pozos y depresiones

Pozos y depresiones. De estar bien de golpe se pone mal, de estar eufórico se pone triste y los compañeros ya lo conocen, ahora nomás está entre triste y desilusionado porque nadie sabe ni él mismo ni lo que están con él cuantos son los que estarían en esta resistencia, porque fueron como cuatro mil cuando vinieron los piratas pero ahora contando unos doscientos hombres por cada uno de los sargentos que quedaron en el cuartel no suman ni seiscientos soldados que al lado de los otros que están a las ordenes del triunvirato son muy pocos, de estar animado se desanima, de muchas adversidades de muchos pozos salió Juan Colares en su vida, no solamente de las hondonadas de barracas donde funcionaron las canchas de carretas y comenzaron a instalarse los vendedores de frutas y verduras, predios donde lecheros y cuarteadores juegan perdiendo todo el tiempo y mucho dinero mientras las bestias hambrean en medio de la aridez y la intemperie, de ahí de esas desgracias salió para irse a vivir en las inmediaciones de la quinta de los Lezica donde se estableció con mujer y todo en épocas de la primera escaramuza con los ingleses, no solamente salió de esas sino también en las adversidades de los infortunios personales que no fueron pocos, empezando todo lo que tuvo que pasar por ser hijo ilegítimo de gringo con negra que además de morirse los dos cuando él estuvo lejos de tener conciencia, lo conminaron por ese hecho a vivir en hospicios y casas de socorros mutuos al capricho de celadores y cuidadores de calañas diferentes, porque los que se reconocieron como parientes de su madre le dijeron siempre que no podían hacerse cargo de él por no tener ni tiempo ni dinero, porque los que aceptaron la referencia de ser parientes de su padre lo consideraron con desprecio e indiferencia, pero desde esas tribulaciones se fue abriendo paso gracias a unos comisionistas y consignatarios que le pagaban no pocos pesos para que controlara la descarga de algunos barcos, de esas obligaciones salió con dignidad hasta alistarse allá por mil ochocientos siete en las milicias de los porteños que a carradas se presentaban para defender la aldea de los oportunistas que venían a conquistarla, y en dos años fue nombrado sargento por méritos propios, de pozos a superficies de alegrías a desesperaciones.

cajetillas y orilleros

Cajetillas y orilleros. El cuatro de diciembre poco después que pasara el repartidor de buñuelos o sea un poquito después de las ocho de la mañana al sargento Alfonso le gusta hacer estos juegos de adivinanzas en el cuartel de las temporalidades donde son más que escasos los caballeros con relojes o con casas en las que haya relojes que se traen del otro lado del océano, el soldado Mariano Carmen agitado se cuadró delante de él y pidió el respectivo permiso para pasar las novedades, dado el permiso reporta al oficial de guardia, que hace dos días que está de franco como sabe mi sargento, andando por las orillas de la aldea de donde es y a donde se siente contento compartiendo aguardiente con los otros morochos, y que como sabe mi sargento que lo aprovechó para irse por los corrales del miserere donde tiene un ranchito y su numerosa familia contando a los viejos que gracias a la virgencita que están con vida, que entre trago y trago y la jarana tuvo tiempo para oír muchos de los chismes que circulan en las calles como circulan los paisanos, viera usted mi sargento cómo opina la gente como si supiera de lo que habla, y que lo que él cree que le puede interesar a mi sargento son los chismes que dan vueltas con que los cajetillas del cabildo están molestos mi sargento, con los patricios primero y que por eso lo enviaron lejos a Don Cornelio y que aunque hicieron como que arreglaron con el alcalde de primer voto Grigera ellos al final hacen lo que quieren, cuentan que se enteraron que para acá vienen de todos lados los ciudadanos y otros soldados, y que por eso el motivo es armarle una confabulación y quitarle autoridad a ellos a los de la junta que no quieren reconocerle nada a los representantes de otras provincias, y que están muy enojados con los patricios porque son de los arrabales y no entienden nada de los temas de los que se ocupan los funcionarios del centro, todos doctores sargento como usted sabe que trenzan transan y arreglan por su cuenta con los reyes de otros lados.

juegos de amor

Juegos de amor oculto. Caliente el soldado Agustín Castillo se queja con el gringo pirata de los cajetillas del centro esos que creen que ellos son menos porque son orilleros como si no pertenecieran a la misma aldea, ellos se tiran todas doncellas y esclavas y los demás nada, bien que no pensaron eso de las diferencias le dice cuando los enrolaron como fuerzas del gobierno en las invasiones inglesas y en esa aventura del veinticinco de mayo del año pasado cuando rompieron con la corona, bien que se acordaron de ellos en esas ocasiones cuando hubo que poner los cojones y el pecho para no escaparle a las puntadas de los cuchillos y las bayonetas de los enemigos de la organización amigos de reyes ausentes oportunistas para apropiarse fácil de fortunas del pueblo, allá en los corrales del miserere o en los campos del retiro, caliente el soldado Castillo se queja con el gringo pirata de esos cajetillas que no tienen que andar como ellos en juegos de amor oculto, o de calenturas que es lo mismo, que los dejan a ellos sin mujeres o en manos de las rameras que además de atender como si estuvieran haciendo un favor transmiten la sífilis, ellos que se las tiran a todas y también a las negras que conciben esclavos como fue el mismo hasta que escapó de su dueños y se alistó en las fuerzas de vecinos sin que le preguntaran nada de su condición de mulato, fruto de los amores que los otro llaman prohibido y son como cualquier amor o fornicaciones, caliente el soldado le dice a su amigo que no le importa que lo maten, esos que antes eran sus amigos y ahora son sus enemigos porque no saben ni lo que quieren hoy está en contra de la corona y después están a favor entregando información a los espías, le dice a su amigo a su compañero el gringo Nonfres mientras montan la guardia en dos piezas de artillería ubicadas en sendas bocacalles, es casi el mediodía y más allá en el mismo cabildo del que los otro van y vienen en la fortaleza que se encuentra detrás del pórtico de la plaza de la victoria una cantidad de dragones húsares y arribeños esperan la última orden, esa que no quieren que se de esa misma orden que se resisten a cumplirla, la mayoría de los soldados murmuran como Castillo y su amigo pirata que no hay uniones si hay antes o se parte de desuniones.

