Friday, February 28, 2014

Imberbe rima barbudo.




De pollo nomás que era de andar escondido en la pollera de mi madre que como andaba preñada me sacaba corriendo diciéndome que era un grandote como para andar prendido a sus batones y que podría ocuparme de otras cosas, de imberbe nomás que era no podía explicarlo por esos días y no sé si lo habré explicado, pero sucedía, la mina me tiraba línea, me aflojaba la tanza de su caña, por donde nos topáramos que eran diariamente y al menos cuatro lugares, la escuela, las plazas donde caíamos a las salidas del colegio o en las horas libres, y la parada del colectivo donde coincidíamos esperando en colas que a veces eran largas que a veces eran cortas, la mina se jugaba con miradas esquivas, insinuaciones tenues de tenues sonrisas, de otras actitudes como para que yo me diera cuenta que ella se daba cuenta de los que ambos nos dábamos cuenta, que eso que nos pasaba era en principio una fuerte atracción que mutuamente sentimos, aunque por la época en la que ni siquiera nos salían las palabras como para darnos un explicación de eso, la mina me junaba, ahora, cada vez que me decidía y resuelto avanzaba para romper con esos raros estados de hibernaciones que pasaban todo el tiempo, algo pasaba, generalmente, algún otro varoncito, una amiga, un profesor como excepciones, un mancebo menos impúber que aunque todas las veces un poquito mayor, que con aires de príncipe, se me adelantaba y la desconcentraba de tal manera que ella suspendía en un instante la magia de unos minutos antes de glorias y paraísos, esos instantes infinitos que pasamos cerca para no pasarlos nunca más porque nunca más nos vimos, de imberbe nomás que era no podía explicarlo por esos días, pero sucedía, de tener lo que no se quiere, de no tener lo que se quiere, como si el mundo confabulara contra uno y todos anduvieran en esas confabulaciones, de querer los que no se puede, de poder lo que no se quiere, de querer lo que no se tiene, de tener lo que no se quiere, de lampiño nomás que era anduve así mucho tiempo, hasta que me hice un barbudo, pero entonces cuando tuve barba ella ya no estaba.



Thursday, February 27, 2014

Ajadas rima tajadas.


Las hojas amarillentas de las actas no servían para nada si se borraba con el codo lo que se escribía con la mano, cuando lo llamaban de la administración con el cuento de informarle de las nuevas modalidades de los contratos según estaba redactado en los memos que le mandaban, el carancho Melitón Vázquez, ya sabía de los términos de las discusiones y de dónde iba a pararse para secar los mejores resultados para los obreros y empleados del ingenio y para él mismo que ponía la cara, después de todo si ellos se manejaban con el teletipo que con golpecitos y con agujeritos y escritura binaria servían para que los patrones se pasaran todos los puteríos, el también tenía su mensajeros de carne y hueso y tenía sus fuentes y más confiables porque las sedes regionales apenas les llegaban las indicaciones de la secretaría general del gremio, ponían un auto que andaba toda la noche unos quinientos kilómetros llevando un par de compañeros peritos que sabían al dedillo de las trampas de los convenios, más en los tiempos de los milicos que no eran como los políticos que eran mentirosos y marrulleros, estos que eran de una sola palabra y mal gestados eran peores, así que cuando lo llamaban de la administración el carancho Melitón Vázquez ya iba preparado con su propios argumentos, como fue la vez que le informaron que la empresa tenía que hacer una limpieza grande en toda la fábrica, de infiltrados comunistas que envalentonaban con discursos de proletarios y ponían caliente a la gente que hablaba de reforma agraria de repartir la tierra y todas esas boludeces, que la limpieza consistía en un operativo con gendarmería con salvoconducto judicial por supuesto para levantar como cuatrocientas almas de todo el pueblo y llevarlas hasta la cárcel de Villa Gorriti bajo el cargo de averiguación de antecedentes, y después de más o menos unas semanas, dejarlos en libertad para que vuelvan de nuevo a sus lugares, y hagan correr la bola que con el proceso de reorganización nacional no se juega, y él les decía que entendía y que prefería que eso no quedara registrado en los mamotretos de los libros de actas del sindicato en esos papeles ajados llenados con actas que nadie revisa después y no sirven para nada que con las palabras era suficiente, que si los muchachos hacían un viaje como ellos decían eso nada más como para que nada más les pintaran los dedos, que él estaba conforme como para que les sirva de escarmiento, porque los más jóvenes son unos zurditos que son medio iracundos con el partido y que no les pase nada como dicen que les pasa en otros lados, y que cuál es la tajada que el saca de todo esto.


Wednesday, February 26, 2014

Sucios rima limpios.


El carancho Melitón Vázquez los defiende todas las veces en las reuniones del sindicato de obreros y empleados del ingenio, a sus amigos el chaguüanco Juan el señor de la tembeta y el mataco Pedro simba de pura cepa, más ahora que unos criollos ricachones compraron la finca Calilegua, y en el primer informe del boludo, el jefe de la oficina de contratación y relaciones laborales, aparecieron retratados justo como no son, no ellos solamente, sino todos sus compadres y sus comadres, vagos e indolentes, que por ahí lo puso, a eso de los chaguüancos y los matacos en el informe, porque está prendido con los contratistas que juntan coyas por su propia cuenta y orden en la Quiaca, y a ellos los alaba a esos que significan tres o cuatro trenes por cosecha que vienen hasta el soronogo de bolivianos, además de los mangos que le tiran los del almacén grande, donde a estos pobres infelices los empernan bien empernados con una bicicleta, un par de colchones, una linterna, dos mudas de ropa de grafa y unos machetes que después les descuentan por planillas y en los recibos siempre, hijos de puta los mismos machetes con los que cortan las cañas de ellos, todos los descuentos antes de los seis meses, antes que se vuelvan para sus pagos, el carancho Melitón Vázquez los defiende todas las veces en las reuniones del sindicato de obreros y empleados del ingenio, a sus amigos que no se van como los otros porque viven en las laderas de los cerros, tranquilos, donde no molestan a nadie, es que sabe bien que no los quieren porque no se meten con nadie, con la excepción de los carnavales cuando se prenden con los coyas a darle al pim pim aunque sigan panchos con sus vidas, pero ellos se mantienen al margen, no le piden nada a nadie pero tampoco andan repartiendo lo que no tienen, se machan con chicha y andan en las carreras, inclinados unas veces erguidos otras veces, entrelazados al compás de esa danza que los transporta, no es que sean vagos pero ellos se acostumbraron con los ingleses a las cosechas de los citrus, a levantar hectáreas y hectáreas de naranjas y mandarinas y pomelos, y ahora quieren mandarlos a agacharse como monos en los surcos con el culo para arriba por jornales de mierda, dice el carancho, y siempre termina de la misma forma, que les pide a los compañeros que no los discriminen que no se hagan los blancos si todos son unos morochos de mierda, que ellos se llevan bien con los coyas, que la única diferencia que tienen es que los chaguüancos y los matacos son impecablemente limpios, mientras que los otros son unos sucios unos hediondos, como las coyas que no se vayan en todo el carnaval, esas que copulan a diestra y siniestra con los mandinga.


Tuesday, February 25, 2014

Bailes rima farsas.



Bien temprano un grupo de matacos hasta el tronco, prueba coplas llamando a sus hembras al desentierro del carnaval que ya empieza, ellas dan de embrujadas con sus danzas en los montes, ellos esperarán, los muertos que andarán de visitas se prueban sus disfraces y los mozos sementales, se engalanan con pantalones negros, con camisas blancas, y binchas rojas por la sangre que se derrama, y binchas marrones por la tierra que se trabaja, y las coyitas, hediondas después de días de no llegarse hasta el río se alborotan, ya con el baile llegarán, a bañarse como tata dios manda, los hombres también, cuando terminen las ceremonias todos se bañarán, las coyitas se alborotan en contorsiones juveniles que les brotan de las caderas, en las tetas sin sostenes debajo de las blusas holgadas, en los espasmos que les van con los repiqueteos de los pim pim, de las cajas y de los bombos legüeros que prestan los santiagueños, y con los sonidos chirriantes que les llegan de las quenas y los temimbí, como silbidos de las corzuelas en el monte, las coyitas hediondas, pero con sus caras bien lavadas con el agua que corre del surco por la acequia que atraviesa el lote, se amontonan a la entrada de Prediliana, para festejar los carnavales, con la pachamama se irán, con los permisos de los tatas, vigiladas por las comadres que enhebran vidalitas, las coyitas se amontonan a esperar a sus coyitas, que estarán durmiendo sus monas, las coyitas se alborotan y mueven sus polleritas cortas, sus enagüitas con las que esconden sus ganas, de andar tomadas por los mismos demonios metidos entre sus piernas, allá de donde el calor baja más que el calor que baja en los cañaverales en las peores horas de las cosechas, las vírgenes son las más calentonas, ellas ya no se aguantan las ganas de andar siendo en sus cautiverios, de entrevero en entrevero en el pim pim que se arma, de sirviñaco en sirviñaco cuando termine el entierro, a esperar que sus coyitas las ciñan de la cintura, las amañadas también quieren los suyo, con los propios con cualquiera, las panzas llenas de changuitos que llegarán, las ganas no cesan con los bailes que empezarán, con las manos en sus cinturas, amagando a los compadres, las coyitas, saltando avanzarán.

Monday, February 24, 2014

Chicos y grandes.



La maldita, y querida  luz blanca, encendida al mismo tiempo con la bola de cristales en el centro de la pista que daba los efectos de giros, la maldita y querida luz blanca deschavando un millón de pelusas en pulóveres o remeras, en pantalones Oxford de pana o de corderoy, o lo que es peor aún la maldita luz blanca poniendo al descubierto los vestigios de caspa diseminados al infinito sobre los hombros, la maldita luz blanca alumbrando dentaduras blancas también dando el efecto tren fantasma en esas especies de esqueletos bailando, haciendo brillar lo que es mejor aún debajo de los pantalones de hilos muy finos debajo de las blusas de gasas transparentes de sedas traslúcidas las bombachas minúsculas y los corpiño de las niñas descuidadas, entonces no hubo nada escrito pero la frontera de separación era una línea mal dibujada en torno de los veinte años, antes de eso la sumisión la subordinación a las reglas de juego que en esos ambientes nunca fueron claras, el más débil humillado ante el más fuerte, el más imberbe callando y aprendiendo del experto en noches sicodélicas haciéndoles los mandados yendo y viniendo con los tragos largos y las cervezas, los chicos atendiendo a los grandes, después de eso, la entronización en esos estrados donde todo se hace más fácil donde la subordinación es de los otros de los novatos que entran al ruedo, las autonomías la acción sin proscripciones, eso de hacer lo que se le cante al tuje, los grandes atendidos por los chicos, todas las veces los grandes nos hicieron lo mismo en las milongas de comodín se chamuyaban las más lindas que fascinadas, grandes y chicas, se encolumnaban se alineaban, eso era lo que más bronca nos daba, de a docenas de amigas entregadas calentonas y predispuestas, abandonándonos, dejándonos al costado en esos tráficos de franelas, de fumatas, de chupe a discreción, que comenzaron inexorablemente los viernes a las noches, llegaron a su cenit los sábados gloriosos y repetidos, y terminaron los domingos antes de las doce de la noche con los presentes apremiados por las lujurias cálidas o gélidas de las jaranas y las obligaciones laborales de ese lunes también repetido y también funesto, todas las veces los grandes nos hicieron lo mismo en las milongas de comodín se chamuyaban las más lindas que hipnotizadas, grandes y chicas, se acomodaban a las apretadas en las bandas de música lenta que ellos mismos presionaban que se hagan, coimas en vaquitas de billetes arrugados para darle propina al disc jockey de turno, todas las veces nos hicieron lo mismo trajinándonos con mandados y encargos todas las veces nos hicieron lo mismo humillándonos bajándonos las estimas, todas las veces hasta que cumplimos los veinte.


Sunday, February 23, 2014

Miedo rima valentía.



