades cuando se salvan a toda costa los privilegios de los que los tienen y se denotan las equivocaciones de los desplazados, hasta que llega el desorden de las revoluciones que aparecen con la intolerancia, en otro lado, de los equilibristas que antes tensaron paciencias.

Ruidos rima silencios.

Temprano ese día la casa se colmó de bullicios de alborotos descontrolados, un revuelo fue la casa desde la nueve de la mañana en punto como lo había ordenado a media lengua y meticulosamente el abuelo Franklin que apenas hablaba después del último derrame que tuvo que lo dejo babeándose con la jeta chueca y la lengua en falsa escuadra, con medio cuerpo inmóvil, aunque le hizo mella en el cerebro al menos eso creían sus parientes directos y políticos que obedientes se aguantaban la espera y lo aguantaban porque balbuceaban que el viejo no había hecho todavía la repartija de los que iba a dejar y no era cosa de sacarlo de sus casillas y se acordara de sus preferencias de sus enconos y llamara al escribano que registraba con protocolos y sellos todos sus caprichos y sus ocurrencias, y las de esos que lo aguantaban con todos estos antojos como este de llenar la casa de parientes que llegaron de los lugares más lejanos de la propia ciudad de las ciudades, como obligarlos a todos chicos y grandes andar con tanto movimiento para sacarse una foto de la familia entera una sola foto para poner sobre la cómoda sobre el aparador del muebles de la cocina donde la abuela maldecía la hora de haberse enganchado con él que siempre hacía lo que quería como ahora que ella los tenía que andar atendiendo con sus pedidos y acosos, desde las nueve de la mañana como hasta las cuatro de la tarde que era la hora que dijo el fotógrafo que lo esperaran, como si fuera fácil mantener a la caterva de indios pequeños que correteaban por la casa grande, esa prole descontrolada de nietos que jugaban a las escondidas por todos los rincones y especialmente por los rincones de la sala preparados para la foto de las cuarenta personas que formaban la familia, muchos ruidos fueron para los silencios que aparecieron luego cuando murió el abuelo.

Poco rima mucho.

Algunas veces era mucho, como reguero de pólvora corría la noticia cuando alguna de las damas distinguidas o no distinguidas del ingenio sucumbía a las propuestas incandescentes indecentes de algún compadre devenido en galán por muchas circunstancias y la hacía pisar el palito fácil del adulterio, por la superficie o a fondo eso no importaba demasiado cuando el pregón se iniciaba alcanzaba con los primeros escarceos así los escarceos fueran mucho más que escarceos, seguramente una noticia que la misma dama encendida por sentirse nuevamente una hembra o devolverle al marido los efectos de una vida de mierda, se ocupaba que le llegue a la amiga más entrañable con la seguridad que esa amiga más entrañable se lo contaría a otra amiga muy entrañable en una cadena de amistades entrañables que involucraban a Juan el carnicero que registraba estas informaciones mientras afilaba los cuchillos que utilizaba para cortar en rodajas perfectas la bola de lomo que le compraban para milanesa,  ufanado porque se trataba de chismes indispensables que le fidelizaban la clientela que le caía invariablemente así los precios estuvieran por las nubes la gente no dejaba de comprarles y con los puteríos tenían la paciencia de esperarlos así estuvieran horas en la cola, a veces era mucho e interminable que en el espacio de una pocas o horas o en el peor de los casos en unos pocos días todo el pueblo supiera de estas historias a veces era poco, cuando la noticia procedía del pata de lana que le confesaba a algún compañero de la fábrica que en cuentagotas lo difundía entre los otros compañeros con pudores propios de machos solidarios con una drama que podía tocarles a ellos tranquilamente con las cantidades de horas entre las normales y las horas extras con las que se rompían, el lomo también, para que sus hijos crecieran sanos y fuertes, en esos caso las noticia corría más lento hasta que llegaba a los oídos de don Giovani el peluquero más viejo que, alargando los tiempos que se pasaba con las afiladas de las navajas para terminar sus cortes americanos cuadrando patillas o los bordes alrededor de las orejas, aceleraba nuevamente la noticia de la infidencia con el cuento que él lo había dicho sospechando cuando la fulanita comenzó a mostrarse con minifaldas y escotes a gusto y piacere de los más finos olfatos para las hembras acaloradas.