bellas y bestias

Bellas y bestias. Son como niños, niños grandes, aunque ellos presienten lo que vendrá los de la junta están muy enojados en tiempos de paz como estos una paz aparente porque si no son los españoles son los ingleses y si no andan los franceses todos por detrás de los mismo que es llenar las carabelas con oro y plata para comprar títulos allí, de donde son ellos, son como niños unas bestias que pasan de comer los buñuelos embadurnados de mieles y son capaces de desnudar con la mirada a las mulatas que los jefes contratan para tareas generales, pechugonas como gallinas ponedoras de labios carnosos y caderas prominentes las negras les presumen a ellos que son como niños unas bestias que están detrás de ver de tenerlas sin mucha solicitud como hacen los españoles que vienen por acá a solicitar la mano de doncellas y de vírgenes afortunadas en serio porque sus padres comerciantes tienen fortunas y en serio, ellos las bestias quieren tirárselas a todas todos por todas si las damas aguantan ellos llevan días adentro de la temporalidades y bueno que se les van las ganas y a algunos las manos gauchos majaderos, lo que no saben ellos en la vigilia que precede al ataque es que algunas de ellas se enclaustran en convento porque no los aguantan, directamente, a ellos o a cualquiera porque los más viejos quieren casarse con las doncellas, son patricios que estuvieron en las invasiones, en la banda oriental en muchos lados pero son como niños con esos con las mismas mesalinas las que no van precisamente a las casas de recogimiento ni de cerca, ellos son niños grandes con esos elegantes uniformes y su portes de rudos soldados, locos por la arenga de los capellanes que andan con eso que no hay que fornicar, ni por estupro ni violación escuchan a los doctores cuando los escuchan conversar por los pasillos estos días sin conflictos afuera pero con muchos líos adentro, parece mentira, ni siquiera una ramera tienen en estos días una cusca les comenta el gringo Nonfres a los compañeros, al menos una mesalina para compartirlas entre todos, después de todo para ellos que está enclaustrados ya llevan varios días, bestias, cualquier leperuza o cualquier ramera son más que bellas.

buñuelos y chanfaina

Buñuelos y chanfaina. Mientras Mariano Benito Rolón, oficial joven con futuro prominente pero por ahora simple emisario, más o menos a la diez de la mañana del ocho de diciembre, retomaba el camino de una media hora hasta el fuerte de la aldea ubicado en el retiro, para avisar a los señores de la junta que lo mandaron que los patricios continuaban iracundos inflexibles enojados ofendidos, ellos, cabos sargentos y simples milicianos, se quedaron expectantes a resguardo del sol que salía en cada pedazo de sombras que por los muros del cuartel de las temporalidades, y por contraste proyectaban la luz y cambiaban sobre cada centímetros de paredes o empedrados por donde pasaba junto con el sol que iba aproximándose al tiempo del mediodía en ese cenit eterno cuando parece haberse detenido ahí encima de esas cabezas con precios no cotizados para aquellos que gobiernan, como niños peor que los niños se quedaron sosteniendo en sus manos frescos buñuelos que uno de los vendedores de la mañana les acercara a cambio de unas monedas céntimos de libras con la miel incluida, como niños peor que los niños esos rudos valientes porteños se quedaron sosteniendo en sus callosas manos esas frituras crocantes mirando al horizonte invisible, como niños peor que los niños asustados pero como desde hace muchos años al pie de los cañones y de las bayonetas, en la vigilia de esperar sin saber muy bien qué es lo que los otros quieren además de pelear por los jefes y esas sofisticadas trenzas en sus cabelleras, como niños peor que los niños esperando la el mediodía y la chanfaina rancia que los sargentos ordenaron calentar en ollas negras con costras de cinco centímetros, como niños peor que los niños pensando en comer cuando están en medio de una guerra con los mismos que hasta ayer nomás estuvieron con ellos para correr a los ingleses.

ruidos, escenarios

Ruidos en el escenario. Como si deshojaran margaritas los sargentos hablan entre ellos, de estos que tienen ahora el poder y hasta hace poco no pasaban de traficar con negros hacen ahora que tienen todas las de ganar sin darse cuenta que van perdiendo con la desunión y la hipocresía, en la mitad de hectárea que ocupa el cuartel de las temporalidades los ruidos de la tarde entran de afuera como si cientos de grillos se hubieran puesto de acuerdo con docenas de sapos y ranas y con bandadas de palomas que aletean dirigiéndose al campanario de Santo Domingo y a la izquierda a un cuarto de legua la plaza de toros que hizo construir Martín Boneo el intendente de policía, se distinguen además algunos burladeros que usan los caballeros y las damas para protegerse, son ruidos amortiguados como pichín en ese aletear de palomas que dejan una estela de polvo grisáceo que le trae la alergia al sargento Enríquez que está encendido obcecado y caprichoso con eso de no rendirse, adentro no hay ruidos adentro en todo caso hay silencios y expectativas, el loco de Nonfres se mandó a la tarde con esa cañoneada contra las tropas enemigas y los obispos que vinieron a mediar dijeron que los otros los de la junta están que bufan en particular ese que manda que les manda a decir que cuenten la visita como la última oportunidad para parar con los lances, afuera el bochinche en la cancha de los soldados y en las caballerizas las bestias que están con pereza, desde la torre respectiva el vigilante distingue la calle angosta que lleva hasta el cabildo, justo hasta el lugar adonde estará Rivadavia y Rivadavia con los demás pensando bien la orden que van a dar, después de todo se trata de una pelea entre hermanos, algunos dicen compatriotas pero para ser compatriotas antes debe de haber una patria, la callecita está vacía demasiado vacía y silenciosa como para pensar que se trata de una jornada como todas, el silencio es interesante cuando se está durmiendo y menos interesante cuando se está despierto, y menos interesante que meno cuando hay peleas de entremedio.

caracteres transitivos

Caracteres transitivos. Al sargento José Enríquez le anduvo contando su primo el marino de las modas europeas de un tal Condorcet le cuenta él a Manuel Alfonso su compañero y amigo y como si deshojaran margaritas los suboficiales hablan entre ellos, ustedes me dan yo doy y al final todos damos poniéndonos de acuerdo, ellos dan nosotros también damos aflojamos como aflojan en las condiciones un poco cada uno y por cada uno un poco vosotros daréis, el petitorio es claro y claro es que después de Rolón y de Igarzábal los de la junta aceptarán al final menos de la mitad de lo pedido quiere de lo que quiere este cuerpo de ciudadanos corajudos recita para que el otro lo escuche por sí el último mensajero esté todavía por alguno de los pasillos cercanos del fuerte, que se nos trate como a fieles ciudadanos libres y no como a tropas de línea, le dicen también a Castelli que ha venido después de Benito Rolón y del otro, queremos ser lo que fuimos lo que somos lo que seremos, pedimos al Sr Don Antonio Pereyra por Coronel del Regimiento, Pereyra en cuenta del Sr Don Manuel Belgrano, y por Mayor del Regimiento a Don Domingo de Basavilbaso que no esté más Don Gregorio Perdriel que ha venido con esos de las trenzas igual que el otro, que se extinga la ayudantía de Don Pedro Banti chismoso de los otros, pero además pide todo el regimiento que sean indultados todos los presos que actualmente existen en los calabozos de la temporalidades algunos de los cuales son sus mismos compañeros, a cambio de eso aseguramos la vida de V.S., vuestro servidor su servidor, como asimismo asegurará las nuestras bajo palabra de honor, existiendo en nuestro cuartel hasta proveer la resolución de V.E. vuestra excelente excelencia, apresado en rehenes Don José Díaz, Dios Guarde a V.S., uno tras otros, encadenados en compromisos recíprocos, unidos y desunidos como eso que han comenzado a llamar la patria pero que es como la nata gelatinosa, con congestiones de criollos y gallegos, de ingleses y de franceses.