Muchas veces salimos o entramos corriendo del embudo convencidos de tener a Gume detrás nuestro pisándonos los talones, a esa criatura brusca detrás de nosotros que veíamos de lejos de vez en cuando los días que pasamos por la puerta del conventillo donde vivía, recluido allá lejos al final de un largo pasillo angosto, impregnado de olores pestilentes por las aguas servidas, sentado en un cajón destartalado de vino o de cervezas, fija su mirada hacia adelante, con su joroba que parecía del tamaño de la cabeza y una cara que no veíamos muy bien por la distancia y por las quiscas que negras como espinas que era su pelo tapaban gran parte de su cara, las manos grandes, deformadas y cruzadas sobre sus piernas también hinchadas, por eso más que al él que veíamos en esas oportunidades, corríamos con el corazón en la boca porque temíamos que nos pasara lo que se decía que pasaba con él cuando agarrara a alguno e hiciera lo que no supimos muy bien que haría, porque en realidad las historias de él nos llegaban de las bocas de nuestros progenitores, de encocorotadas, y furiosos, después que los hacíamos transpirar la gota gorda con algunas de las cosas que se nos ocurrían, entonces nos llovían las amenazas, con él, que aparecía en medio de maldiciones y discursos sobre ir al propio infierno o estar condenado a la ira de Satanás y de otros demonios, muchas veces salimos o entramos corriendo del embudo convencidos de tener a Gume detrás nuestro pisándonos los talones más en las mañanas temprano cuando cruzamos para ir a la escuela o en los atardeceres con tiempos libres de andar en la calle hasta tarde, le teníamos miedo, aunque nunca llegamos saber. si era un pan de Dios o un Damián reencarnado, miedo a que nos alcanzara y nos tomara desprevenidos por el hombre desde atrás, y la valentía que nos imaginamos que teníamos cuando jugábamos poniéndonos en los papeles de los héroes de las revistas que leíamos se borraba de un santiamén y el desasosiego nos invadía, por eso corríamos al grito del primero que advertía su proximidad más en broma que en serio, esa es la verdad, aunque más pavura que a él sentíamos pavor por lo que decían los iracundos de nuestros precursores lo que nos haría, hasta el día que nos dimos cuenta que ellos, más que molestarse con nosotros, se molestaban con los momentos cuando se nos ocurría volver a casa, sin avisos previos, apariciones repentinas nuestras en momentos que ellos aprovechaban para hacer lo que a nosotros nos dijeron eran porquerías.


Saturday, February 22, 2014

Conocer rima saber.


Convocados por el mayor Arenas, las autoridades del Rotary Club dijeron saber de lo que estaban hablando, que ellos lo vienen advirtiendo de unos meses a esta parteen editoriales de las radios en los periódicos y en cada una de las reuniones a las que van, más que a otros lados a los colegios a entregar los premios a los mejores alumnos, del avance del comunismo en América y del necesario desmantelamiento teniendo en cuenta las tradiciones éticas y culturales de la gente del pueblo discursean cuando las ocasiones se presentan, que además reciben confirmaciones de lo que dicen, de sus sedes centrales norteamericanas que les envían gacetillas por encomienda donde estos temas se explican al detalle, claramente cómo quieren imponer esta ideología que no se condice con los principios propios.
Después del apagón dijeron no saber muy bien de los que estaban hablando, que ellos estaban de acuerdo que se detenga a las personas en averiguación de antecedentes, porque no hay dudas que todos somos hijos del rigor dijeron, pero que no están de acuerdo con las privaciones no legítimas de la libertad, que corre por ahí que las detenciones se hacen sin intervenciones judiciales y entonces además de extraviarse los papeles o los expedientes han comenzado a perderse los rastros de las personas, de todas maneras ratificaron las razones de las luchas porque los focos de los del ERP y montoneros son muchos, al menos es lo que comentan, porque en el pueblo solo hay murmullos y chismes. 
Convocados por el mayor Arenas la autoridades del Club de Leones, las directoras de las escuelas, los jefes policiales, los presidentes de los clubes de futbol, los secretarios de los sindicatos, la autoridades del ingenio, como los del Rotary Club, dijeron saber de lo que estaban hablando, una veces, y otras veces dijeron que estaban confundidos que no sabían muy bien de lo que estaban hablando, que a ellos no les termina de constar, que eso que dicen de la guerrilla sea cierto, que la gente se queja porque no vuelven los que fueron detenidos, que no entienden qué tantos antecedentes si por acá todos se conocen.
Una veces sí, otras veces no, convocados por el mayor Arenas que les repite lo mismo, que los focos de subversión están en las fábricas, metidos en el fútbol disimulados detrás de las melenas que les ocultan la cara a los jugadores, y en los surcos más o menos, porque los coyas de la única revolución que entienden es la de matarse laburando para juntar plata y tener lo que tienen.

Convocados por el mayor Arenas los representantes de las instituciones tuvieron que escucharlo, que él conoce muy bien de los que están hablando, lo sepan o no lo sepan ellos.

Friday, February 21, 2014

Mejor rima peor.


De pronto comenzaron a llover las propuestas en la las bocas de profesoras de literatura o de historia, poco de Platero y yo la una poco de Carlomagno la otra pero del concilio vaticano en Medellín mucho, particularmente de esas materias aunque no fueran las únicas, que además de profesoras como minas estaban más que buenas con los parámetros con los que entonces medíamos las dotes femeninas, además de los anteojos que ambas usaban que les daban un toque en sus caritas picarescas las tetas el culo las piernas, particulares fijaciones que unificaban todas nuestra sugerencias de impúberes más perdidos que encontrados por nosotros mismos, de pronto nos comenzaron a llover las propuestas anunciando revoluciones, ideas, armas, luchas incansables, las llegadas de mundos diferentes con menos ricos y menos pobres, jugadas en el monte tucumano y en las ciudades a la espera de las necesarias respuestas del pueblo, de pronto en las clases nos contaban que nosotros éramos la encarnación la esencia de esas subversiones de los ordenes establecidos, mejores a los ordenes establecidos anteriores, los beneficiarios de porvenires de amaneceres que vendrían en las manos de los héroes y mártires predispuestos a inmolarse por nosotros, nos explicaban que sustentaban esas aspiraciones de tipos que no veíamos pero que todos comenzamos a conocer también en la boca y en los discursos de esas profes infartantes que además se vestían con aires e intenciones de sensualidades que a nosotros no derretían y nos predisponían a escuchar sus consignas, casi a inmolarnos con ellas, también de pronto comenzaron a aparecerles los maridos, algunos profesores como ellas, otros, melenudos desalineados que las buscaban en los patios de las salidas, aunque lo mismo nos enganchaban con las promesas de reuniones clandestinas que según las lenguas de los más avispados de nosotros, podían terminar con alguna de esas profesoras de fiesta con un grupo de nosotros, en lujurias de madrugada después de lecturas ligeras del capital o del discurso del che en la OEA, de pronto nos invadieron, irrumpieron sin permisos de ninguna naturaleza pero por cierto con nuestro absoluto consentimiento, en la vida de nosotros para contarnos de la revolución que llegaba, el cambio popular de la reforma agraria y de la guerrilla urbana, y algunos de nosotros nos anotamos en esas convocatorias de buscar por el medio que fuera las transformaciones de la sociedad en gritos de que el fin justifica los medios a poco más de tres años de los incendio en París, de pronto las profesoras que estaban buenas comenzaron a perderse a faltar primero de las clases después ya no se las vio más en el pueblo, y quedaron los maridos que no nos inspiraban de la misma forma que ellas, de mejor a peor al último quedamos solos, hasta los años que vino el proceso de reorganización nacional, entonces nos dimos cuenta que nos habían utilizado nomás que de carne de cañón, del cañón de esas minas que estaban buenas, a algunos de nosotros esas chances le costaron caras, inmolaciones solitarias de esas princesas que nos inspiraron.



Thursday, February 20, 2014

GRANDES RIMA CHICOS.


Mientras los grandes duermen sus monas en siestas apacibles, desmayados en colchones estropeados afirmados mal en elásticos también destartalados, después de mañanas agitadas que estresan, los hombres en las fábricas colmadas de ollas grandes y de otros tamaños que por lo general llaman calderas y de sartenes que llaman pailas que alimentan de costado los trapiches las válvulas las tolvas para hacer millones de quilos de azúcar, y las mujeres en las cocinas abarrotadas de ollas y de sartenes para hacer los pucheros y los estofados que calman además del hambre los fríos de los inviernos intensos, mientras los grandes se duermen en sus laureles en noches después de las lujurias peligrosas y carnales, porque no ha bajado la comida en digestiones interrumpidas por eso, de amores a los tumbos en aposentos desinfectados con lavandinas y lustra pisos y adornados con ajuares amarillentos por el paso de los años y la mugre acumulada en placares abarrotados, los chicos, que crecen rápido, que se van haciendo grandecitos sin que los grandes se den cuenta, deambulan por zaguanes por rincones varios, corredores ensombrecidos y pasillos lúgubres, descubriendo por cuenta propia lo que los grandes callan o dicen que son porquerías aunque lo hacen como quieren por lo menos las veces cuando ellos los espían, los chicos entretenidos, ajenos a las obligaciones laborales y domésticas, concentrados en manos y piernas que se mezclan, los varones con urgencias imparables en erecciones repetidas y húmedas avergonzados de eso que se mezcla con la ternura las ganas el afecto y un buen par de tetas o de caderas torneadas que a ves las mujeres grandes madres y vecinas les muestras con caras de desprevenidas o sorprendidas, y las mujeres inesperadas hembras en medio de las infancias de las que no salieron todavía, con calores que por lo menos suben una vez por mes allá entre las piernas, con sangrados que las madres explican al dedillo de su razón de ser menos de las maneras de higienizarse o de contenerlos, al contrario de lo mal que explican o directamente omiten, de las virginidades que la niñas  entienden que tienen de repente, en las miradas de los hombres grandes en las salidas de las fábricas.


Wednesday, February 19, 2014

Andando rima remando.



Unos Oxford en tela de vaquero par de remeras colorinche y zapatos con plataforma, estuvimos empilchados a tono con lo que nos propusimos hacer, entusiasmados comenzamos, con nuestra primera experiencia fuerte, sin mayores que nos marcaran las canchas, decidiendo por nuestra cuenta sobre nuestros accidentes y nuestros venturosos destinos, con el tres ce ve era cuestión de llenar el tanque con nafta y mirar la varilla del aceite, no descuidar la aguja de temperatura en el tablero ovalado y calibrar en veinticinco las cuatro ruedas y la rueda de auxilio, creímos con Fernando cuando partimos con el rumbo desconocido del chaco, allá nos largamos una tarde calurosa del verano del setenta y dos, como dos gigoló recién bañados perfumados y facheros a la altura de la belleza de las damas que veríamos en el destino, con el tres ce ve era cuestión de ponerlo a una velocidad de crucero de cien kilómetros por hora en la ruta treinta y cuatro y subir el cuarteadero en segunda y a cuarenta, una pendiente pronunciada como de dos kilómetros con una curva en altura y peligrosa al final, donde no solamente la rana donde viajamos parecía quejarse desde el corazón de su motor de unas seiscientas cilindradas y más de treinta y cinco caballos de fuerza, sino también y en especial, los motores de los camiones que cruzamos a paso de hombre con unos conductores enjutos y circunspectos que era mejor ni mirarlos para no sacarlos más del quicio en el que iban, que se notaba, potenciaban los torino y los chevy, muy pocos, que a ellos y a nosotros nos pasaban como postes, ni pensar de tocarles bocina como cargándolos, ni hablar, porque era una marcha tan lenta que los tipos fortachones no tenían ningún problema en parar y ahí nomás agarrarse en peleas como para entretenerse, sacarse el tedio, y olvidarse que unos metros después de la curva tenían una balanza de vialidad nacional que casi en el total de los casos les significaban discusiones con los empleados por sobrepeso y lo que era más común, por las coimas para las cuales si bien iban con las billeteras preparadas, los presupuestos variaban con las fronteras entre provincias donde policías panzones y coimeros cambiaban a valores más rápido que la inflación, con el tres ce ve era cuestión de parar en unas cuantas de las estaciones de servicio que pasáramos, para sacar pacientemente con un trapo rejilla los bichos de todo tipo incrustados en el parabrisas, cumplir las secuencia de la nafta el aceite y el agua calibrar en veinticinco y seguir, creímos con Fernando cuando fuimos pasando las horas con el rumbo desconocido del chaco, allá se nos hizo la noche en el desierto de la ruta dieciséis y el tres ce ve hizo pof pof como que se empacó el motor no anduvo más y se quedó en medio del camino, ahí dejamos de creer con mi amigo en lo placentero del viaje, y comenzamos a empujar el autito hasta monte quemado, como a tres kilómetros, donde capotaron todos los méritos de ese auto resistente, ahí dormimos una noche a la intemperie gracias a que unos paisanos que nos acomodaron una cama destartalada donde tuvimos que acomodarnos debajo de una higuera, y pudimos relajarnos un poco ya que incómodos con frío por el sereno de la noche nos pasamos con los ojos abiertos como un par de lechuzas que desde lo más alto de ese árbol contemplaban la nada, al otro día un mecánico nos cambió un par de bujías y continuamos ese viaje, ahora roñosos desalentados y desaliñados, los oxford las remeras colorinche arrugadas y las plataformas que cambiamos por alpargatas, todavía teníamos como setecientos kilómetros de páramos, para llegar a ver a las princesas de Nora y de Sonia, al amor además de andarlo hay que andar remándolo.