Cara rima seca.

En media docena de pasamanos media docena de versiones de esculturas del niño y la virgencita trabajadas en madera y en barro por artesanos invisibles, pero más que diestros, se menaban al mismo ritmo que se menaban los hombros de los hombres más fuertes pintados con pintura al aceite más que las imágenes que cargaban, de los chaguancos y los coyas que protestaban cuando les tocaba levantar esos altares improvisados para andar por las calles en procesiones, porque no tenían relevos y todos se hacían los pelotudos para poner el cuerpo empezando por el curita que no podía darles una mano porque ya tenía la suya de andar repartiendo sacramentos a diestra y siniestra impecable con sus atributos se enjuagaba las manos en un fuentón de plástico que llevaba un sacristán que caminaba al lado, después levantaba sus manos salpicando chorros de agua de bendita a los promesantes eso era todo lo que hacía mientras los otros pobres cargaban con el niño y la virgencita o con su media docena de versiones, en media docena de pasamanos media docena de versiones diferentes del niño y la virgencita rodeados de gladiolos cosechados en el día de la fecha y de docenas de rosarios que le iban poniendo las lloronas y quejumbrosas que no faltaban ni siquiera a los velorios donde lloraban sin parar  como en las procesiones, lo otros yugueaban, ante esas versiones del niño y la virgencita que confundía a los niños que hacían catecismo preguntando porqué tantos niños adorados y porqué tantas virgencitas si lo que después contaban era que en belén apenas alcanzaban a dos con José que los cuidaba, las versiones de los niños y las virgencitas montadas sobre los pasamanos pesaban entonces a los voluntarios, todos chaguancos de los bravos que para entonces se calmaban, más los coyas mutulitos que protestaban murmurando, entre ellos a sus suerte las jugaban a caras y a cecas, entre los que podían levantar esos altares cuando iban y volvían de la iglesia en las fiestas de guardar.

Blanco rima negro.

Los banderines cruzados en las alturas y calles como su fueran un cielo propio las serpentinas que el intendente daba la orden de colgar en cualquier lado en los postes de luz en las barandillas de las entradas de los edificios públicos en las balaustradas da las casas bajas cuando el ingenio era todavía un caserío bajo, en todos lados lado les daban los escenarios donde ellos se sentían como patos en el agua los anunciadores con sus voces amplificadas por parlantes ordinarios que a veces chirriaban y molestaban las audiciones les daban los escenarios esos escenarios que buscaban cada año después del desentierro con la pachamama a favor aunque los truenos y las lluvias llegaran unos meses más adelante para llevarles todo lo que tenían como si fuera el diablo, eran sus territorios donde ellos con sus disfraces de colores chillones ni pedacitos de blanco de fosforescentes colores que combinaban porque no combinaban las camisas de los compadres llenas de flecos y de espejitos redondos en los carnavales pegaban con pantalones del mismo estilo y unas botas con chirimbolos parecidos que se movían al ritmo que se movían ellos que a la vez se movían al ritmo de las chinitas de polleras cortitas, locos se volvían los compadres por agarrar alguna de las que andaban en celo en medio de los jolgorios zarandeando virginidades que ellos interrumpían porque las otras se lo pedían, de tirárselas en los rincones para tocarlas nomás en la entradas y pedir permiso de a poquito de los permisos que ellas les daban y dejarlas que tocaran lo que ellas también quisieran en las celebraciones con los curas en contra diciendo que eran los miércoles de cenizas y eran ellos unos majaderos y unos paganos, mientras los coyas se desparramaban con sus voluptuosidades y disfraces en los corsos, hasta que no daban más y las dejaban gruesas a las chinitas, en esas sí los compadres en unos meses se las veían negro asegurando que esos vástagos no eran suyos sino hijos del diablo de carnaval pasado.

Ventas rima compras.