fracasos

Fracasos. Mariano Benito Rolón no está acostumbrado a no cumplir con las ordenes que se le imparten, no decepciona a nadie y respeta los decretos de la corona que llegan a la aldea como los decretos de la colonia que ahora dependen de esa junta que se armó desde mayo del año pasado, pero así como no le gusta quedarse con los brazos cruzados no le gusta que le pidan que haga cosas que no se pueden cumplir, vengan las directivas de quien vengan él aprende a ser soldado desde la primera invasión cuando llegó extenuado a las fortificaciones criollas por los corrales de miserere de defensa a la aldea con pertrechos importantes de su propiedad y de propiedad del padre o sea también de su propiedad, y un par de hombres que no solamente sirvieron para esa batalla sino también para otras posteriores, hasta ahora que por la misma subordinación de aprendiz de militar tiene que tragarse el desplante de ese presuntuoso secretario de Rivadavia que lo mira como diciendo usted no debe haber hecho nada, caminando por la sala del cabildo donde se encuentran de un lado al otro como si no lo escuchara, cuando él hizo como siempre todo lo que estuvo a su alcance, se pasó más de cuatro horas de parlamento en parlamento con los cabos y los sargentos que quedan en el cuartel de las temporalidades, con los amigos que se sentaron a escuchar y dar explicaciones y con supuestos enemigos porque él no los ve donde otros lo ven por intereses personales o políticos, buscando convencerlos que depongan actitudes y revanchismos, que él les prometió con su palabra que se olvidarán los episodios de la ridícula orden del corte de trenzas pero que acepten las disposiciones de cambiar el comandante, que los patricios seguirán siendo lo mismo que fueron desde siempre con Don Cornelio como comandante, que también Don Manuel puede ser un buen jefe aunque no lo parezca ni sea militar y sea letrado, que una cosa son las órdenes estúpidas y otras las órdenes militares aunque ellos no lo sean pero que si quieren serlo deben aceptarlas, que los privilegios son del momento pero cuando se acaban las urgencias hay que cumplir las órdenes, el alférez Rolón no está acostumbrado a no cumplir con las ordenes menos que algunos le insinúen que ha fracasado, por eso aunque el secretario ese sea influyente con los miembros de la junta le hace saber que hizo todo lo posible, firme le guste o no le guste.

emisarios

Emisarios. No le gusta para nada andar haciendo de mensajero pero cuando el secretario Rivadavia que es a la vez comisionado del triunvirato, le dijo que entre los cuatro tres más uno que opina miembros de la junta, se pusieron de acuerdo con que era el indicado para este encargo, por ser conocido de Colares aunque no de los otros, se quedó más tranquilo cuando se lo dijo porque le molestan un poco estas cuestiones de los tire y afloje más cuando anda con mal de ojo y sin tobalaba, estas majaderías de indisciplinas y de rebeldías, que los de la junta lo nombren a él para interceder con los otros que están enojados él los conoce fueron sus compañeros hace un par de años, de todas maneras cuando cruza la recova silencioso montado en su bayo el oficial Rolón al paso de su cabalgadura con rumbo al cuartel de las temporalidades, se siente seguro para cumplir la misión encomendada, él que fue sub teniente del cuerpo de patricios voluntarios, cómo no convencerá a otros patricios de deponer actitudes caprichos y necedades, él que después de la primera invasión fue nombrado cadete del Regimiento de Infantería de Buenos Aires cuando dejó la milicia para ser más soldado, él que anduvo mezclado en el combate de Quilmes en los días de la segunda invasión británica; él que estuvo en los ataques a los Corrales de Miserere librando batalla cuerpo a cuerpo para que los otros no lleguen al cabildo ni al fuerte, y en las azoteas y en la defensa de la plaza, él con semejante foja de servicios, en ese día que va de mandamás de los hipócritas de la junta pero patricio altivo y obediente que fue, está molesto habla solo pero en voz alta como para que lo escuchen los que están cerca si los hay, de su linaje mientras cabalga solitario se dirige a parlamentar con enemigos que en realidad son amigos con rebeldes que en realidad son dóciles paisanos, su padre José Ponciano Rolón llegó a ser alcalde del primero y segundo voto del Cabildo, teniente gobernador y comandante de armas y subdelegado de la Real Hacienda, administrador de correos y juez conservador allá lejos en el Gran Chaco, coronel de caballería y sargento mayor de plaza de la ciudad de Corrientes, todo eso fue su padre José Ponciano Rolón hijo de Agustín Rolón, natural de Santa Fe, y de Micaela Chaves; él que fue un buen empleado del Contador ordenador Manuel Moreno, que en el ejercicio de ese puesto mostró esmero hasta que aparecieron los ingleses por primera vez y el capitán de navío Santiago de Liniers alistaba la columna expedicionaria para reconquistar la Capital, Rolón hijo de Ponciano Rolón y nieto de Agustín Rolón, emisarios en su momento, se presentó presto con treinta y seis fusiles, diez pistolas, veintidós espadas y dos hombres montados y equipados a su costa herencia en su familia y asistió a la gloriosa reconquista, comportándose en forma destacada en aquella jornada cuando pasó a servir en su clase de cadete, al Regimiento de Dragones de Buenos Aires cuerpo en el cual llegó al grado de alférez, para ser después lo que es ahora mientras cabalga hasta el cuartel de las temporalidades capitán efectivo de caballería de línea, y que en el mismo año recibió los despachos de sargento mayor graduado de Ejército, así que para nada se siente un emisario más es un embajador de buena voluntad que no está convencido que la tengan los que lo mandan.