Tuesday, February 18, 2014

Vueltas rima recompensas.


Solo una vuelta, nada más que un vuelta que para ellos no es nada, mucho empeño aunque costara ensuciarse, aunque la réplica fuera ligar algunas maldiciones, por la mugre de la ropa más que por la mugre de la cara, palabrotas de Blanca de Eufemia, por esa inmundicia que fuera una mezcla de grasa con combustible y aceite, de esos manchones que salen de la cara y las manos con puloy y unos cepillos de cerdas que lastiman la cara, mucha obstinación aunque hubiera que aguantar las quejas de esas viejas en batones, que se van en decir que esas sí son vueltas para ellas, que cobran poco y trabajan todo el día, que lavan la ropa jabonando y refregando en esas tablas corrugadas con relieves, eso es lo que cuestan las manchas de la ropa, mucho tiempo fregando con panes de jabón, en rollos parecidos a los rollos de grasa de ellas mismas que desbordan a las alturas de sus cinturas perdidas,  unos pocos rulos nada más, que dejan tirantes los abotonados, más sometidos a pruebas con grandes pechos apenas insinuados en esos escotes mezquinos, mucho trajín para ellas y mucha tenacidad en ellos, justo para eso para dar una vuelta no más, conseguida con permisos de progenitores permisivos, eso que pagan las sirvientas en bocas de comadronas aburridas, sin muchos prolegómenos ni declaraciones esos niños los niños haciendo exactamente lo que quieren, mucho encaprichamiento, mucha insistencia en apenas una pizca de sus días en que estuvieron juntos, cuando fueron amigos o lo que fueran los pequeños, los pequeños eso mismo, un anfitrión y el otro de visitas que se pasaron horas y horas, con las manos embadurnadas de grasa, ajustando la cadena y la bujía de esa motito destartalada, esa motito que no les arrancara así le dieran a docenas de patadas al arrancador que tira la chispa para que ese motor de explosión se encendiera, como quisieron y pudieran subirse y andar por lo menos una vuelta, una vuelta dispensados de las empujadas, que los someten a cargadas y burlas de los que miran y además los ponen en evidencias que no quieren, allá a pesar de ellas se pasaron en cuclillas destornillando y atornillando en la entrada del carburador, o del filtro de la nafta, viendo la forma de arrancar ese aparatito que resiste las intervenciones de los dos entusiastas pilotos, esperando esa explosión milagrosa que les devolviera el ronquido exangüe de ese pequeño motor, para eso nada más que para eso, para pasar por esa esquina donde dos niñas hacen como que juegan a las muñecas, pero que miran de reojo cada vez que ellos pasan, qué si pasaran con la motito en marcha, una vuelta solamente una vuelta en el reducido espacio del tiempo de ese día de ese fin de semana para tener la recompensa de esas miradas, porque el lunes tienen que estar de nuevo en el internado, y allá son todos varoncitos menos dos que algunos dicen que son mariquitas.


Monday, February 17, 2014

Fríos rima calientes.


El par de tías circunspectas y correctas sin consortes, que el papá que dormía sus monas en siestas y noches que se sucedían sin remedios ni remedos identificaba como solteronas, se mostraban en esos mismos lapsus las mantillas bordadas con sus madres que aconsejaban que los hombres aunque molestos sirven para apagar calores, en sobremesas donde entre bromas y en serio repasaban sus suertes para enganchar maridos, en ese pueblo tan chiquitito donde los solteros escaseaban y las infidelidades estaban a la orden del día, ellas chismoseaban, en los inviernos tomando café cinta azul o franja blanca y una copitas de anís, en los veranos unos mates y unas limonadas que les bajaban las temperaturas que subían con sus tristezas a sus cabezas frías, porque no faltaba que una de ellas comenzara a recordar los despechos de los que fuera objeto y derramara unas lágrimas por ello maldiciendo al mismo demonio, era común y repetido escucharlas, en medio de los comentarios de las técnicas de bordados e hilvanes que usaban, de los dibujos y colores elegidos en los Para Ti que compraban, según fueran los modelos de mantas elegidas, que iban de posa vasos a cubrecamas para cunas y coches, conversaciones que se mezclaban y que quedaban resumidas, en que estaban quedando para vestir santos, lo que quería decir que no tenían a nadie pero a nadie para apagar los calores que decían sin las atacaban en ocasiones en confesiones de murmullos, mientras ellas se mostraban sus encajes, las niñas en zaguanes y otros rincones de las casas descubrían sus escalofríos y sus corrientes íntimas, dejándose abrazar que les pusieran manos mientras ellas las ponían, sin rechazos por muchachos que entre sus piernas buscaban con fuerzas y sin cansancios lo que ni sabían qué buscaban y a veces ni encontraban, resolviendo las niñas en refriegues y contactos, esas aventuras que las niñas y las madres no explicaban siempre con respuestas que de eso ahora no se habla, eyaculaciones rápidas que apenas terminadas, disimulaban poniendo caras de inocencias, las niñas tomaban lo que les llegaba las tías se lamentaban sin buscar de llenar sus corazones y sus ganas.



Sunday, February 16, 2014

Buenos rima malos.


Clementes fuimos o tenemos que haber sido, aunque otras veces inclementes allá en el cine teatro en las guaridas que tuvimos en la loma cuando jugamos a las escondidas en el embudo cuando fuimos caminando a Prediliana, con nosotros entre los otros, sin que supiéramos decirlo, nos encantó despistar a los que creímos que nos sondearon con eso que hay que portarse bien para tener un premio y si hay mal comportamiento no hay ni chances ni premios, atentos aunque con él, todos coincidimos en chuparle las medias sin saber muy bien lo que eso significaba, nos hicimos los serviciales con él que era el dueño de esa escopeta tan importante para nosotros aunque fuera un aire comprimido calibre veintidós como él nos decía, nos hicimos los sensibles porque la verdad es que cada una de esas veces más hicimos de interesados que de inocentes ayudantes de él que fuera el héroe del grupo, chupándole las medias, y repetimos lo que escuchamos de los mayores después que maldecían a otros por las obligaciones, por la falta de dinero para el vacaciones, por nosotros por el entorno maldecían de las mismas maldiciones los mayores hablando mal de otros y nosotros los maldecíamos por lo bajo a ellos porque nos saturaban y nos asustaban sus gritos, sus escasas tolerancias el tufo del vino tinto saturando sus gargantas saturadas también de humo y de tabaco, los castigos y las penitencias y todas las represalias que de ellos procedían cuando nos tuvieron que marcar las diferencias, cuando tuvieron que hablar mal de sus compañeros de trabajo para después retractarse o mostrar la otra cara en la emergencias de verlos apenas después de maldecirlos, en especial de aquellos que ellos decían hacían todo lo que en patrón decía como si fueran sirvientes, todos coincidimos en ser condescendientes con él para que al menos nos diera la oportunidad de cargar con ese rifle con el cual nos sentimos uno de los buenos o malos del John Wayne del río bravo o del John Wayne de la diligencia donde los malos terminaban muriendo todos y los buenos conseguían lo que se proponías, donde los buenos salían adelante y los malos quedaban en el camino, esas películas que vimos en repetidos matinés donde fuimos, una y otra vez, no solamente por Wayne, sino para hacernos los pícaros y palpitar con el ritmo del corazón que se nos ponía en la boca con las miradas de las niñas que parecían más distraídas que nosotros pero que a veces se mostraban también interesadas en desviar sus miradas, a nosotros que soñamos ser como esos seres lejanos allá inmensos en la pantalla cuando se plegaban las cortinas inmensas de terciopelo rojo vino, todos coincidimos en ser jenuflexos para que él no permitiera cargar por un segundo ese rifle cuando fuimos tantas otras tardes a la isla, cruzando cañaverales como se cruzaba en las selva o como si fuera el desierto como si fuéramos Lawrence de Arabia, caminando por los surcos sin despegarnos del grupo hasta llegar a ese monte de eucaliptos donde solamente él disparaba a los loros más para espantarlos que para matarlos, todos le dijimos todas las veces que pudimos, si quería que nos diera el rifle para tenerlo mientras él descansara se fumara un cigarrillo de esos que alguno llevaba envuelto en un pañuelo guillados a madres distraídas, cuando en realidad lo que quisimos era cargarlo, para disimular apuntando a blancos invisibles para creer que tiramos con la puntería de John Wayne en cualquiera de esas docenas de películas que después contamos por la mitad porque trajinamos por los pasillos todos, todo  el tiempo tratando de entender si entre las sombras ellas se fijaban en nosotros como nosotros no fijamos en ellas, así como hacían en la películas, de buenos que se quedaban con las minas más lindas y de villanos que terminaban solos y mamados o muertos.





Saturday, February 15, 2014

Fiesta rima obligaciones.



Los niños hicieron ronchas en todos los carnavales donde estuvieron, con sus imaginaciones volando a miles de kilómetros por hora delante de lo que pudieran volar los presupuestos de sus padres para pagar por todas sus ocurrencias, como avispas encocorotadas en enjambres pululaban por los corsos de la avenida Libertad, iban y volvían desfilando por las franjas de asfalto habilitadas para el desfile, por ahí apretados con las gentes que colapsaban las cuadras que se desplegaban desde la administración hasta el hospital del ingenio, con todo el pueblo volcado en las noches del carnaval grande del carnaval chico y del entierro de la pachamama los niños dieron para todo, resolviendo sus propias distracciones en comparsas de indios con gorros en perfiles de dragones de cartones cortados al centímetro, trabajados con celofanes de colores que pintaban más para colores de plumas de papagayos y enhebrados en todo el símil de sus cuerpos, con lentejuelas flecos multicolores y vidrios cortados en pedacitos con corta vidrios especiales, lagartos con ojos encastrados de cartulina negra más la reproducción de una cadena de blancos dientes en sus bocas abiertas con el detalle de largas lenguas también de cartones forrados en celofanes rojos dieron con los aspectos que ellos querían, de lagartijas avispadas y encendidas en las cabezas de cada uno de esos pequeños neurasténicos, disciplinados en los desfiles que se hicieron con las dificultades conocidas de la gentes empujando, de las otras murgas y comparsas queriendo aparecer, para jurados que nunca se identificaban pero que los locutores localizaban en los palcos y en nombres de personajes importantes y conocidos del pueblo, los niños les sacaron el jugo a todos los carnavales donde estuvieron, con sus uniformes de paños de raso o de satén adornados con organdíes bordados y flecos más de indios americanos o de indios imaginados por ellos o por las madres de algunos andando con ellos, que de indios de la propia aldea, los carnavales calaban hondo en sus tiempos, más mucho más de lo que calaban sus obligaciones escolares, como las de aprender la tabla del cuatro o del sujeto y del predicado.

Friday, February 14, 2014

Travesuras rima aventuras.



En los tiempos en que anduvimos con los índices pegados en los botones de los timbres de las casas de las dos o tres manzanas que fuera nuestro mundo por entonces, un universo que a veces ampliamos con programas a la loma o a la casa de piedra, en esos tiempos en que anduvimos pegados en los botones de los timbres para salir corriendo en bandadas de chicos como si fueran bandadas de loros asustados por los tiros del calibre veintidós del Jorgín que fuera el más corajudo de nosotros, embromando a propósito las siestas de los viejos y de las viejas renegonas que cuando nos pillaban nos corrían para que por lo menos se nos pusiera el corazón en la boca por unos minutos y nos dejáramos de joder con esas cosas y enfiláramos a la pantalla cerca ya de los cañaverales que eran nuestros escondites de última, en los tiempos en que anduvimos con los pulgares y los índices sujetando sutilmente clavos grandes que apoyamos en las cubiertas de las ruedas de los autos estacionados cosa que si salían para atrás o para adelante quedaran pinchadas la cámaras, para que los dueños se quedaran varados y maldiciendo hasta que cayeran los auxilios, para salir corriendo en bandadas de chicos como si fueran bandadas de gallinas asustadas y entregadas con los gallos en los gallineros apestados de hitas que todos teníamos en nuestras casas familiares, embromando a propósito las tardes apacibles de los viejos y los viejas que cuando nos pescaban por lo menos nos pegaban unos gritos amenazadores, intimidándonos en que terminaríamos en tribunales de agentes panzones en comisarías desiertas sin presos sin presupuestos o en tribunales familiares que cada uno de nosotros conocía y que por lo menos determinaban las condenas más letales que las de la misma policía, como las suspensiones de los permisos y las dispensas, en esos tiempos no distinguimos maldades de bondades en esos lances donde sí nos dimos cuenta que unos por esas barrabasadas se nos reían y otros explotaban de las iras.