De a poco los coyas que antes iban y venían hacinados en los vagones de los ferrocarriles de la nación y llegaban al ingenio para las cosechas de la caña de azúcar por obra y arte de las órdenes del ingeniero, se convertían en comerciantes que les hacían de intermediarios a los turcos y a los hindúes que los contrataban para llevar la mercadería hasta los lotes ellos entraban más fácil en la gente y más fácil los convencían que les estamparan las firmas en los papeles para informar los descuentos por planilla, de a poco y de pronto los que antes hacían de clientes iban siendo intermediarios pero la mayoría se quedaba en el centro en el mercado montado frente a la terminal de colectivos por donde circulaba mucha gente, donde los olores de las frituras con grasa de vaca de donde se sacaban las empanadas que se vendían como pan caliente a la gente que hacía los paseos de compras, se mezclaban con los olores de los orines que con tanta gente dando vueltas quedaban mezcladas con las grasas en las aguas estancadas del canal que bordeaba la feria canaleta que no lograba drenar las aguas servidas en tiempo y en forma para evitar los sofocones y los calores sofocantes que caían sobre los predios arrendados por el ingenios a los coyas que ya no estaban más en los surcos, de a poco y de pronto de comprar se volvían vendedores abigarrados en ese predio donde esos mismos olores se mezclaban con el olor fuerte de las especies del azafrán del picante de pollo que fermentaba debajo de las carpas de lona donde cientos de miles de compradores pasaban por día buscando las ofertas por precios que eran la mitad o el tercio de los precios  les ponían a su mercadería los turcos de la sirio libanesa que se aprovechan.

Chicos rima grandes.

Parecíamos de adorno esas tardes en el tajamar cuando los otros esos muchachos y esas chicas que parecían amigos nuestros, pero seguramente no lo eran, se divertían en el remanso cerca de las compuertas que drenaban los camalotes de calas que estaban ahí nomás donde los sapos y las iguanas pequeñas chapoteaban como ellos invisibles al barullo y al grupo en día de campo con las canciones de Palito y Leo Dan de fondo en discos que daban vueltas en un winco que funcionaba gracias a la batería del vehículo, con nosotros al margen que pasando andábamos como otarios mirando solo de testigos de sus diversiones, caminando por ahí entre docenas de eucaliptos y pinos sobrevolados por loros ruidosos, recogiendo palitos secos para prender la fogata que los más grandes hacían en rondas de guitarreadas con las chicas que se derretían susurrando por ellos y se ruborizaban chusmeando sobre cuáles eran sus preferidos, parecíamos pintados a la hora de armar las excursiones al monte cercano o a la entrada de ese monte conocido que servía también en las caminatas para que las chicas se aturdieran más con ellos y ni se fijaran en nosotros, que maldecíamos solo mirándonos, esas ocasiones que perdíamos solamente por dos o tres años que nos faltaban para usar los pantalones largos que quisiéramos y las chombas que se nos dieran las ganas no las que nos daban nuestra viejas que siempre eran ridículas y holgadas, y nos sentíamos todavía peor en esas tardes en el tajamar en el camino de la isla donde fuimos una y otra vez en camionetas del ingenio porque la gorda la mujer del jefe de personal quería engancharla a su hija con algunos de los pretendientes que no eran pretendientes sino unos vivos de esos porque la gorda chica se dejaba manosear como a los otros se les ocurría y le encantaba la franela con cualquiera menos con nosotros que estábamos para mirar, maldiciendo que éramos chicos todavía para andar husmeando en cosas de grandes y menos meternos, de esos que parecían nuestros amigos cuando había que hacer los trabajos que ellos no hacían y que no lo eran cuando llegaba la joda.

Lamentos rima resignaciones.

Apenas se enteraron del suceso que divulgó el lengudo del cabo que estaba de guardia por la instrucción sumarial que le tocó remando con la única Remington destartalada que el sargento no le cambiaba en la única comisaría del pueblo, apenas se enteraron y corrió rauda la noticia por las calles desiertas del ingenio ese domingo a la mañana por culpa de ese sumariante chismoso y también insubordinado porque el deudo en esta lamentable circunstancia era el jefe de personal le pidió exprofeso que fuera discreto porque se trataba de su niño, apenas de enteraron la comadres organizaron un periplo casa por casa, boca a boca fueron avisando, para conseguir las lloronas de siempre como era para todos los velorios más en este que se trataba de un angelito hijo de uno de los patrones que en eso dios no distinguía, apenas se enteraron la comadres fueron buscando a las que ellas sabían que eran las más chillonas, a las que largaban lamentos y gritos desgarradores al aire con la misma facilidad con las que después suspiraban y después de esas compunciones que desgarraban el alma para tomar aliento y entrar en los chismes de la noche cuando el fiambre quedara solo,  a las que eran conocedoras de las justas palabras que se decían a viva voz como eso de porqué señor te llevaste a un almita tan pura será para tener en el cielo después del purgatorio otro angelito y todas esas cosas, a las más conocedoras de todos los avemarías y todos los padrenuestros que el cura les decía que había que rezarle a un alma que se fue sin las extremaunciones y todas esas cosas, apenas se enteraron se agolparon a la entrada de la casa donde estuvo el velorio, pero el viejo todavía compungido las sacó carpiendo, pálido y resignado les dijo que eso  lo que ellas hacían no le devolverían a su hijo.