cosas del gallinero

Cosas del gallinero. Los oficiales llevan y traen los chismes para arriba para abajo, los soldados los mandaron a decir que digan a los que dicen por otros que ni ven y dicen que no se cortarán las trenzas que eso no se negocia que pidan lo que quieran pero eso no, como tampoco cuando todo empezó se quería negociar lo del jefe Saavedra es el único comandante que se lleva bien con todos es el único capitán al que le hacen caso aunque dos o tres se rebelen, ahora los oficiales negocian por otra mejoras para que no se arme el toletole, andan para adelante para atrás al lado más lejos, andan como las gallinitas pasitos cortos y virajes sorpresivos como si esquivaran algo, como si quisieran decir algo de a ratos y de a ratos quisieran esconderlo, derechos en trechos desviando ellos representan grupos numerosos de milicianos iracundos no entienden muy bien cómo hacerlo, como las gallinitas cambian las direcciones o los sentidos en los que van en los que vienen en los que saltan y aletean, si van para adelante se hacen para atrás si retroceden de golpe van para adelante, mueven las colas con plumas sus cabecitas con picos cocó cocó de acá para allá de allá para acá diciendo corococó y tirando picotazos adonde ven que podrán picotear algún grano para llenarse de energía, y de grasa porque algunas se pasan de vivas y le comen el maíz a las otras y después no hacen corococó ni caracacá pero embroman o son embromadas, se pelean se juntan vuelve a separarse y de pronto hacen grupos y se separan con la misma rapidez con que lo armaron, igual son los oficiales menos cuando andan en los campos de batalla justo es decirlo, allí en las llanuras en las montañas en los valles empujando para el mismo lado todos, pero más acá en el llano a veces son como los pollitos que andan piripi pí y piripi pí en cualquier rincón del gallinero, sueltos de cuerpo como andan hasta que alguien los arremete y ahí se acuerdan de la gallina y la buscan y se esconden detrás de sus alas para protegerse, ellos dicen que defienden la patria el problema es que no entienden muy bien cuál es la patria, tiran alguna frase dicen revolución ni saben los que es dicen pero dicen libertad de reyes los que nunca vieron, porque muchos de ellos saben de estas cosas porque los otros les cuentan, los que pueden viajar porque tienen la posición para hacerlo, esos otros que andan en gallineros más importantes en el viejo mundo, cortesanos de lomos empinados que hablan de un emperador que está lejos, de los piratas ingleses surcando mares buscando tesoros adonde viven los indios si para ellos no valen, sus jefes les calientan las cabezas ellos les calientan las cabezas a ellos, ceremoniosos con los jefes jenuflexos así andan los oficiales cuando no hay enfrentamientos ni cerca, y si bien esto es necesario porque llevan y traen pedidos reclamos protestas, y aunque no consiguen nada de la oficialidad que está por encima de ellos cuando consiguen es para bien de toda la tropa en la fortaleza, jornales mejores que paga la junta, compra de uniformes o pertrechos que salen de las mismas arcas del triunvirato, y bajan con la chismería hasta cabos y sargentos, que también andan como gallinas, o pollitos si hay que seguir con la ley que el que está más arriba caga al que está más abajo, pero también como los otros como si fueran gallos de riña, por ahí tiran tarascones que pueden ser mortales, como una información oportuna como un juicio sumarísimo para fusilar a alguien entonces los suboficiales llevan y traen los chismes, para arriba para abajo pero más para abajo que para arriba porque para abajo vienen más las carajeadas pero también las gauchadas las trampas las connivencias las complicidades, ellos son con los soldados más buenos con los oficiales como buenos suboficiales del glorioso cuerpo patricio, y entonces los voluntarios y milicianos reclutados llevan y traen los chismes para arriba para abajo, son chismes al final de cuentas porque el virrey sigue mandando en la aldea y los comerciantes llenándose los bolsillos con los paños que ingresan clandestinamente, igual para abajo que para arriba porque por ahí van y vienen más peligros y condecoraciones y reconocimientos y también condenas si hay equivocaciones, también las gauchadas las trampas las connivencias las complicidades los enconos las broncas los odios, ellos son los soldados más buenos como buenos oficiales como buenos suboficiales del glorioso cuerpo patricio, le dice el gringo Nonfre a su compañero de guardia.

la ley del gallinero

La ley del gallinero. Los oficiales llevan y traen los chismes para arriba para abajo pero más para arriba que para abajo porque para abajo vienen más las carajeadas que alguna información sobre cosas importantes, esas cosas que cambian la vida de uno de negro al blanco las que aparecen con los golpes de suerte, esos oficiales se sienten con derechos desde las jornadas de mayo cuando interesó poner el pecho aunque no fuera directamente el de ellos porque para eso tienen tropas y pertrechos, los oficiales llevan y traen los chismes como si eso los hiciera más importantes y uno que otro encima los filtra para abajo para donde anda la tropa entristecida por estos días sin escaramuzas, llevan y traen los chismes que van entrando en la historia que se escribe con las conversaciones los conciliábulos y los silencios en cada rincón del cuartel de la temporalidades, en los recovecos y en las recovas y en las torres en la que pasan sus días muchos días más que en sus propias casas, ellos llevan y traen los chismes y divulgan las broncas secretas los enconos los enfrentamientos y los descontentos que no se cuentan, ellos van y vienen y bajan con la chismería hasta cabos y sargentos, entonces los suboficiales llevan y traen los chismes para arriba para abajo pero más para abajo que para arriba porque para abajo vienen más las carajeadas pero también las gauchadas las trampas las connivencias las complicidades, ellos son con los soldados más buenos con los oficiales como buenos suboficiales del glorioso cuerpo patricio, y entonces los voluntarios y milicianos reclutados llevan y traen los chismes para arriba para abajo igual para abajo que para arriba porque por ahí van y vienen más peligros y condecoraciones y reconocimientos y también condenas si hay equivocaciones, también las gauchadas las trampas las connivencias las complicidades los enconos las broncas los odios, ellos son los soldados más buenos como buenos oficiales como buenos suboficiales del glorioso cuerpo patricio, le dice el gringo Nonfre a su compañero de guardia.

vigilias y calenturas

Vigilias y calenturas. Al gringo Nonfres siempre se le sube la presión y alguna vez los sofocones le van a producir un dolor de cabeza que hasta ahora no se lo producen como los dolores de cabeza que él le produce a los compañeros a los jefes y a los amigos por la forma de ser desde que se sacó el lastre de los reformatorios, ahora que están pasando por culpa de los leguleyos del cabildo una de la vigilias más largas o imposibles de todas las que van acumulando desde que el grupo se ha formado, aquellos lúgubres días pasan como ráfagas de luz o de aire mientras espera es estorbo por lo que tuvo que deambular de un lado para otro entre los galpones y en medio de las estibas y de las bolsas de granos en el puerto de Liverpool, apenas después de pasar los primeros siete años de su vida, los cirujanos del cuerpo de milicianos se lo vienen diciendo igual que los capellanes que se encariñaron desde que se incorporó con el visto bueno del jefe Don Cornelio al que primero no le gustó la idea porque venía del ejército enemigo y encima se negó para hacer de informante, él no nació para andar haciendo de chismoso le dijo y al otro le pareció bien y de buen soldado la disposición más viniendo de un tipo que no fue nunca a una academia y entonces lo bendijo como soldado raso, para él todo un acontecimiento porque se escapó de las filas inglesas cuando fue la primera vez y en la segunda lo metieron en el calabozo porque descubrieron que andaba por el campo de batalla en medio de los heridos y de los cadáveres en medio de los ríos de sangre y de barro con uniforme de patricio criollo preguntando de algunos amigos de otros tiempos, al gringo Nonfres siempre se le sube la presión y alguna vez los sofocones le van a producir un dolor de cabeza como ahora, porque él ha defendido como los otros las pertenencias ajenas porque él no tiene bienes y los de la junta pagan de esta manera queriendo que ellos se corten las trenzas, o que el deshonor sea más aún y se la corten otros milicianos.

vigilias, majadero

Vigilias de majadero. Espera como los otros que los otros aparezcan haciéndose ver con cañones obuses y bayonetas el gringo alienta a sus compañeros porque lo mismo resistirán y encendido como él los arenga insulta y grita como loco para que los que escuchen le tengan miedo a él le hicieron lo mismo, ese celador comedido del último reformatorio en que estuvo se lo dijo, hijo bastardo de mujer bastarda y padre desconocido no tiene futuro en el imperio, así que él es el primero que tiene que hacer algo por su porvenir aunque oportunamente no lo haya entendido por esos días cuando apenas pasaba sus siete años eso fue justamente su vida de ahí desde ese golpe fuerte en adelante, de golpe en golpe de tropezón en tropezón eso fue el motivo con el cual se escapó para siempre de aquel hogar acogedor pero tenebroso que era su casa, de agradecido nomás el celador que habrá visto en él un reflejo de lo que a lo mejor fue, también se lo dijo, un consejo como compensación, porque a diferencia de sus compañeros él no los trataba o no los veía justo por lo que eran, tipos atribulados de levitas negros de chaquetas azuladas y sombreros en punta de caras alargadas pómulos para afuera y nariz aguileña que vigilaban sus pasos en el orfanato, el gringo casi no recuerda su andar de sonámbulo por los pasillos del puerto de Liverpool donde los comerciantes y los marinos le daban de comer, hasta que pudo embarcarse en una fragata de guerra, de eso sí se acuerda bien y de junio de mil ochocientos seis desembarcando en un lugar que llamaban la reducción de los Quilmes y corriendo a la par de los infantes para entrar en la aldea, loco el gringo después se cambió de bando, ahora es un patricio que espera renegado y renegando, majadero es le da lo mismo una cosa que otra, total él vive en la calle.