Thursday, February 13, 2014

Profesiones rima condenaciones.


Las recomendaciones de la odontóloga tenían un resultado inmediato en los pacientes que la seguían pero esos mismos encargos caían en saco roto si se trataba de ella, eso que si las oportunidades son pocas las esperanzas tienen que multiplicarse tirando siempre las postas de curaciones posibles para corregir cuadros imposibles en los dientes y en las muelas, sus dotes profesionales surtían efectos inmediatos a los peregrinos aquejados de dolores de muelas confundidos con infecciones de oídos medios o sangrados de encías que atendía por montones, en jornadas que atravesaban todo el día porque defendía ante su marido que estaban en la época de juntar para la casa propia el auto y todas las comodidades que vienen solamente con el dinero, las recomendaciones de la bella dentista tenían un resultado inmediato en los pacientes que día a día venían a verla unos con desganos como los niños traídos por madres o tías autoritarias o abuelas prepotentes otros con entusiasmos como los más veteranos ilusionados con prótesis que les devolvieran las sensaciones dejadas atrás de masticar como dios manda cualquier comida especialmente si es carne y es tierna, o las sensaciones de reírse también como corresponde a geta abierta, pero esos mismos encargos caían en saco roto si se trataba de ella cuando llegaba su paciente elegido, un musculoso y rubio jugador de fútbol que además tenía la dentadura con mínimos problemas, ahí en transmutaciones a las horas que fueran la doctora se transformaba en mujer se transformaba en yegua se transformaba en una puta cualquiera apenas terminado el trámite de dar instrucciones a la recepcionista de no molestar y de asegurar discretamente la empuñadura de la puerta de acceso, y allá el otro tendido como un mancebo en el sillón reclinatorio con la lámpara de luz potente haciendo cálido ese ambiente limitado a un haz de luz determinado, sobreactuando su oficio la hembra desabrochaba la cremallera todas las veces que pudo y se metía y se sacaba de la boca esa cosa inflada que acariciaba suavemente mientras se iba poniendo ella misma en posición para que el otro también jugara con su manos, sus recomendaciones caían en saco roto porque de esas fogosas sesiones era la parte que más disfrutaba y no interrumpía ni siquiera si una llamada del marido en el celular de emergencias salía al aire con la información que los niños quedaron en el colegio o con alguna otra de las rutinas cotidianas, días pasaba con una mano atendiendo ese celular maldito con ringtone sonando en hora inoportuna y con la otra acariciando eso que con tanta efusividad buscaba en el otro y el otro concedía perdido en sus limbos, en encuentros que terminaban en copulaciones desesperadas y rápidas sobre camillas o sillones o escritorios, ahí recién la odontóloga, condenada a esos placeres, volvía en su papel de disciplinada y firme, a recomendar a sus pacientes que a la boca hay que cuidarla.


Wednesday, February 12, 2014

Magias rima maldades.


Y entonces los que se portaron mal y se quedaron de grado o no le hicieron caso a la señorita de matemáticas con las tablas o a la de castellano con los sujetos y los predicados, esos mismos que no comen lo que las niñeras les cocinan con el presupuesto que les dejan sus papás o se meten los dedos en las narices para sacarse los mocos aunque renieguen las mamás, esos pijoteros que se encaprichan para que los tengan alzados todo el tiempo o les sigan comprando chupetes a los cuatro años que guardan en filas debajo de almohadas, esos mismos que les habrán mentido a los reyes magos en su cartas y habrán puesto mucho pasto y agua para sus camellos como una forma de aflojar con lo que tienen que estar llevando como cargos de conciencias, cargos que además refuerza el cura Keyner en las clases de catecismo que comenzaron justamente con el comienzo del verano, y entonces esos atorrantes no habrán tenido las bicicletas que todos se pusieron de acuerdo en pedir como regalos, esos mismos a los que les habrán traído otros regalos pero no bicicletas, porque los reyes tienen que considerar el tamaño de los juguetes y los méritos o desméritos de los niños para armar las alforjas que transportan en los camellos que no se ven como a los magos que pasan, porque a la mañana temprano apenas quedan los restos del pasto ya seco y los recipientes de agua que aparecen vacíos, esos mismo no andarán con ellos pedaleando y en barra por todo el pueblo, y entonces los que se portaron bien como ya pasó se comenzarán a portar mal porque los que no tuvieron sus bicicletas no entran en los paseos y los que las tuvieron pero no son del grupo de amigos tampoco no entran, salvo que ese, al que le hacen caso, que anda diciendo por ahí que los reyes no son los reyes que el sabe bien quienes son los reyes magos, les dé el visto bueno de malo nomás que es.


Tuesday, February 11, 2014

Premios rima castigos.


Solidaridad con el prójimo y la sociedad suenan a colofones buenos y a un buen pretexto para comer un buen asado o atragantarse con un chupín de bagre bien rociado con vino tinto una vez cada quince días, eso tiene sus recompensas, al doctor le deba perfecto ese pinet de gauchazo como fuera de andar repartiendo remedios al costo personal de ponerse en boca de los dueños del ingenio de ese hospital del ingenio o sea al costo de ellos que hacían sus presupuestos y además sacaban de sus bolsillos para los gastos, que además eran los dueños del almacén del cine teatro, de los predios de los dos clubes deportivos, de la antipalúdica del hospital, de la lechería de la perfumería y además del correo porque pagaba el personal aunque fuera de otra empresa y corrían con todos sus gastos, servir para que sirva se vociferaba en las reuniones periódicas de la comisión, aunque por lo bajo y en solitario el cristiano sostuviera que la plata la pongan los que la tienen que para eso la tienen sino para qué sirve, la daba la talla al doctor, acostumbrado a las gauchadas de cobrar sus honorarios en especie, una gallina por un diagnóstico de gripe fuerte, lo mismo alcanza aquello con lo que se sueña, un techo propio un auto último modelo como el chevy, un chancho después de haber prescripto para cuerpear con remedios brujas y yuyos una tos convulsa, y así se fue haciendo popular con la gente, servir sin retribuciones a la comunidad donde se vive a la zona un lugar de mucha pobreza juntada con mucha riqueza desparramada en hectáreas y hectáreas sembradas con caña de azúcar, justo donde se está dentro de una región en el interior de un distrito que está formando parte del mundo de ese mundo más chico donde los radicales se pelean con los peronistas desde que pasaron los líderes que uno se murió y el otro se tomo el buque o mejor dijeron la cañonera, servir y sirviendo por el boca a boca para hacer las colectas y juntar frazadas en los inviernos y provisiones en las inundaciones estivales, tener ese honor de haber entrado por la invitación de un amigo a ese grupo de distinguidos señores visto bueno sometido a votación y haber llegado a presidente, toda una distinción, que en un par de meses se convirtió en el trampolín perfecto para llegar a la intendencia, servir sin propagandas ni barullos más allá de las fronteras de la política aunque cada uno tenga su corazoncito, y el doctorcito fue el presidente por un tiempo y cosechó dos o tres diplomas de las autoridades del distrito, aunque después allá por la intendencia tuvo que dejar la presidencia, aunque por sus ideas de luchar por los pobres entró en desgracia con los dueños de la empresa que le dijeron que viera que reconsiderara sus posiciones porque si no se les da la mano y se toman del brazo los infelices, o sino que luche por los pobres con la billetera de él, que la solidaridad con el prójimo y la sociedad tiene sus límites porque si no se abusan como se abusaron con el que no está con el que te dije, eso tiene sus premios, al doctor le deba perfecto ese pinet gauchazo como fuera, pero también tiene sus castigos.

Bien en la madrugada del golpe de estado al doctor lo metieron preso así nomás sin previo aviso, con la proclama del juez refrendada por escribano, que el orden constitucional prescribió hasta nuevo aviso, y aunque hacía rato que ya no fuera presidente del club de leones llegó a su domicilio un carta conceptuosa donde le comunicaron que además, dadas las circunstancia, que no era más un león le leía su consorte en la primera visita, que le aceptaban la renuncia, una renuencia que nunca había enviado.

Monday, February 10, 2014

Comunicados rima comunicaciones.


Comunicado Nº 1: Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones, en la sede local del distrito regional de la cuarta jurisdicción del Rotary club del pueblito jujeño, la honorable comisión directiva estaba conformada por unos pocos turcos de la sociedad sirio libanesa juntados con media docena de criollos todos del personal jerárquico del ingenio que con el movimiento industrial les daba de comer a todos, y a unos cuantos comerciantes más, y alcanzaban estos pocos cristianos para cubrir cada año y llenar como correspondía las actas correspondientes, un presidente un vice un secretario y un revisor de cuentas, que en realidad eran cuentas que nunca se revisaban porque eran ellos lo que ponían de sus bolsillo mes por mes, para cubrir los costos fijos de sus partidas de póquer una larga por cada fin de semana del mes, porque a las reuniones de todas las siestas para coquear y hacerse de una partidas rápidas de sapos las pagaban ellos mismos, o sea solamente para eso y para los premios científicos a los alumnos de los últimos años del primario y el secundario consistentes en un par de sendas medallas con la leyenda del Rotary un diploma de honor y un pasaje ida y vuelta a la ciudad más cercana para un día de paseo, una vez por año, así que les alcanzaban la colectas, con lo que quedaban nomás los registro cuando recibían partidas especiales de otras instituciones o de sus sedes centrales para inundaciones sequías y otras desgracias que casi nunca se daban en el pueblito por culpa de los zurdos que están en los surcos y las fábricas.
El veinticinco de marzo de mil novecientos setenta y seis las autoridades de esa honorable comisión directiva entregaron una comunicación institucional previamente sugerida al mayor Arenas interventor militar del municipio un comunicado agradeciendo su intervención para la pacificación y repeler la acción de la guerrilla apátrida.
En julio del mismo año, después del apagón, no emitieron ninguna.



Sunday, February 09, 2014

Tristezas rima alegrías.



A nadie le interesa la historia del gordo Juan Sebastián, si comenzó a babear o no, si duerme si se desvela o si se curó del empacho, si eructo aprendió a decir ajó o quedó pelado cuando le pasaron la cero, si comenzó a babear o no porque le molesta ese diente de porquería que viene rompiendo las encías o los mocos cuando se enfría un poco o las picaduras de los zancudos que no le hacen asco a los espirales, si fue por eso por todas esas cosas por una cosa, o porque comenzó a comer el puré de papas que le hierven en la cacerola que explota, o porque comenzó a enchastrarse con el puré de calabaza o con el puré de zanahoria que le irán haciendo cada vez hasta la próxima vez cuando cambie de nuevo, como cambió de la teta al yogur firme de una, para que él además de comer se embadurne la cara y las manitos por las dudas a alguien le queden dudas que tiene apenas la mitad de un año, a nadie le interesa la historia del gordo Juan Sebastián salvo a la madre, que cada vez que lo trajina de un lado para el otro porque al man le gusta andar de brazo en brazo todo el día, el tipo anda como pancho por su casa y la otra transpirando la gota gorda haciendo malabarismos con casi diez kilos de peso encima y encima en los btazos, a nadie le importa la historia salvo a la madre que se babea más que él aprendiendo a ser lo que es ser mujer sin haber dejado de ser niña antojadiza igual que él que toma sus juguetes y va de un lado para el otro en la casa con esa especie de auto que tiene, a nadie le interesa la historia de las alegrías de ese niño que mira a su papá como recriminando qué le hace ese chaboncito cada vez que lo bate como si fuera un licuado guardado en cubas para salir a cocteleras como hacen en el boliche donde trabaja, cuando lo tiene que cuidar  porque no hay nadie más que lo cuide y lo entra a sacudir como si con eso el nene se calmara, a nadie le interesa la historia del gordo Juan Sebastián más que a esos y a los abuelos que se babean más que lo que se babea él, porque les hace gracia todo el tiempo como si supiera firme que son dos boludos que con un poco de circo hacen lo que él precisamente quiere, a nadie le interesa esta historia, la otra abuela los tíos que tiene los compadres amigos que son todos los vagos amigos de su padre o las comadres amigas de su madre que andarán chusmeando por ahí diciendo que qué lindo es tener un  gordo así, a nadie le interesa así que se tendría que suponer que cuando lo sepa se pondrá muy triste, aunque por ahora a él también le interesa muy poco con que le interese a los otros, no le intres que no les interese a nadie, con lo que tiene le alcanza, a nadie le interesa la historia del gordo Juan Sebastián menos a él que la pasa bomba.