Mentira rima verdades.

El problema no es qué nos mienten sino qué creemos sobre lo que nos mienten para mantenernos disciplinados dentro de las reglas que sirven para sostener el sistema esa amorfa entidad que según lo que dicen nos sirve a todos que es así porque si bien es cierto que no existo sin el sistema también es cierto que el sistema no existe si no existo, el problema no es cómo nos mienten sino cómo tomamos esas mentiras cómo las procesamos para hacerlas verdades relativas cómo las tomamos cómo las tratamos cuando las incorporamos en los aconteceres cotidianos donde nos mienten y mentimos aunque digamos lo contrario porque cómo estamos es la medida de cómo mentimos, el problema no es dónde nos mienten sino dónde dejamos que no mientan que lo vamos haciendo en todos lados después de ir transitando negaciones que marcamos como fronteras y que en estas cuestiones de las mentiras somos nosotros mismos entonces las cuestiones son qué cómo y dónde me miento como me mienten como les miento a los que les miento para que no terminen de ver de buscar o de encontrar las verdades, el problema no es por qué nos mienten sino porqué aceptamos las mentiras o porqué dejamos que nos mientan cuando nos acercamos a eso que nos dicen mentime que me gusta, el problema no es para qué no mienten sino para qué dejamos que nos mientan tal vez con la remota presunción que nos sale mejor ser parte o ser una mentira que la autenticidad con la que alardeamos solamente desde el lado del relato que nos hacemos o de los discursos que les damos a los que están cerca, el problema no son los que nos mienten probablemente sea más bien el problema o de la solución que es parte del problema, tal vez solo somos una o más mentiras de distintas layas de distintos portes.

Pobres rima ricos.

Los pobres votan por los ricos cuando tienen las sensaciones que su abolengo ha mejorado considerando las mejoras en sus ingresos y por lo pronto algunas mejoras en sus patrimonios, los ricos votan por los pobres cuando tienen las sensaciones que su abolengo su alcurnia su linaje ha desmejorado considerando disminuciones de sus ingresos y por lo pronto en algunas disminuciones de sus patrimonios, se convierten en pobres o en ricos intermedios inventan adjetivos y adverbios para eso, y den la impresión que nunca se dan cuenta que los gobiernos más pobres que ricos alientan en ellos las sensaciones les generan expectativas que son más ricos que pobres y que los gobiernos más ricos que pobres hacen al revés alentando en ellos generándoles las expectativas las causas de sus cooperaciones las sensaciones que son más pobres que ricos porque les aumentan los impuestos y las alícuotas de los impuestos y les reducen subsidios que con estas reversiones son impuestos alícuotas subsidios que quedan entre los verdaderos ricos lo mismo que cuando hay gobiernos que privilegian a los pobres las disminuciones de los impuestos y los aumentos de subsidios no les llegan porque les llegan a los pobres verdaderos, viven estos pobres ricos o estos ricos pobres entre sensaciones adjetivos y adverbios.

Mucha rima poco.

Y de a poco se va perdiendo con los años la capacidad de asombro y con ello se va perdiendo la candidez las capacidades de soñar de que son posibles días diferentes de que son posibles los porvenires como alguna vez se les llamaban a los futuros si se tenían las expectativas de tener algunos, y de a poco se va perdiendo esas alegría que al principio era mucha que brotaba  al mismo tiempo que brotaban los signos vitales de la existencia propia, y de a poco se va sabiendo que además de lo que se quiera está los que quieren otros, pero que esto no es el inconveniente porque al final estamos juntos, que lo que importa y lo que cambia la vida es lo que quieren o lo que no quieren de los demás los que no aparecen los que pasan por este mundo como patrones de un universo que no les pertenece pero que compran progresivamente con dinero, ellos sí tienen planes armados con los esquemas donde los roles están cantados, y es ahí en esos puntos donde interesa que se vaya perdiendo la capacidad de asombro donde se vaya tomando como naturales acontecimientos que poco tienen que ver con ser naturales o regulares o normales, porque no hay revolución ordenes subvertidos que no partan de un asombro y de las reacciones que trae el asombro o las acumulaciones de asombros, y de apoco se va perdiendo esa predisposición que cuando se empieza era mucha.