vigilias y deslumbres

Vigilias y deslumbre. Será que el gringo Nonfres nunca tuvo nada que siempre estuvo privado de todo por lo menos es lo que recuerda, será porque le divierte y mucho o le divertía al menos hasta que entró a la milicia, andar como el carancho después da cada escaramuza no corroñeando con los cadáveres sino quedándose con la ropa de los soldados mientras nadie lo viera, llevársela a sus cuchas ocasionales allí donde los comedidos lo dejaban dormir sin molestarlo, desde que recuerda porque embroma con eso que es un tipo sin pasado cuando va tirando para grande y debería tenerlo, el único pasado que tiene es el de estos años en la aldea desde que decidió quedarse a deambular por acá abandonando el ejército con el que vino de allende los mares, quedarse siempre con las ganas de alcanzar algo de llegar a una meta siempre andando con esa sensación de no alcanzar lo que quiere alcanzar, será eso que ahora en la espera y después de la majadería que cometió y que le reclamó el cabo que por poco los mata a puñalada, eso de mandar un cañonazo en plena negociación con los de la junta para que alguien afloje para que ellos capitulen, le dice al negro Mariano que no le entiende mucho porque es más chico y más zonzo, que qué lejos están los tiempos cuando todos les temían a ellos a los patricios que ganaban batallas que daban seguridad a las locuras de los políticos que pasaban de blanco al negro cada vez que tomaban un decisión sobre algo, los tiempos cuando todos se congraciaban con ellos y les entregaban a los oficiales esas casacas llamativas de azul y derecha vivada de blanco que les daba porte igual que las sardinetas de galón amarillo con bota azul en punta con botones, y a ellos las chaquetas azules con cuello encarnado con sardineta de galón al cuello y toda vivada de blanco del mismo color de los botines, tiempos pasados y mejores le dice al otro que ni lo escucha, deslumbrado el gringo con lo que nunca tuvo y menos tendrá después de animarse con los soldados leales al triunvirato, exagerado sueña cuando empiezan los pocos cañonazos.

narciso

Narciso. Narcissus le dijo por esos días a los otros niños que jugaron con él saltando en la barracas al final de la calle larga donde los hombres apilaban lo cueros para que drenaran las sangres de las bestias desolladas después del matadero, Narcissus trató de hacerse entender en medio de todos esos negritos simpáticos hablando en criollo decían que fueron solidarios con él desde esos días, él no es tan bueno como ellos lo parecen ni siquiera le preguntan de dónde vienes, mientras se pasan haciendo equilibrios en los maderos cruzados sobre las aguas del río, repitiendo para que le entiendan de una vez, que los avatares de su vida son un poco más sangrientos y complicados que los de ellos mismos, sus ojos de niño se impregnan de lágrimas recordando él ha visto otras cosas que juegos de niños con los que se siente bien, Narcissus les repitió para que en su idioma entendieran el nombre del barco con el que vino desde otras tierras tal vez su tierra no sabe porque nadie le cuenta desde que se acuerda vive por las calles del favor ajeno pero allá estuvo de donde viene, que viajó como grumete peligrando con las enfermedades y las disenterías y con las locuras de los almirantes y los otros oficiales que altivos hacen y deshacen pueblos enteros como lo hicieron con la aldea en esos días de mil ochocientos seis cuando cumplió quince años sin parientes ni amigos, él fue viendo esa masacre que hoy parece lejana en la guardia patricia que monta en el fuerte de las temporalidades, esos días cuando anduvo corriendo a la par de los soldados esquivando milicianos inexpertos perdiendo en el barro, esos mismos milicianos que hoy son sus compañeros que le dicen gringo majadero, le pasan los recuerdos como esos días lejanos nadie para hacerle caricias que no conoció o para revolverle los pelos revueltos, mirando y dejando de lado al paso sostenido de la tropa y al son de los tambores voluntarios armados con unas pocas carabinas, espadas y chuzas, se agrupan detrás de los tres cañones con los cuales probaron rechazar el ataque, unidades de milicianos carentes de toda instrucción militar, después supo de Sobre Monte abrumado por la derrota de sus vanguardias, sólo atina a amagar un débil intento de resistencia en las márgenes del Riachuelo, no como él ahora que resiste igual que sus compañeros esperando la orden de fuego del triunvirato, soldado Nonfres reportando.

vigilias y temeridades

Vigilias y temeridades. Tenía como apellido el nombre de la virgencita del Carmen cuyo escapulario se lo dio un carmelita a su abuelo en el jardín de la república antes que se viniera para el sur con otros hermanos sometidos y además convertidos por los gallegos que hablaban del evangelio, en los tiempos cuando los regentes lo censaron con los otros indios en la reducción él, que apenas tenía diez años entonces, balbuceó el nombre de Mariano, que es como lo llamaron desde que se acuerda las mujeres con las que vivió en Quilmes a las orillas del río, él se acostumbró a ser el único varón de una casa, donde la totalidad de los varones su padre y sus hermanos se suicidaron para no perder sus dignidades igual que lo vinieron haciendo sus antepasados cada vez que los conquistadores pasaban alguna raya, él creció libre chivateando en las playa del río hasta el día de mil ochocientos seis cuando se enteró que unos ejércitos ingleses habían entrado en la aldea, corriendo con otros descansando de a ratos anduvo cuatro o cinco leguas hasta que llegaron a los mataderos del miserere donde unos comandantes reclutaban voluntarios para pelear por la patria, así entró a los patricios el grupo de milicianos que hicieron mucho por lo que los doctores llaman la revolución porque a veces no se les entienden qué es lo que quieren, mucho y mucho, como para que ahora los mismos políticos que los nombran le mandaron como a los otros un ultimátum, cómo ultimátum con ellos si son soldados varones y patricios, él no les tiene miedo, él los espera asombrado ellos no son precisamente los ingleses pero él es temerario.