Saturday, February 08, 2014

Confesiones rima profesiones.


Fin de semana de por medio, austero en sus elecciones y de muy mal gusto, el cura Martínez reflotaba las pilchas de civil, colgaba la sotana por un par de días, y empezaba el tiroteo en el bajo, una zona de la ciudad que visitaba donde se juntaban las meretrices comedidas, en los inviernos alrededor de los braceros a cuenta de uno cada cinco puertas de los cuartuchos que alquilaban, y en los veranos con sus carnes libres y desparramadas en reposeras, que no solamente lo esperaban a él sino a la cantidad importante de todos los varones que como si fueran un enjambre de avispas enojadas, daban vueltas como eligiendo la mercadería, fin de semana de por medio, austero en sus elecciones y de muy mal gusto, el cura Martínez se calzaba su pantalón de poplin marrón oscuro una camisa de talle grande y una campera azul que en minutos le daban el aspecto de un parroquiano más de los tantos que iban y volvían de su iglesia, y salía emperifollado a pasarse unos días de jarana con los fondos que iba juntando con las limosnas que le dejaban, hacía tiempo ya que había conseguido la bendición del obispo, para distraer parte de esos fondos a necesidades personales le dijo el dignatario ajeno a los destinos inconfesables de esos billetes ajados pegados con cinta scotch y de docenas de nominaciones más manojos pesados de monedas mezcladas y también de distintos valores, y empezaba y terminaba entre sábado y domingo el tiroteo en el bajo con una carnosas mujeres que lo tenían como uno de sus mejores clientes.

Hasta el día que unos de los fieles lo descubrió uno que lo visitaba seguido en los confesionarios así que bien se conocían, en el mismo lugar de las trabajadores sexuales, lo que no pasó a mayores, ni el fiel dijo nada ni el cura se rectificó de nada, lo único es que desde ese día el peregrino se sentó en la primera fila, y el cura Martínez redujo los retos que daba en los sermones a todos los que tacaños medían sus propinas.

Friday, February 07, 2014

Mala praxis buena praxis.


La mayoría de los que vivían en aquel pueblito y la mayoría de los que vivían en los lotes miserables y adyacentes, esos mismos que salían todas las mañanas con el sol apenas despuntando, en unos casos con toda la familia contadas las guaguas momificadas y cargadas en rebozos de lino o de alpaca fijados en media docena de enaguas la chuspa el picote de la falda y la faja, atados a las espaldas de sus madres las coyitas, contadas las guaguas a cuesta derecho a los cañaverales donde todos ayudaban con el cupo de la cosecha del día que servía para juntar el jornal para el anchi, en otros casos todas las mañanas también después de las sirenas del turno de las cinco, de las trece o de las veintiuno, solitarios esos sí para entrar en las fábricas por los molinetes donde por azar unos tipos grandotes los palpaban por las dudas, y comenzar sus producciones para ganarse el tanto para el puchero, y en otros casos los de más arriba, los últimos casos, los jefes el personal fuera de convenio los supervisores, sin los recordatorios de los pitos de las escupidas del vapor contenido a presión en las largas chimeneas o de los chacareros cabalgando por los surcos como urgencias, caminaban pavoneando con sus blancas camisas de hilo fino almidonadas con prolijidades que marcaban las diferencias entre las mujeres hacendosas de ellos, con camisas como esas y pantalones de poplin en los veranos y las mismas camisas y los mismos pantalones con calzoncillos largos abajo en los inviernos y un pulóver por cierto que más que liviano, porque en las oficinas contaban con aires acondicionados o ventiladores o en inviernos con calefacciones con sistemas centrales o con estufas directamente, todos circularmente haciendo lo mismo de andar abriendo la boca y hacer correr versiones como serpientes de lenguas ponzoñosas vivían protestando en los sindicatos de obreros y empleados denunciando mala praxis de los médicos del hospital de los empleados del almacén grande donde compraban todo, convertidos en un grupo de puritanos protestones con derechos representados por secretarios generales que se sentaban de igual a igual con los dueños de la empresa, como si se tratara de cuidadores de la profilaxis del pueblito.
La mayoría de los que vivían en aquel pueblito se convirtieron después de un golpe militar y de estado, y de ser protestones pasaron a ser soplones, mala praxis de parte de ellos.

Thursday, February 06, 2014

Uniones rima desuniones.

Indefectiblemente comenzaban a juntarse los viernes, organizando comidas de pizzas por metros y masivas porque eran muchos cuando se juntaban las dos familias y había que dar de comer a toda esa jauría de niños hambrientos y molestos que en número de ocho más cuatro que eran ellos daban una mesa para atender como la de los apóstoles con más hambre del que tuvieron esos santos en su noche de la última cena, es que compartían simpatías y afectos ganchos de mimos, porque además de ser vecinos los hombres cabezas de sus familias trabajaban en el mismo taller de mantenimiento de la fábrica, y el amor por los hierros y los mecanismos de engranajes y rulemanes los unía en conversaciones largas y medulosas, de horas y horas sobre los tableros donde con portaminas escuadras y transportadores proyectaban en dibujos y precisiones de geometrías que también les encantaban, o arrodillados en los rincones de la fábrica donde se reparaban las maquinarias, tornos trituradores y tornillos especiales para los trapiches, insistentemente los mediodía de los sábados los esquivaban con las comidas porque los chicos con el motivo de la vecindad tan pegada del otro lado de la tapia hacían sus programas todo el tiempo juntos en las veredas o en las plazas cercanas de una calle en un pueblo donde no había circulación de vehículos, y se entretenían y las necesidades de gastronomías se atendían desde cada una de las casas de cada familia, las madres porque ellos trabajaban en la fábrica por turnos y los turnos de los sábados en zafras se terminaban a las trece y sábado después de las comilonas las siestas eran sagradas como hasta las seis de la tarde cuando comenzaban de nuevo las iniciativas que se deban como programas comunes de las dos familias, inminentemente los sábados a las noches se resolvían en asados pantagruélicos porque los jefes de familia aprovechaban para empanzarse de maruchas y chorizos y morcillas y tomarse unos buenos vinos, porque los domingos en zafras eran de francos largos con la excepción de las emergencias para las que tenían a unos cuantos obreros leales que les resolvían los problemas hasta que los ingenieros llegaran después y aunque estuvieran con dolores de cabeza por la resaca, en esas conversaciones cuando quedaban solos fantaseaban con sus mujeres dotadas de buenos culos de buenas caderas y tetas y bromeaban sin que ellas lo supieran si la mujer de uno hubiera sido la del otro y si la del otro hubiera sido la de uno, sanamente, lo aclaraban entre ellos cuando alguno se pasaba en alguna de las consideraciones subidas de tono, como para no desentonar con diferencias que quizás se remontaban a sus deseos, ciertamente los domingos terminaban con alguna pasta para todos que se comía en la casa contraria adonde se hubiera comido el asado anterior para empatar con las obligaciones de lavar la vajilla y limpiar después de las comidas.
Marchaban bien esas uniones, hasta la vez que salieron juntos a la ruta rumbo a las playas que en conjunto eligieron para pasar sus vacaciones, marchaban bien esas camaraderías hasta la vez que tomaron la recta larga del cuarteadero entre Guemes y San Pedro, que allá en algún punto después de remontar la pendiente como dos kilómetros, arriba como a trescientos metros terminaba en una curva cerrada, donde un camión que circulaba en sentido contrario armó un desparramo de vuelcos y derrapadas con sus autos cargados de bártulos y de niños, que terminaron con un muerto en cada una de las familias, una mujer y un varón de los mayores, todo destruido por el destrozo, por los destrozos materiales y no materiales del accidente, distanciamientos que temieron, que no se dieron porque apenas resueltas las convalecencias los sobrevivientes se juntaron y de dos hicieron una familia.
De golpe, el sueño de un juego de niños de ruego denuedo, eso de andar queriendo lo que tiene el otro por probar no más lo que está prohibido, para uno se convirtió en una profecía auto cumplida.


Wednesday, February 05, 2014

Más rima turbaciones.


En los atardeceres lentos y largos de ese verano, los niños visitaban esos patios cercanos transformados en jardines con frutales rosas y claveles donde más que percibir las fragancias agradables de esa mezcla de citrus, higos y capullos de explosiones naturales resultantes de todos los brotes como los brotes de las niñas, corriendo con algunas dificultades en esos laberintos con senderos adornados con polvo de ladrillo molido y canteros con ladrillos pintados de blanco que eran parte de los mismos juegos, al final con las camisas y los pantalones mojados por la transpiración y otras cosas, encontraban los rincones y las penumbras, esas que son un intermedio entre el día y la noche, donde las primas comedidas y encendidas los esperaban, vestidas con soleras cortas y ajustadas, desbordadas de sus carnes relucientes, y les mostraban, eso, lo que no podían ver aunque nadie se los dijera claramente, lo que tenían prohibido ver lo que estaba vedado a sus miradas, eso de lo que los mayores hablaban con señas y códigos con ellos presentes, esos mismos brotes de las niñas ya no de la rosas o los claveles de los limoneros o de las limas, que después el cura Keiner en el catecismo los advertía diciendo que era pecado mortal, primero andar espiando lo que no se tiene que espiar, segundo andar espiando las partes íntimas de las mujeres si eran varoncitos, o las partes intimas de los varoncitos si eran doncellas, tercero y peor, andar tocando si las primas los dejaban que así lo querían, cuarto andar tocándose que de esto los niños no entendían mojados en sueños por líquidos o humedades que ni se percataban de dónde les venían, menos cuando el cura les hablaba de estas cosas después de los mates cocidos con tortillas de grasa que se servían en la parroquia para que todos aprendieran el evangelio con la panza llena, en los atardeceres lentos y largos de ese verano los niños visitaban esos patios cercanos transformados en pequeño luciferes buscando en esos íntimos pliegues que miraban extasiados a pocos metros entre las piernas de las primas atentas y calentones que disfrutaban con eso, dando vueltas buscando lo que no supieron qué buscaban igual que esas mozas más preparadas para entregar sus virginidades que para resguardarlas de lo que el cura decía eran las posesiones del mal, en los atardeceres lentos y largos de ese verano los niños visitaban esos patios cercanos transformados en otros niños que comenzaron a cambiar esos paseos por aquellos que antes daban por la plaza para jugar con sus amigos o hacer refunfuñar a los placeros que los corrían cuando ellos orinaban en los rincones del pedestal con escalones de Evita, antes que los patrones mandaran a sacarlo.


Tuesday, February 04, 2014

Juegos y fuegos.


El cura Martínez no mencionaba en los sermones sus tildes en las clases de educación democrática que dictaba entre las nueve y las once de la mañana los días martes y jueves, indefectiblemente, no decía nada de las procesiones que le tienen que haber ido por dentro con las mujeres que sumaban la mitad de ese curso de treinta alumnos de la escuela normal de maestros, no se le filtraba nada en sus concienzudos sermones cuando renegaba de las escaseces de las propinas, de cómo sudaba la gota gorda y las abstinencias que seguramente se le diezmaban con erecciones que tienen que haber disimulado las sotanas, con las cosas que las chicas le mostraban a propósito para aflojarlo en pruebas y exposiciones orales, hasta las fieras eran unas fieras las compañeras que se le sentaban en los bancos de adelante y dejaban atrás y en los últimos a los varones, las uñas largas casi ronroneaban lo acechaban lo tienen que haber mandado más de una vez a sus propios infiernos esas atorrantes que alguna vez hasta llevaban manzanas para insinuarse como Eva mientras él no les decía nada, tampoco en los sermones de esas que parecían ardiendo debajo de las faldas que entonces fueron las primeras minifaldas, que a propósito se ponían debajo de delantales igualmente acortados si no por las mamás por ellas mismas recogidos con los mismos cinturones de esos guardapolvos tableados, nadie lo supo muy bien pero eran como una fieras en celo conocedoras que los machos aunque no las miraran con el olfato nomás seguían en todos los horarios que en la escuela eran reducidos al aula del año, a los tres patios del colegio, y a las veredas especialmente en las salidas o en las entradas, al cura Martínez ni se le tiene que haber ocurrido mencionar esas camisas cubriendo el torso igualmente, camisas blancas desabotonadas a propósito o directamente sin los botones o con los botones arrancados que les permitían mostrar apenas las primeras partecitas de esas turgencias que parecían globos cerca de explotar en escotes agrandados, fieras que dejaban sus rastros de celos en olores confundidos con los olores de perfumes baratos o colonias lavandas de las que se alcanzaban a ponerse para disimular un poco.