Fuerte rima débil.

Parecía que creciendo se hacían más fuerte los muchachos y más burlistas que nunca, era de mariquitas andar metiéndose en los juegos de las chinitas que andaban con sus muñecas y sus casitas, pero no era de mariquitas tocarse el culo en las formaciones de la escuela Dorrego mientras la directora maldecía a los infernos con sus propios infiernos a cuestas, o tocarse el culo entre varoncitos durante los juegos de soldados que hacían sus guerras en los patios de las casas grandes o en las inmediaciones del campanario de la iglesia donde se conseguían varios escondites que oficiaban de refugios cuando empezaban los tiroteos de mentirita, andar manoseándose aprovechando la timidez de los amigos tímidos en medio de barricadas cuando comenzaban los falsos enfrentamientos los aguantes en las trincheras que simulaban las trincheras de las películas de guerra donde aparecían David Niven, Dean Martín y los otros, que ni se despeinaban en medio de las peores batallas o de los peores bombardeos que les traían con las polvaredas las mejores mujeres que los rescataban porque además de bellas eran hábiles enfermeras o asistentes en los hospitales de campaña, era de mariquitas andar metiéndose en el juego de las niñas pero no había nadie que los pare a los maricones más grandes del grupo que aprovechaban para apurarlos y reírse de los más chicos de los más debiluchos como para defenderse o andar contestando las cargadas, siempre de la misma manera, cuando se renovaban los miembros de las barras de la esquina de Florida y Paulina en el ingenio, era de mariquitas cargaban los más grandes a los más chicos eso de andar jugando a las payanas o a las rayuelas o al arroz con leche, pero no era de maricones mandarse la parte con los más chicos.

Frente rima atrás.

Incorregibles los intolerantes aparecen una y otra vez no se toman vacaciones salvo cuando ellos quieren como si el hambre y la marginación se suspendiera hasta que ellos vuelven retornan de sus vacaciones, aparece una y otra vez por los zaguanes de la historia y convencen a su núcleo duro de seguidores que es un núcleo duro de bobos que se encandilan con pasar al frente en eso que nunca pasaron ni pasan ni pasarán al frente porque ni siquiera les sube agua al tanque como para darse cuenta que los otros siempre esos incorregibles los usan de forros para que les paguen y financien sus excedentes que son las sumas de lo que les sobra a ellos más lo que les sobra a los demás y que ellos se apropian gracias a las leyes que ellos mismos recitan en sus congresos y hacen respetar por sus jueces adictos, incorregibles los intolerantes se nutren de los más tolerantes de las resacas de las estructuras sociales residuales donde se mezclan más cosas que sus propias culturas, esos aguantan porque se estiran como goma en épocas de vacas flacas en épocas de vacas gordas, y disponen y mandan y aconsejan eso sí aconsejan lo que cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta que se puede remediar de otra manera pero que ellos corrigen a sus propias maneras, consejos que apuntan a confirmar las condiciones de infelices permanentes y obedientes de patroncitos que miran mal y andan de admoniciones si los molestan en sus apacibles existencias mientras no se los joda porque si no se arma la rosca y lo que parece que funciona es un paso al costado, dan vuelta dejan atrás.

Fuerza rima indiferencias.