vigilias, silencios, olores

Vigilias silencios y olores. Los animales con su mañas marcan las horas del día son como relojes con campanas que suenan avisando los cambios de hora en la larga espera, mientras él como los otros monta la guardia, está despierto y espera lo que ya le anunciaron, advirtieron que el desacato se paga con la vida la desobediencia con el fusilamiento o la horca, se corrió la voz o el chisme le llegó porque no hay nadie que se acuerde de él o de cualquier otro soldado, nadie lo busca nadie le avisa de nada, los soldados están para poner el pecho, primero para obedecer mucho más cuando no hay escaramuzas cercanas, las invitaciones a capitular por parte del triunvirato ya pasaron, pasaron los ofrecimientos de la Junta de olvidar los episodios de insubordinaciones de la últimas horas, el enojo de la tropa por el cambio de comandantes la orden que los hará pelones, aunque él como cualquiera pasa como las abejas que pasan zumbando yendo y viniendo como si no se cansaran de los panales que se ocultan en los recodos de los muros del fortín, un asno rebuzna en los mismos corrales donde están los caballos de los húsares ellos los húsares son sus compañeros seguro que no lo traicionan, por ahí debe haber un buey que mugirá y un par de caballos que relincharan haciendo ruidos como las gallinas cacarearán y cloquearán igual que el gallo que canta, presiente además una rana en el charco cercano que parece triste y croa, al amanecer o al anochecer, a la mañana y a la nochecita las bandadas de loros pasan pintando el cielo de verde y amarillo haciendo ruidos como si fueran lamentos ellos para llegar a los árboles cercanos, solo en este mundo hombre de pocas palabras, patricio solitario y reclutado en las orillas de la aldea Juan Herrera le teme a los largos silencios, como ahora que no se escucha ningunos de esos ruidos que conoce, cuando esos ruidos que conoce desaparecen es porque hay hombres armados en el perímetro del fuerte, algo pasa los animales presiente las desgracias antes que las desgracia ocurran, no habla con nadie ninguno es su compadre ni siquiera le sale sentirse compañero de infortunios en estos silencios que son pesados él los conoce desde niño cuando andaba corriendo caminando por las calles para ganarse unos pesos y poder alimentar a sus hermanos, sabe bien distinguir que cuando los ruidos comunes cesan vienen los otros ruidos de los obuses de los fusiles de los hombres que gritan abiertos por bayonetas empuñadas, sabe bien cuando el olor de los azahares de los ceibos se cambia por el olor denso de la sangre derramada en nombre de la revolución de hombres que ni saben de qué se trata, olor de la vida que de golpe se vuelve olor de los muertos.

espléndido niño

Interpretando al cronopio John, traducción libre
 Cierra los ojos No tengas miedo
El monstruo se ha ido
Se está escapando y tu papá está aquí
 Hermoso, lindo, hermoso lindo niño
Hermoso, hermoso, hermoso hermoso niño

 Antes de ir a dormir
Digamos una oración
Todos los días en todos los sentidos
Se está poniendo mejor y mejor

 Hermoso, guapo, hermoso hermoso niño Hermoso, bello, hermoso hermoso niño
 Despliego una vela surcando el océano
Para salvar distancias
Casi no puedo esperar
Para verte en la mayoría de edad

Pero supongo que tendremos tanto
 Sólo hay que ser paciente
Porque es un largo camino por recorrer
Un queso duro de roer
Sí, es un largo camino por recorrer

Pero mientras tanto
 Antes de cruzar la calle
Toma mi mano
La vida es lo que te pasa
Mientras estás ocupado haciendo otros planes

 Hermoso, hermoso, hermoso hermoso niño
Hermoso, bello, hermoso hermoso niño

 Antes de ir a dormir Digamos un oración
Todos los días en todos los sentidos
Se está poniendo mejor y mejor

 Hermoso, hermoso, hermoso hermoso niño
Cariño, cariño, cariño querido Joaquín.

vigilias y soledades

Vigilias y soledades. Solo en este mundo hombre de pocas palabras, solo ahora como corre solo en las batallas que le tocan cuando vienen los ingleses cuando hay enfrentamientos entre hermanos, porque por acá nadie sabe bien quien es el amigo quién es el enemigo qué es la revolución cuál la libertad que se busca, patricio solitario que apenas cumplió veinte años con más del doble de cicatrices por todo el cuerpo que lo surcan marcas que están por arriba por abajo de las costillas que se marcan en su pecho marcas de sus arriesgadas intervenciones de leal soldado a la causa de Don Cornelio que es la causa de él mismo y unos cuantos de la misma milicia, con pocos amigos Juan Herrera fue un seguidor ciego del alcalde Grigera él se crió allá en los mismos arrabales por el que camina ese patrón generosos que unos meses antes en la noche del sábado cinco de abril de ese mismo año del señor en el presiente una suerte funesta, sorpresivamente para algunos de los del centro tomó las riendas del levantamiento de las orillas de la aldea y a favor de la revolución, qué revolución masculla Juan mientras espera como los otros que vengan a desalojarlos ellos no cumplieron las ordenes de cortarse las trenzas al menos por ahora que pasaría a ser una señal que los otros ganaron la pulseada como ganan siempre en la riñas de gallos porque tienen dinero para mantener las aves de rapiña, sedición que ellos entienden que es para dejar el gobierno a los nativos y retirarse lo que no lo fueran, cuando entonces a las once de la noche del sábado cinco de abril grupos de quinteros y arrabaleros, casi todos con su caballo, se juntaron en diversos lugares de cada lugar que pudieron en la periferia de la cuidad unos meses antes de este ahora que se presenta negro, unos venían de los lejanos corrales del miserere, otros de la chacras y quintas de Palermo por donde entran los contrabandistas otros del oeste del Flores cerca del camino real y algunos de San Telmo, todos pidieron entonces sustituir la Junta por el gobierno único de Saavedra, que era muy popular, entonces porque ahora como no lo necesitan lo enviaron a exilios que el otro no conoce; culpa de algunos de los alcaldes de la periferia que arreglan con unos después rompen con esos y arreglan con otros, a las doce de la noche, en esos días cuando la plaza de la Victoria estaba llena de gentes que rodeaban el edificio del Cabildo en un imponente silencio, los regidores buscaron la protección de la Fortaleza donde quisieron averiguar, con los miembros de la Junta, el origen y los propósitos de la apariencia del pueblo, en silencio Juan Herrera se acuerda ahora de eso y queda con la pregunta para qué sirvió todo esto mientras espera el final que todos presienten en la aciaga noche del diciembre de mil ochocientos once.

vigilias y miedos

Vigilias y miedos. Todos vienen de lugares parecidos en esta aldea que se va haciendo grande todos vienen de lugares parecidos pero los que reclutan los toman de maneras diferentes y les enseñan que no todos son iguales, menos Don Cornelio que cuando estuvo con ellos los trató con respeto a todos y eso que todos son gauchos brutos y prepotentes, menos él que se crió con Félix su amigo el hijo del señor de la mansión donde trabaja su madre de lavandera y costurera principal, por lo menos hasta hace un par de años cuando la convenció que le de permiso para emanciparse y hacerse solado de los patricios, cuando el gallego defendió los intereses de los reyes como ninguno y en contra del virrey que todos dijeron que defendió los intereses del corso, vienen de lugares parecidos pero no son parecidos entre ellos entre los que hay algunos valientes y otros cobardes como hay altos y bajos y hay gordos y flacos, todos vienen por los mismos motivos de tener un salario para parar la olla de la familia que espera contar con esos fondos con los motivos, una razón para vivir, contar con ingresos para armar una familia y de enfrentarse al enemigo que los hay por todos lados donde hay reunidos más de dos hay confabulaciones, intrigas, contubernios que arman los mismos que niegan los contubernios porque andan en la política, pero el problema es que estos del gobierno no saben bien quién es el enemigo y como no lo saben tampoco saben de quiénes son los amigos, por eso ni si imaginan la gravedad de las ordenes que vienen dando, lo que es querer que ellos sean igual de pelones que los arribeños los húsares y los dragones, todo vienen del mismo lugar pero en las calles hay una creencia y además le enseñaron como a los otros que los sargentos y los cabos no pueden tener amistades entre ellos aunque ellos la tienen, amigos de vigilias de esperas comunes murmura el negro para que lo escuche el Agustín para amortiguarle el miedo, miedo de niño bien educado en cuero de soldado esperando ejecuciones, el otro le está diciendo que las esperas son peores en las noches cuando hay sombras por todos lados, y vientos que soplan fuerte y la sudestada, como ahora cuando la luz del sol se vuelve en rayos rojizos y violetas que van perdiendo el color a medida que llega la noche, por arcadas del cuartel en vitrales en rincones del fortín entre claros y oscuros como sus lealtades o como las lealtades de algunos de ellos que van cambiando con las horas, ellos dos con más miedo con menos miedo defenderán el fuerte de las temporalidades que los otros defiendan lo que les corresponde.