El cura Martínez no mencionaba en los sermones nada, y en las clases mantuvo sus composturas en medio de esos tifones que martes o jueves le pasaban por encima, cosas de majaderos decía a veces rememorando sus raíces españolas.


Monday, February 03, 2014

Rezos rima presos.


Cuando comenzaban los sermones del cura Martínez los fieles con uso de razón comenzaban a rascarse las nucas y los culos en clara señal que cualquiera fuera la línea del evangelio sí o sí terminaban en extensas disquisiciones en las que no se salvaba ninguno del pueblo salvo las excepciones de los patrones dueños del ingenio del que vivían diariamente como cien mil almas, pecadores y no pecadores, aleccionaba el cura Martínez y los fieles con uso de razón comenzaban a moverse incómodos en los bancos largos de sus reclinatorios, en esas balaustradas donde cada domingo caían para expiar los pecados que además eran ampliamente conocidos por los mismos pecadores porque las oportunidades los convocaban a todos o a casi todos en las dos misas de las mañanas, a los más viejos y a los niños temprano y a los adultos en general a sus familias en las misas de las once que desbordaban la parroquia y obligaban a poner unos alto parlantes inmensos en el atrio para que todos escucharan los borbotones de quejas improperios maldiciones que el cura largaba, de imprecaciones adornadas que salían de la boca del sacerdote, infidelidades necedades codicias dejadeces todas juntas como un manojo de pecados entraban en el resumen de veinte minutos cuando él creía terminado el mensaje del evangelio, un manojo que indefectiblemente quedaba reducido a las colectas raquíticas que es de suponer le informaban cada domingo también, los monaguillos diligentes que lo ayudaban, siempre terminaba esos largos sermones con al menos diez minutos de palabras de iracundia para estigmatizar las mezquindades en limosnas además de las supercherías las del ahorro mal entendido de la avaricia en todas sus formas, que no alcanzaban según él ni para reponer las velas que se utilizaban esos mismos domingos, cuando comenzaban los sermones del cura Martínez los fieles con uso de razón comenzaban a rascarse las nucas y los culos y los fieles sin uso de razón, que no acusaban recibos de las críticas, la recibían también aunque no les llegaban porque distraídos estaban con travesuras.
El cura Martínez se pasaba con esos sermones, como si los que fueran a rezar y a confesarse fueran todos sus presos, presos de sus creencias, hasta que un día uno de los fieles, lejos de la parroquia, lo pescó en una trampa, desde ahí el cura Martínez comenzó a cuidarse de lo que decía en sus incendiarias amonestaciones.


Sunday, February 02, 2014

Cuerno rima mancuerno.

Cuerno rima mancuerno.
Pablo y Pablito fueron amigos, entrañables amigos, hasta que dejaron de serlo, quizás fueron muy niños como para acordarse de los detalles al dedillo, pero sus otros amigos anduvieron diciendo que lo fueron desde la tarde de algún carnaval, cuando estuvieron cerrando filas con otros sabandijas para matar a bombazos a las minas, con las miradas se entendían y después de las macanas se pasaban las horas programando nuevos embrollos, como esos mismos carnavales cuando unos salían como ellos caminando, y otros andaban en sus vehículos, en esas juergas que se armaban como a las tres de las tardes de todas las tardes del carnaval grande del carnaval chico, un manojo como de seis días que no eran laborables, así que andaba todo el mundo todo el día con los mismos menesteres, Pablo y Pablito a las mañanas descansados, como los demás y  a las tardes esto y a las noches los bailes en boca, en el sindicato de obreros y empleados y en el club Belgrano donde Pablo no entraba si no lo dejaban entrar a Pablito por ser menor de edad, cuando más que las otras la gente joven de los vecindarios salían a las veredas aprovisionados con baldes desbordando agua y de bombuchas de colores que con cuidado se inflaban también con agua en las canillas de los jardines de las mismas casas del pueblo, Pablo y Pablito fueron amigos emparejados, aunque eran dos niños uno más grande el otro más chico de dieciséis y de catorce, andaban junto en los patios de la escuela Dorrego, en los peraltes elevados de la avenida libertad construidos con piedras blancas y grises selladas con mezclas, en el embudo esquivando los charcos y los cauces de aguas nauseabundas que brotaban de los ranchos a toda hora, Pablo y Pablito fueron amigos hasta que dejaron de serlo, quizás no eran tan niños como para no acordarse de los detalles al dedillo, quizás fuera que no querían de ahí en más o no quisieron acordarse, especialmente Pablito, la tarde que su padre, antes que él mismo se diera cuenta, caído como del cielo, intempestivamente, de casualidad o de advertencia a una hora no acostumbrada, descubrió a Pablo en un codo del zaguán escondido a la vista de todos, con la cabeza en los pechos de su madre tocándole el culo, se habrá enojado el papá como cualquiera al que le meten los cuernos, porque esa tarde el amigo de Pablito desapareció en medio de empujones y patadas, porque de ahí en más siguieron los reclamos a su madre, y a él que su progenitor lo interpeló preguntando qué estaba haciendo, que no se dio cuenta.




Saturday, February 01, 2014

Premios rima escarmientos.


El castigo no les caería como un balde de agua fría, los minúsculos monstruos habrán esperado el final cantado de ese día en que se les ocurrió agarrar un manguera y llenar de agua hasta el tope la fosa del garaje de la casa confortable, las advertencias de Blanca y Eufemia, las niñeras, levantadas en olas de impotencias broncas y angustias, cayeron durante todo el día como en saco roto, sin ningún efecto, sin el menor indicio que en la bolsa de las prudencias de aquellos malandrines, se les ocurriera cambiar para cambiar sanción en recompensas, que si tenían algo de sesos se darían algunos cambios que atenuaran los chascos posteriores, sin ninguna pista que indicara que pegara, alguna de las sugerencias de variar de entretenimiento, para amortiguar las sanciones que, monstruos y cuidadores descontaban, bajarían del jefe de la familia, repitiendo una y otra vez lo que cualquiera diría, sin desagüe ni drenaje sacar el agua sería un trabajo de tracción a sangre balde por balde, de esa fosa de uno veinte por tres metros por dos metros de fondo que ni ellos supieron, el castigo no les cayó como un balde de agua fría, cuatro horas de encierro sin luz ni provisiones condenados a la inquisición del destierro en territorio conocido, el propio dormitorio, el castigo no les cayó como un balde de agua fría, así que en la oscuridad se dispusieron a pasarlo, hasta que uno no pudo más de continencia urinaria, y llenó de meado una caja de zapatos que fue lo más parecido a un recipiente que encontraron en el cuarto de sus reclusiones, hasta el tope también como la fosa, con la diferencia que en este caso el líquido desbordó el cartón como si nada, y el orín se extendió por el piso como un charco de agua servida, otros castigos se vendrían, sus escarmientos, que habrán imaginado, no les caerían como un balde de agua fría.


tocando la marimba

tocando la marimba
para que toquen todos

es la economía estúpido

es la economía estúpido
para todos los que creemos que sabemos de economía y sabemos muy poco

buscándome

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buscándonos

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paz - castillo

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2010

cuentos del abuelo que no son más que cuentos que se van copiando a lo largo del tiempo

MIAMI.- Uno tiende a pensar que las canciones infantiles no son otra cosa que tradición oral de origen incierto, convertida en dominio público y, como consecuencia, creaciones exentas de todo reclamo propietario.



"Sobre el puente de Avignon", por ejemplo, es una canción francesa del siglo XV y alude al famoso puente medieval de Saint-Benézet, que se extendía sobre el Ródano. Y "Mambrú se fue a la guerra" fue compuesta en 1709, tras la Batalla de Malplaquet, donde Gran Bretaña y Francia se enfrentaron para dirimir la sucesión española. El Mambrú en cuestión era el duque de Marlborough, a quien los franceses creían muerto.



Pero nadie conoce la identidad de sus creadores y en algunos casos, como el de Mambrú, se sospecha que se trata de una melodía originalmente árabe, que llegó a Francia con las cruzadas.



No es el caso de "Happy Birthday To You" ("Feliz cumpleaños"), considerada por el libro Guinness de récords la canción más popular del mundo, entonada en los más variados niveles de disonancia y en una multitud de lenguas en aniversarios de bebes, adultos y ancianos, incluida en cajas de música, teléfonos celulares y tarjetas de aniversario, llevada al espacio como uno de los testimonios de la cultura del planeta Tierra y memorablemente cantada por Marilyn Monroe el 19 de mayo de 1962 (78 días antes de su suicidio) a su amante, el presidente John F. Kennedy, en una celebración multitudinaria en el Madison Square Garden.



"Happy Birthday To You" no sólo tiene un origen comprobado, sino que además tiene dueño y copyright, y es objeto de una fascinante batalla legal por lo que podría representar unos 2.000.000 de dólares anuales en concepto de derechos de autor.



La historia comienza en 1893, cuando las hermanas Mildred y Patty Smith Hill, maestras jardineras de Kentucky, confeccionaron un libro titulado Cuentos cantados para el j ardín de infantes, que fue publicado por la editorial Clayton F. Summy Co., de Chicago.



La primera canción del libro se titulaba "Buenos días a todos", pero durante un cumpleaños del que las hermanas participaron, Patty sugirió cambiar la letra de la canción por "Happy Birthday To You", como una manera de homenajear a la niña que ese día celebraba su aniversario.



Esto es, en realidad, lo que se supone, porque no existe documentación que establezca que la letra de "Happy Birthday To You", de apenas cuatro líneas, sea efectivamente autoría de Patty Smith.



En marzo de 1924, un editor llamado Robert H. Coleman publicó una versión de "Buenos días a todos", que incorporaba la letra de "Happy Birthday" como alternativa. Con el advenimiento del cine y de la radio, la canción alcanzó una extraordinaria popularidad.



En 1931, fue incluida en el musical The Band Wagon , de George S. Kaufman y Howard Dietz, que protagonizaron Fred Astaire y su hermana, Adele, y dos años más tarde, cuando la Western Union lanzó su primer telegrama cantado, eligió "Happy Birthday To You" como su primera canción.



Fue, precisamente, en 1933, cuando Irving Berlin volvió a usar la canción en su comedia musical As Thousands Cheer ( Mientras miles vitorean ) que Jessica Hill, la tercera de las hermanas Hill, decidió emprender acciones legales.



Tras demostrar la similitud entre la canción original y "Happy Birthday To You", Jessica Hill logró que una corte la autorizara a registrar la nueva versión, que obtuvo un copyright en 1934.



La compañía Summy de Chicago publicó la canción en 1935. Según la legislación en vigor, los derechos debían expirar en 28 años, pero el acta del derecho de autor sancionada en 1976 los extendió hasta 2010. Y en 1998, a propósito de una disputa en torno de una canción de Sonny Bono, la Corte Suprema norteamericana añadió 20 años más al derecho de autor, lo que prolongó el copyright sobre "Happy Birthday To You" hasta 2030.



Algunos expertos, como Robert Brauneis, de la Universidad George Washington, argumentan que si bien los méritos para registrar una canción popular son válidos, en el caso de "Happy Birthday To You", los argumentos se ven anulados por la inexistencia de pruebas fehacientes acerca de quién escribió la letra de la canción.



Si todo esto hace dudar al lector acerca de la conveniencia de cantar "Happy Birthday" la próxima vez que algún familiar cumpla años, a riesgo de que aparezca alguien de Sadaic a reclamar los royalties, tranquilícese. Las demandas sólo se aplican a la explotación comercial de la canción, no a las fiestas familiares.