La señorita Pilar se mataba para enseñarnos el himno nacional que ni en broma nos salía porque de tan dicharacheros no le dábamos bola porque sabíamos que al final en los actos que eran no más de media docena en el año, los importantes como el de San Martín, el de Belgrano y el del éxodo jujeño y uno pocos más, alcanzaba conque nos pusiéramos duros como nuestros guardapolvos almidonados y moviéramos las bocas mientras los demás cantaban en serio, ella se preocupaba y nosotros nada para que la directora panzona bigotuda y de pelos enrulados mirara a la abnegada profesora con gestos de aprobaciones como si nos hubiera domesticado a nosotros que éramos los peores alumnos o le agradeciera las horas que por lo menos nos borraba del mapa de los recreos donde armábamos desbarajustes, la señorita Pilar se mataba por enseñarnos el himno al Sarmiento la canción de la aurora y la marcha de San Lorenzo que tenía un ritmo más divertido al menos que la otra, esa que sacaba de nosotros unas lágrimas en esa parte que decía y en su pecho la niñez de amor un templo y nosotros decíamos la puta madre que había que tener tiempo o inspiraciones para escribir de esa manera tan clara tan contundente la niñez de amor un templo ha levantado u en el sigue viviendo, la señorita Pilar se mataba por enseñarnos el pericón y un par de gatos además del minué que intentaba enseñarnos a bailar en cada una de las celebraciones que pasamos mientras anduvimos por la Dorrego, y nosotros nada, ni siquiera entendíamos porqué teníamos que andar bailando cosas de tiempos pasados y que además eran bailes y canciones de la chusma o de las altas sociedades de otras épocas.

Charlas rima entregas.

Vagas charlas eran livianas tertulias en las que medíamos las posibilidades que nos bajaran la caña en la educación cívica del cura Martínez que aprobaba solamente a las chicas que sabían menos que cualquiera de nosotros y así supiéramos un montón de esa cantidad de cosas que se desesperaba por meternos en la cabeza duro como era porque se notaba a la legua que él también las aprendía por ahí porque era español recién llegado y quisiera fijar esas leyes en su cabeza, concilios de tigres merodeando a las hembras eso eran nuestras reuniones en los recreos en las largas jornadas de las yutas que nos hacíamos cuando se juntaban las horas libres con los hartazgos del director García que cada vez que nos mandábamos una nos daba un sermón no menor de media hora una cagada un sermón había que aguantarlo con ese tilde de profesor prolijo y rompe pelotas, frívolas conversaciones en las que hacíamos pactos de amigos de sangre con promesas pegajosas de no fallutearnos nunca de respetarnos en los códigos de no entregar compañeros que se copiaran o tuvieran éxito con la utilización de los machetes que escondían en las solapas de los guardapolvos o en rollitos minúsculos de papel como burdas reproducciones de papiros de momias resucitadas, palabreríos de amigos eran nuestro conciliábulos que eran más abundantes que las veces que nos juntábamos como para cumplir con las consignas de clase, hasta que cayó la intervención en la municipalidad y alguien dijo que se había acabado la joda ahí nuestras juntas se pudrieron, cada vez peor a medida que los milicos comenzaron a pesquisar en los recreos.

Cambio rima cambio.

Al final de todo así se venga el cielo abajo después de esta tormenta después de esta malaria que lleva años que el mango no alcance para nada esa desgracia de andar gastando del patrimonio que tampoco es mucho no es para andar cacareando aunque sea el patrimonio de toda la vida ni de andar cantando victoria cuando se saca un poco la cabeza después de estar hundido, los bancos que cierran y las noticias de los titulares de los diarios que no se entienden pero que seguro que resumen malos augurios no es para tomárselo a pecho, mientras se pasa el infierno de andar desocupados de no conseguir ni siquiera changas para ganarse un conchabo, y no es cuestión por eso de andar perdiendo las composturas como para dar que hablar a los Pérez Aguirre, que ellos sí son gente de la chusma gente sin abolengo que caga más arriba del culo que tiene, no gente como uno que por lo menos tiene las adidas nuevas casi sin uso para ir y cambiarlas por medio kilo de tallarines amasados en las casas todos apelmazados y una docena de medialunas que las comadres solidarias ponen a disposición en los mesones de los trueques cada jueves cada sábado a la mañana que se llena porque hay mucha gente carenciada y no hay circulación de dinero porque se lo llevaron esos corruptos que el pueblo ya les ha dicho que se vayan todos, al margen del sistema adentro del sistema, adentro y afuera de eso tan ordenadito que llaman sistemas y que no es más ni menos no atrasarse en las cuotitas por más que sean unas cuotitas que permitieron comprar el televisorcito la licuadora cambiar la siam destartalada, al final de todo así sean los apocalipsis se pasa de estar arriba para irse debajo o de estar abajo y andar rasguñando arriba.