vigilias vicios vaciedades

Vigilias vicios vaciedades. El negro Enríquez igual que el Agustín su compañero conoce bien las inclemencias de criarse en los alrededores de los corrales del miserere, bien lejos del cuartel de la temporalidades en el que montan guardia, allá donde terminan las casas importantes y empiezan las plantaciones y las quintas, allá corriendo entre el pecado y el perdón de los más pobres escondidos en los caseríos apiñados entre el adobe y las cortezas de los árboles que se usaron para darles alguna forma, de los que trafican con bestias que venden para las milicias y los transportes regulares de la bulliciosa ciudad, conoce bien de andar patapilas y enterradas las piernas hasta las pantorrillas en los barriales después de las tormentas cuando se viene el cielo abajo, de crecer entre las enaguas armadas de las meretrices que se emperifollan para partir a los prostíbulos de las zonas del centro donde van los caballeros cuando las damas descansan, de escuchas pacientes y silenciosas entre el piar de los gorriones jugando por entremedio de los frutales en las mañanas, el ladrido triste de perros tristes y hambrientos a cualquier hora, y el lamento de los sapos y de los grillos a las noches como custodiando el lugar de cuchilleros y borrachos, vicios de orilleros virtudes de valientes, conoce bien todo eso y ahora le viene en la larga espera del ataque que se vendrá, está seguro que no quiere volver allá después de unos años de haber salido mozo para hacerse soldado de una milicia de hombres parecidos que dan mucho y piden poco casi nada a los señores del triunvirato que cuando les aprietan las botas porque vienen los ingleses o hay confabulaciones vienen a pedirles las ayudas correspondientes las mismas que ahora les niegan, negando a Don Cornelio queriendo que ellos se vuelvan pelones, por eso no mueve ni un dedo para imponer su rango de sargento de los patricios para moverlos a los otros, vacíos como él vacios oficiales y milicianos abatidos por combates y decretos, todos absortos igual que él, silenciosos y expectantes como metidos en la mezcla de la sorpresa que provoca que nadie reconozca sus méritos de milicianos voluntarios y el privilegio que bien se ganaron de andar como se les da las ganas con sus trenzas que los distinguen como ciudadanos de los arrabales de la aldea.

vigilias

Vigilias. Desvelos, como el que tiene como el que le contó su padre que tuvo durante las horas los días los meses y los años en que anduvieron los ingleses dando vueltas para quedarse con la aldea, en la jornada aciaga de final inexorable, Manuel Alfonso se acuerda para no dormirse que de chico su padre oriundo de las misiones y arribado a la aldea para alistarse en la milicias regulares, le contó que al dictarse en Madrid la Real pragmática de expulsión de la Compañía de Jesús, inspirada en la nueva forma de gobierno del despotismo ilustrado la suerte de los jesuitas y sobre todo de los aborígenes estaba sellada y con ella la de los criollo que vivían con ellos, las cuantiosas propiedades de los jesuitas les fueron confiscadas, y los muebles fueron abandonados en los predios de las temporalidades que así le llamaron a la cuestiones terrenales con comienzo y fin determinados como los reinados mundanos por caso, desvelos sueños pesadillas que vienen como alucinaciones durante la noche de vigilias anunciadas resistencias acordadas, allí mismo donde se instalaron y están instalados ahora ellos los patricios mientras fuero las invasiones su padre que así llegó a ser soldado de las fuerzas de Don Santiago Liniers y Bremond, Caballero del Orden de San Juan, Brigadier de la Real Armada, Gobernador y Capitán General interino de sus provincias, Presidente de la Real Audiencia Pretorial, Comandante General del Apostadero de Marina, y Lugarteniente del Serenísimo Señor Príncipe Generalísimo Almirante, etc., igual que él su padre corriendo detrás de sueños truncos pesadillas que siempre persiguen aunque se ande despierto, pero que eso no le sirve para nada ni él ni su padre pasarán a la historia y si pasan a ella no serán recordados, se acuerda de los que transan y trenzan en algún escondite camuflado en ese predio inmenso con galpones de adobe donde además la tropa improvisó las cuadras justo en los lugares por donde los jesuitas dejaron sus cosas, debe haber traicioneros entre ellos afuera saben más de adentro que los de adentro, ya se fueron Norberto Marterola y Mariano Benito Rolón los emisarios de la Junta que vinieron con la propuesta de descomprimir pero se fueron de la misma manera en que vinieron con las manos vacías y el amotinamiento intacto, él presiente lo que les espera lo vio varias veces de los traicioneros que gobiernan que hacen lo mismo con lo mismo, lo sancionarán con los otros degradándolo de cara a la tropa a sus amigos al pueblo amigo, lo fusilarán o lo ahorcarán como a los otros y pondrán sus cuerpos a la expectación pública, no importa, él como los otros, hace vigilias por su honor y su orgullo.

muertes y densidades

Muertes y densidades Ni los mosquitos zumban esa mañana sofocante del siete de diciembre, Juan Colares y Domingo Acosta montan la guardia adormecidos por la falta de sueño y el medio litro de aguardiente que entre los dos se tomaron, ni un ruido hay esa mañana cerca del verano austral en el cuartel de las Temporalidades, los sargentos Manuel Alfonso y José Enríquez en algún escondite camuflado en ese predio inmenso con galpones de adobe donde además la tropa improvisó las cuadras justo en los lugares por donde los jesuitas dejaron sus cosas terrenales antes de salir al exilio, un destierro como el que presiente que sufrirán ellos el cabo Agustín Castillo por acá, Juan Herrera o Mariano Carmen y el sanguíneo el gringo de Ricardo Nonfres por allá, todos deambulan sigilosos en el abierto cuartel de los patricios por estos días, lejos está el sol apenas apareciendo desplazado del orto del veintitrés de setiembre y hay unos zancudos que molestan a un par de perros sarnosos que pelean con unos huesos amarillos y pelados del caracú del puchero que ha servido de comida en las últimas horas, nadie habla demasiado ni muy fuerte hay una tensión espesa como el mismo día, todo parece la muerte antes que la vida en ese grupo de hombres que prefieren la muerte de la resistencia muy densa con la convicción de la razón que la muerte del servilismo menos densa de las razones ingrávidas de los otros que pretenden imponerse, lejos está ese sol como viniendo de esa banda oriental que conocen mucho estos mismos soldados que defendieron la aldea con el pecho y la sangre propia como para andar ahora con problemas con los del triunvirato, ya se lo hicieron saber y también invitaron a los oficiales de guardia a que se retiren del cuartel para que no los involucren esos otros que andan buscando responsables como tantos cobardes eso sí abogados que andan sueltos, ya llamaron al capellán para que los haga rezar unos padre nuestros y unos ave maría mientras esperan lo que ellos ya saben, ellos nunca serán pelones mientras los tambores y las trompetas hagan vibrar los corazones resistirán hasta su muerte.