(tradición conocida gracias a mario diament en una nación de 2009)

boludeces de humor negro que circulan

por el ciberespacio y por la calle

Hay un tipo gangoso sentado en un banco del Central Park de Nueva York,
en la noche de Nochebuena, cuando de pronto se acerca una dama y se
sienta a su lado. El tipo, que andaba solo, para romper el hielo le dice:
- ¡Ghola!
- ¡Ghola!
- ¿Ghos tanguien shos gangosa...?
- Shi.
- ¿Y haglás Eskañol?
- Shi.
- ¡Lo único que te jaltaria esh sher Arlgentina!
- Shi, shoy Arlgentina.
- ¡Uy! ¡Qué shuerte! ¡Yo tamguien shoy Arlgentino! Yo eskaba solo acá
shentado hoy que esh noche guena y jhusto akareciste vosh que tamguien
shos gangosa y Arlgentina. ¿Que te karece shi hacemos algo...?
- Gueno, ashi ninguno de los dosh she queda sholo.
Entonces se van los dos a cenar. Empiezan a charlar, a conocerse y se van
a pasar la Nochebuena en un Hotel. Se encaman, y luego de unas horas de
sexo, lujuria y placer se produce la siguiente conversación:
- Oguime, le dice la chica, tengho que confesharte algho.
- ¿Qué esh?
- Tengho Sida...
- ¡Ah...! ¡Güenísimo! ¡ ¡Yho tengho Pan Dulce!

ADN

ADN, los derechos y los ácidos. No sé mucho de los derechos a darse cuenta de que la privacidad es la privacidad y ninguna ley puede cambiar de una entidad de este tipo fuera de la condición humana, o la cosmética o la justificación de un derecho natural e inherente a lo esencial de nuestra más pura naturaleza, y que esto es como un apoyo a la vida antes de que otros principios, si uno trató de construir un sistema o establecer prioridad sobre lo que está aguas arriba o aguas abajo en este autodeterminada, y con independencia de tema o la implicación de otra u otras personas en esta iniciativa. Por supuesto, las líneas que marcan los espacios reales y virtuales en todo esto son muy indefinida ya veces hace que el avance hacia lo que aún no se sabe si se hiciese lo que con la eutanasia, o en un extremo opuesto a incurrir en errores extraordinarios como privar a alguien de libertad no recordar el número de identificación de la memoria o su look hippie de desgracia como lo fue para la Argentina en los años setenta. La intimidad es la intimidad y creo francamente que debemos estar de acuerdo - no palabrería - la mayoría de las personas que habitan este planeta, pero privacidad que no debe confundirse con el privado, como parte de nuestra personalidad es constitutiva, pero no es determinante de nuestra función social se despliega en una amplia gama de posibilidades, y luego sucede que alguien quiere meterse con nuestra privacidad sin una petición o similares , también puede ser individual más o menos dispuestos a compartir nuestra intimidad con uno u otro o directamente a no compartir. El que fue violada, sin duda, es herido en sustancia, sino la sociedad en su sistema como se señaló en ese caso a quien la lesión y, en general condenando la actitud, pero no heridos alivio al que sufre y en todo caso sólo contiene el enigma nunca es recuperada por el individual y así es como entrar en el gran área de gris que existe en esta materia que va del negro al blanco, ya la tercera, que, como grupo lo resolvemos nuestras lesiones socialmente con los que obtenemos asuma que sufrió una lesión en su intimidad somos que no participan, lo hacemos a veces y otras no ?, ¿cómo lo que otros entienden que debemos comprometernos con la privacidad de los demás, especialmente cuando la persona no solicita o cuando lo solicite expresamente, o si la persona no lo hace? ¿Por qué habría de lo que otros quieren ser y no es lo que debería ser? ¿Está bien que otra carga generacional se convierte en uno que pertenece a otra generación? ¿Hay alguien en el sistema con la capacidad de sopesar las decisiones íntimas no es socialmente perjudicial, ¿alguien puede obligar a otro para alterar las decisiones subjetivas? Aunque las costumbres argentinas como nos inclinamos a menudo para tomar el lugar de los dioses intimidad es la intimidad, y aunque se encuentran con la base para los que no se ve bien para obligar a alguien compulsivamente directa o indirectamente a someterse a las pruebas de ADN para determinar su por caso o formular objeciones si hay razones que podrían desencadenar acciones, para asegurarse de que la decisión de convertir esas características cualquiera de los términos de la ecuación esa es nuestra inherente e inviolable espléndida privacidad, o la totalidad de sus términos. En cuanto a la integridad, en su resolución y si las normas que puedan estar en ese sentido la estatura de su propia probidad es primero una decisión individual y la privación y si uno es conjunto y también con su entorno que no es perjudicial, no hay razón alguien puede reclamar el derecho a oponerse, porque de la misma manera que podría desafiar lo que creemos es posiblemente el otro, evidentemente, más de un lío armar estilo argentino con piquete y todo, y razones más legítimos distintos de los que se hicieron sobre si son incompatibles con ellos mismos, y mucho menos si éstos pertenecen al anuncio para la afiliación de uno mismo. ¿Cuántos ejemplos de problemas no resueltos en nuestra sociedad es sólo porque la gente elige para preservar su integridad? Debido a la dignidad, porque la vergüenza y la sobriedad son instintos independientes están en un nivel más alto que la evaluación externa de la honra o deshonra a sí mismo. ¿Es el voluntarismo honor individual una variable dependiente de otra u otras personas? Como el umbral de la identidad, es decir, antes mucho antes de la inexactitud probable de tercero para la medición de índices de audiencia muy personales y también por su forma de elección auto-mal es pre errores por proxy, tanto más si la información, comunicación o conocimiento se impregnan con un ácido rencor del árbitro.



























copiando del álbun de belén; museos

copiando del álbun de belén; museos
mario. judith. jimena y belén, ¿año 2008?

imagina un mundo sin zonceras

imagina un mundo sin zonceras
imagina un mundo sin egoísmo

copiando del álbum de belén; casa blanca

copiando del álbum de belén; casa blanca
ellla y sus compeñeras del nación, más que un par de potras

juan cruz y mario paz III (junior)

juan cruz y mario paz III (junior)
navegadores custodios; fútbol

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Inca Paz también puede ser este ¿no?, de mi vida si te interesa preguntá, y sino todo bien

candela y jimena

candela y jimena
chico y grande; libros

mario y pinky

mario y pinky
a la edad que tienen hoy juan y mario

juan cruz en san lorenzo donde lo bautizaron

juan cruz en san lorenzo donde lo bautizaron
con maría jimena

historia argentina contemporánea


Fernando Peña
29.03.2008
Cristina, mucho gusto. Mi nombre es Fernando Peña, soy actor, tengo 45 años y soy uruguayo. Peco de inocente si pienso que usted no me conoce, pero como realmente no lo sé, porque no me cabe duda que debe de estar muy ocupada últimamente trabajando para que este país salga adelante, cometo la formalidad de presentarme. Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país... Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas. Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada. Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana, por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Mengele.Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó. Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel. Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada qué hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aun siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ése es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea como es su costumbre y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él. De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Fangio, Maradona y Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio. No me cabe duda de que usted lo logrará. También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no. La saluda cordialmente,Fernando Peña

mario y pinky

mario y pinky
juan y mario

Inca Paz puede ser éste que nunca pertenecería a carta abierta

Inca Paz puede ser éste que nunca pertenecería a carta abierta
bien abierta, de tipos cerrados muy cerrados

para la memoria y la libertad - ni una palabra más

Es habitual en los últimos tiempos encontrarse con intelectuales y artistas (y también con periodistas)que se dicen cansados de un periodismo crítico de los Kirchner. "Todos se han puesto de acuerdo para hablar mal del Gobierno", se escuchó decir hace poco a un reconocido escritor argentino. ¿Por qué no se cansaron cuando los periodistas criticábamos a Carlos Menem, a Fernando de la Rúa, a Eduardo Duhalde y hasta a Raúl Alfonsín mismo, aunque en este último caso prevaleció siempre, es cierto, el natural cuidado de una democracia recién nacida? En realidad, aquellos fatigados confunden cansancio con coincidencia. Ellos están -y es su derecho- muy cerca del discurso del kirchnerismo, aun cuando les sea difícil unir discurso y realidad, a veces tan divorciados.
El problema no pasaría de ser un duelo inconcluso entre extenuados y resistentes si la solución que se ofrece no fuera extremadamente peligrosa. Lo que agota, dicen, es la opinión.
El periodismo debería limitarse a ser un transportador de informaciones asépticas y un comunicador de posiciones antagónicas con preponderancia de las oficiales, porque el Gobierno tiene la responsabilidad de conducir la nación política. Eso es lo que proponen. En castellano simple y directo: lo que buscan es un periodismo pasteurizado, integrado por mecanógrafos o relatores que deberían limitarse a contar una realidad compleja, impetuosa y cambiante. Imposible de digerir fácilmente, por lo tanto, para el ciudadano preocupado por las cosas rutinarias de su vida.
La primera contradicción surge cuando ninguno de aquellos fatigados alude a las opiniones que florecen en los huertos del kirchnerismo. Ministros, legisladores, periodistas amigos y hasta la Presidenta suelen opinar (¡y cómo!) sobre todo lo que les es adverso. Es, entonces, la opinión del periodismo independiente (sí, independiente) lo que cansa y estaría de más.
Resulta, sin embargo, que no hay una fórmula verdadera para el periodismo que no incluya su función crítica del poder. Un periodismo acrítico, esterilizado y descolorido no tiene ninguna razón para existir. Su posición crítica debe incluir, desde ya, a la oposición, en tanto ésta forma parte del poder actual o del poder futuro. Pero su función crítica (desde la opinión o desde la investigación) debe abarcar sobre todo al poder que gobierna la contingencia. La publicidad de los actos de gobierno corre por cuenta de los funcionarios y de los enormes recursos estatales para promocionarlos, distribuidos arbitrariamente en el caso que nos ocupa.
Un medio periodístico debe incluir también en sus páginas o en sus espacios la opinión (con la condición de que sea seria y responsable) de los que no coinciden con el punto de vista de ese medio de comunicación. La Nacion lo ha hecho hasta cuando se dio el debate por la nueva ley de medios: convocó a sus páginas a políticos e intelectuales que no coincidían con la posición editorial del diario. Es la obligación del periodismo. Pero el medio periodístico y los periodistas cuentan con el derecho ?y el deber? de tener una opinión determinada sobre los sucesos de la vida pública del país. ¿Acaso no dejaría de merecer el necesario respeto (y hasta carecería de la conveniente previsibilidad) un medio al que le diera lo mismo el derecho o el revés de las cosas, las políticas de un color o de otro y las buenas o las malas formas?
La opinión es libre, como dijo hace poco Cristina Kirchner, en una de sus pocas oraciones de aceptación de la libertad del otro. Con todo, el periodismo tiene algunos deberes junto con aquellos derechos. La información que sustenta su opinión debe ser veraz. El chequeo de las versiones es una práctica que jamás debe olvidarse y nunca debe prestarse a las detestables operaciones de prensa que el kirchnerismo frecuenta con más constancia que ningún otro grupo político. Honestidad personal y honestidad intelectual son los atributos que deben marcar el límite moral del periodismo. Es necesario también el cultivo de la coherencia: no hay nada más desconcertante para un lector desprevenido que un medio o un periodista que cambian sus opiniones en todas las esquinas de la vida.
En medio de ese debate, es perceptible la existencia de periodistas jóvenes que se preguntan si es conveniente coincidir con las opiniones de "la empresa" periodística en la que trabajan. Esto es nuevo y es viejo, al mismo tiempo. El kirchnerismo tiene una habilidad enorme para resucitar viejos fantasmas del pasado. Ese enredo muy antiguo entre la libertad de prensa y la "libertad de empresa" había dejado de existir hace más de treinta años.
Hagamos un ejercicio. ¿Por qué no cambiamos las preguntas? ¿Qué tiene de raro, por ejemplo, que un periodista concuerde con el medio en el que trabaja? ¿Acaso las empresas periodísticas no existen también gracias a la composición del buen periodismo? ¿Por qué esas empresas deberían tener, en los casos más notables al menos, intereses contradictorios con las mejores prácticas de la profesión? ¿No es preferible para este oficio de libertarios estar de acuerdo con un diario, donde pasamos parte de nuestras vidas, antes que con un gobierno de políticos pasteleros y fugaces?
La Argentina, en efecto, habita en el pasado. Ningún debate de los últimos meses ha llegado siquiera a la década del 80. ¿Qué hacía tal o cual periodista en 1976, 1977 o 1978? No hacíamos nada. Vivíamos bajo una dictadura y cada uno vivía de lo que podía y como podía. Sólo los que vivieron bajo el peso aplastante y gris de una dictadura saben que no había muchas más cosas para defender que pequeñas cuotas de dignidad. Hagamos de nuevo preguntas desde otro lugar: ¿acaso los únicos periodistas dignos fueron los exiliados o los que se comprometieron firmemente con organizaciones insurgentes de la década del 70? Esa sería, si fuera así, una conclusión injusta, discriminatoria e inaceptable. Otra cosa tan inaceptable como aquélla es la decisión política del Gobierno de cambiar la historia de cada uno de los que considera adversarios.
La síntesis ha llegado a la farsa: o se está con Kirchner o se estuvo con la dictadura.
Feas armas se han usado en los últimos tiempos. A muchos periodistas no les gusta ser protagonistas de esas emisiones de maldad que se emiten por canales oficiales o paraoficiales.
Es cierto que es difícil cuando la vida cambia y ya no se puede caminar con tranquilidad por la calle porque se está a la espera de una agresión verbal o física. Y es más arduo aún aguantar en silencio la insistencia de la calumnia y de la falsedad, repetida hasta el cansancio por los portavoces oficiosos del Gobierno.
Lo único bueno de todo esto es que no hay atajos: habrá que armarse de paciencia, sin resignar los derechos ni los deberes del periodismo. Asumamos también el riesgo de solitarios que corremos en la vía pública. Un periodista con custodia a su alrededor abandona automáticamente su condición de periodista. Dejemos las aparatosas custodias para que se pavoneen los funcionarios y algunos políticos.
Una vez le pregunté a Néstor Kirchner, en esos diálogos de los columnistas con los presidentes que son mitad reservados y mitad públicos, en tiempos en que los periodistas éramos como somos ahora y el ex presidente no había desenfundado un revólver permanente contra nosotros (sólo lo hacía de vez en cuando), cómo imaginaba su destino después del poder. No estaba preparado para esa pregunta. Miró el techo, demoró la respuesta y, al cabo de unos segundos largos como la eternidad, contestó: "Quisiera poder caminar tranquilo por la calle y que la gente común me saludara con un «buen día, doctor». No quiero más que eso". Tal vez dijo sólo lo que él creía que el periodista quería escuchar, como acostumbraba hacerlo, pero si entonces fue sincero ha decidido ahora llevarse por delante aquel proyecto, hasta incinerar su propia ilusión.
© LA NACION

noticias de babel

cuando los hombres dejan de entenderse sobrevienen las guerras



BBC
La última persona que hablaba la lengua Bo en las islas indias de Andamán, murió a la edad de 85 años, dijo a BBC una lingüista.
La profesora Anvita Abbi aseguró que la muerte de la señora Boa Sr es un hecho de importancia porque uno de las lenguas más antiguas había llegado a su fin.
Agregó que India perdió una "irremplazable" parte de su herencia cultural.
Los dialectos que se hablan en las islas Andamán se cree que se originaron en África.
Algunas tienen incluso 70.000 años de antigüedad.
Las islas son llamadas con frecuencia "el sueño de los antropólogos", ya que son una de las zonas del mundo con mayor diversidad lingüística.
Se acabó
La profesora Abbi –directora del portal en internet "Vanishing Voices of the Great Andamanese"- explicó: "Tras la muerte de sus padres, hace treinta o cuarenta años, Boa era la última persona que lo podía hablar".
Agregó que "estaba casi siempre sola y tuvo que aprender una versión de hindi que se habla en las islas para poder comunicarse con otra gente".
"Sin embargo, siempre tuvo muy buen sentido del humor… su sonrisa era muy fresca y sus carcajadas eran contagiosas".
La lingüista dijo que la muerte de Boa Sr es una pérdida para los científicos que quieren investigar más acerca de los orígenes de las lenguas antiguas, ya que perdieron una pieza vital del rompecabezas.
Hay una creencia general de que los idiomas que se hablan en las islas Andaman pudieran ser los últimos representantes de las lenguas que se hablaron en tiempos pre-neolíticos
Profesora Anvita Abbi
"Hay una creencia general de que los dialectos que se hablan en las Islas Andamán pudieran ser los últimos representantes de las lenguas que se hablaron en tiempos pre-neolíticos". Dijo la profesora Abbi.
"Se piensa que en las Islas Andaman estaban nuestros primeros ancestros", agregó.
El caso de Boa Sr fue destacado también por el grupo Survival International (SI).
"La extinción de la lengua Bo significa que una parte única de la sociedad es ahora sólo una memoria", dijo el director de SI, Stephen Corry.
"Enfermedades importadas"
La profesora Abbi dijo que dos dialectos de las Islas Andamán han muerto en los últimos tres meses y que esto es un tema que causa gran inquietud.
Los académicos han dividido a las tribus de Andamán en cuatro grandes grupos: los Gran Andamaneses, los Jarawa, los Onge, y los Sentineleses.

La profesora Anvita Abbi se hizo muy amiga de Boa Sr.
La profesora Abbi explicó que la mayoría de los habitantes de las Islas Andamán –con excepción de los Sentineleses-, han estado en contacto con indígenas "de tierra firme" y que por eso sufren "enfermedades importadas".
Dijo que los integrantes del grupo de los Gran Andamaneses son alrededor de 50, la mayoría niños, y que viven en la isla Strait, cerca de la capital, Port Blair.
Boa Sr formaba parte de esta comunidad, que está conformada por varias subtribus, en donde se hablan al menos cuatro lenguas.
Los Jarawa cuentan con alrededor de 250 miembros, y viven en la selva, en el centro de Andamán.
La comunidad de los Onge se cree que tiene no más de varios cientos.
"Nunca se ha establecido ningún contacto humano con los Sentineleses, y hasta el día de hoy, se han resistido a cualquier intervención foránea", agregó la profesora.
El destino de los Gran Andamaneses es lo que más preocupa a los académicos, porque los miembros de esa tribu dependen del gobierno indio para sus alimentos y alojamiento, y el alcohol se consume en grandes cantidades

brigid triple, poesía

brigid triple, poesía
belleza y no tanto

la canción desesperada

en pedo querido neruda, en pedo

La canción desesperadaEmerge tu recuerdo de la noche en que estoy. El río anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los muelles en el alba. Es la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi corazón llueven frías corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! En ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti alzaron las alas los pájaros del canto. Todo te lo tragaste, como la lejanía. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! Era la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que ardía como un faro. Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! En la infancia de niebla mi alma alada y herida. Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! Hice retroceder la muralla de sombra, anduve más allá del deseo y del acto. Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros. Oh la boca mordida, oh los besados miembros, oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos. Y la ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas comenzada en los labios. Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! Oh, sentina de escombros, en ti todo caía, qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron! De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste. De pie como un marino en la proa de un barco. Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Pálido buzo ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Es la hora de partir, la dura y fría hora que la noche sujeta a todo horario. El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. Abandonado como los muelles en el alba. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. Es la hora de partir. Oh abandonado!
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aunque nunca llegue, parís, aunque nunca mire tus calles

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buscando la excelencia, pero la verdadera no la que los que ya sabemos hacen todo trucho

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pago donde nací es la mejor querencia

historias de camas

de diament

MIAMI.- Admitámoslo: si Hollywood hubiera tomado la historia del gobernador Mark Sanford y la hubiera llevado a la pantalla con Richard Gere y Julia Roberts, la gente habría necesitado una toalla para secarse las lágrimas.
¿Qué puede ser más conmovedor que una historia de amor alocado? El adusto gobernador de un estado igualmente adusto, casado con una mujer a cuya fortuna le debe su carrera, con cuatro hijos que puestos en fila trazan una perfecta diagonal, inesperadamente flechado por una porteña de ojos verdes.
¿Cómo contener el palpitar del corazón mientras escucha, como un murmullo distante, el parloteo de sus asesores? ¿Cómo desprenderse de las imágenes que obstinadamente se apoderan de su mente, desplazando cualquier otro pensamiento? Ella es el amor imposible, sí, pero también es el amor.
¿Quién puede sobreponerse al intenso aguijoneo de los recuerdos, a la memoria de la tierna sensación de sus besos, de la sensual curva de sus caderas, al contorno de sus pechos resplandeciendo en la penumbra?
¿Qué espíritu romántico podría dejar de admirar la osadía del gobernador de levantarse un buen día del sillón de su despacho, de la mesa cubierta de anteproyectos y decretos a la firma, de pliegos de presupuestos deficitarios e informes sobre seguridad interior, y dejarlo todo para correr hacia ella?
No le dijo nada a nadie. Nadie supo dónde estaba. Uno de sus asesores insinúa que el gobernador, agobiado por la presión de su trabajo, se ha ido a escalar las montañas Apalaches, como solía hacerlo cuando era chico.
Pero él está en otro lado, volando hacia una Buenos Aires invernal, sucia, intoxicada de debates sobre las inminentes elecciones.
Nada de esto lo amilana porque sabe que al final de ese purgatorio están las calles arboladas del barrio de Palermo, la puerta de cristal, la escultura en el vestíbulo de entrada, el portero somnoliento que baldea la vereda, el ascensor demasiado moroso y, finalmente, ella.
La cama retiene aún el calor de la noche y él se pierde en sus brazos, en sus labios, en el revuelo de su pelo y en las medias palabras que se emiten en el ardor de la pasión.
El amor, aunque efímero, ha triunfado. Mañana no importa. No importan la pretenciosa moralina de los periodistas, los desdeñosos comentarios de políticos rivales, el escándalo, la traición, el precipicio que se abre a sus pies. Nada de eso importa. El corazón ha triunfado.
Lástima que la realidad no tenga la armonía de la ficción literaria. Lástima que haya personajes tan perversos que sean capaces de apoderarse de un intercambio íntimo de correos electrónicos entre amigos y pasárselos anónimamente a la prensa. Lástima que hubo un periodista advertido esperándolo en el aeropuerto de Atlanta. Fin del encantamiento
Pero él no tiene derecho a lamentarse. Después de todo, cayó en el mismo error, debe reconocerlo, cuando cuestionó la "legitimidad moral" de Bill Clinton por su affaire con Mónica Lewinsky y reclamó su juicio político, o cuando criticó a un colega con una historia similar a la suya, diciendo que "violó el juramento a su esposa".
En este punto es donde Richard Gere desaparece y Mark Sanford retoma su rol. Aquí es donde el encantamiento se esfuma y lo que reaparece es la descarada institución del arrepentimiento político.
El gobernador hizo su mea culpa , como antes de él hicieron otros políticos. Las mismas palabras, la misma admisión de haber traicionado a todo el mundo. A su mujer, a sus hijos, a sus amigos, al electorado. Las conferencias de prensa son el confesionario de los funcionarios pecadores. Todo fue un desatino, una pérdida temporaria de la razón. El amor no importa. El corazón es un embaucador. Ahora lo comprende. Lo que importa es la misión, la fe religiosa, los deberes del funcionario.
Hubo otras desprolijidades, es cierto. El viaje anterior a la Argentina pagado con fondos públicos, el abandono de su función, el engaño respecto de su paradero. No exactamente la clase de comportamiento que uno esperaría de Richard Gere. Pero él se propone enmendar las faltas, reponer el dinero, ganar la absolución de su esposa, recuperar la confianza del público.
¿Qué pensará María, a solas en el departamento de Palermo, mirando a su amigo pedir perdón por televisión? ¿Pensará también que al amor es lo de menos?

antecedentes para la fundación de agharta

ADN, derechos y ácido.
No hay que saber mucho de derechos para darse cuenta que la intimidad es la intimidad y que ninguna ley modificará desde afuera semejante entidad de la condición humana, y que los que no lo tengan claro pueden cometer errores como privar de la libertad a alguien por su aspecto de hippie en desgracia como era para cualquier argentino en la década esa. La intimidad es la intimidad, y no está bueno retrotraer iniciativas parecidas a las de los setenta y obligar a alguien en forma directa o indirecta para averiguar su ADN por caso, porque si no hay lesión a la libertad del otro la intimidad es integridad y la estatura de la propia probidad es primero una decisión individual y privativa no de un tercero por más que se interponga una loable causa, la intimidad es dignidad y la contrición la vergüenza y la sobriedad son instintos independientes y se encuentran en una frecuencia diferente a la apreciación por parte de un tercero del propio honor o del destructivo deshonor, la intimidad es identidad, y en su forma de elección equivocarse por cuenta propia también es anterior a cometer errores por interpósitas personas, más aún más si la averiguación está impregnada de algún ácido rencor del tercero en discordia.