arde la ciudad

Arde la ciudad. Definitivamente no puede, definitivamente no debe, a un ministro no le tiene que gustar el rock, no le tiene que gustar el rock ni el tango ni la zamba ni la balada que son la parte más fuerte de la música de por acá, definitivamente no tiene que gustarle ni el rock ni ninguna otra melodía el ministro es un hombre público y no puede andar jugando con su investidura ni nada que se le parezca a las cosas superfluas de mortales superfluos, definitivamente y no solamente no le tiene que gustar sino que además no tiene derecho a expresarse esas son las reglas de juego de la formalidad nuestra de cada día aunque se trate de una formalidad llena de informalidades el ministro no puede andar exponiéndose y exponiendo sus honorabilidad con entretenimientos como es el rock del populacho menos con los de la banda esa de los que cantan tu equipo volvió a ganar, habrase visto será que el equipo del tipo volvió a ganar que es como una redundancia porque el ministro es un ganador nato o neto él ministro no necesita andar mostrándose con melenudos ni tatuados por mucho que sean del pueblo, el ministro está para tomar las decisiones importantes las que determinan el rumbo de la economía nacional en línea con todas las economías del mundo, esos mismos que en otra parte de una canción dicen te prendieron mil bengalas hoy, como si se olvidaran de las bengalas de Cromañón y de todas las bengalas importantes en este lugar que está en incendio permanente y donde se están prendiendo bengalas desde que esa ciudad no era más que un fuerte de sucios y matreros perdidos en la inmensidad de las laderas a expensas de indios que renegaban de todo, la banda grita tu nombre y ves, como la popular se va a caer pero tu estrella no está más se la llevó la mañana, como la estrella del ministro si le sigue gustando lo que le gusta el rock y la guitara con esos colores y las motos sofisticadas esas por las que los dueños por decisión del ministro pagarán más impuestos como pagarán más impuestos los que andan en embarcaciones y autos sofisticados igual que esos importantes a los que como el ministro no les puede no les debe no les tiene que gustar el rock ni nada los ministros no son para que les ande gustando algo, el ministro no tiene que ignorar la protocolización de su vida para eso son justamente los protocolos, ese es el costo que se paga por los beneficios de ser ministro que deben ser varios pero no andar diciendo por ahí que le gusta el rock y mostrándose con chaqueta blanca y camera de cuero como si fuera la reencarnación de Papo, arde la ciudad, llueve en tu mirada gris, no es gris la mirada del ministro ni es negra ni es blanca es la de un rockero, la gente festeja y vuelve a reír, pero este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí, la vida siempre es así, te da y te quieta por nada aunque estés solo, o cantando con los muchachos de la mancha de Rolando, sin corazón ahora tenes que seguir la función y es una fiesta el bodegón donde se junta la hinchada, definitivamente al ministro no le puede gustar ni el rock ni esa canción ni ninguna canción que él está para hacer sonar la campanita en el senado en ese lugar donde están los representantes de nadie o los representantes de algunos ciudadanos que lo mismo no hacen nada, el ministro tiene que dedicarse a eso justamente a hacerlos laburar que para eso les paga el pueblo, arde la ciudad, llueve en tu mirada gris, la gente festeja y vuelve a reír, pero este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí y es una fiesta el bodegón donde se junta la hinchada, arde la ciudad, llueve en tu mirada gris, y en la de cualquiera porque al ministro no le tiene que gustar el rock ni ninguna otra música solamente la gente festeja y vuelve a reír, pero este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí y arde la ciudad, arden y llueven los ministros menos éste que prefiere la campera y no los trajes costosos que el ministro o los ministros se ponen llueve en tu mirada gris, la gente festeja y vuelve a reír, pero este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí, la vida hermano donde caben los ministros de traje que puntillosamente destrozan una y otra vez esto que armaron algunos, cada vez que alguien los busca van y vienen del ministerio, y toman las decisiones equivocadas aunque el resultado de esas decisiones sea reventar a la gente, esos que roban o se enriquecen impunemente de la noche a la mañana, esos sí que son ministros no como este que con perfil bajo en los claustros y en los grupos de la flor y nata de los economistas encima le gusta el rock and roll.

chismes

Chismes. Alguien anda diciendo que los reclutas de la milicia están molestos por la cuestión de los uniformes, porque siempre les hacen los mismo, porque ellos van y vienen de la banda oriental, fueron los primeros que pusieron su coraje para sacar a los gringos y a los ingleses de sus tierras, y cuando ellos piden no tienen presupuesto ni plata para reponer el abasto y las chaquetas nuevas y de casaquillas o pantalones blancos ajustados a las piernas que son los más cómodos a la hora de andar en los frentes de batalla, pero esos son los comentarios malintencionados de chismosos buscando orejas de otros chismosos que escuchan, correveidiles que quieren desviar la atención de la gente del pueblo que está con ellos y en contra del triunvirato y del negociador ese que los manda a los que forman el triunvirato, que ellos esos mismos melindrosos y maldicientes andan haciendo correr la noticia que es porque andan pidiendo modelos de uniformes de otras compañías o copiando de los andaluces según las versiones de los que viajan y resumen las anécdotas, alguien anda diciendo que ellos piden tafetán de seda colgantes con vainilla y flecos de seda o haciendo o pidiendo dibujines de ramas de laureles para usar como emblemas, pidiendo ropa para la tropa, para el tambor mayor músicos y tambores que deben andar con casquilla blanca collarín en forma de trapecio isósceles, cuando son simplemente cosas de chismosos que van y vienen desde la calle a las temporalidades donde se guardan los trastos de los jesuitas hasta que vuelvan, el glorioso cuartel donde se amotinaron hace unos días con el motivo real de pelear a favor de una verdadera revolución por una tierra para todos los que viven más allá de la aldea esos mismos que son de la misma patria y tienen los mismos sentimientos y la misma estima por el terruño que no tienen los usurpadores, de los que rechazan el centralismo que se viene haciendo costra desde el movimiento de los regentes de la aldea que no ven más allá de sus ojos liderados por varios de los representantes de la junta que no se junta nunca por más grande que sea, trenzas que no son sus trenzas las trenzas que el general de baratija mandó a cortarles, a ellos justamente patricios que mueren por el honor reducido en los chismes.

rebeliones y revelaciones

Rebeliones y revelaciones. Después de siete días la proclama conciliatoria del cuarto triunviro como si fuera una burla de carnavales, esa arenga invitando a todos los cuerpos de la guarnición a la disciplina el orden y la subordinación como hacen los políticos cuando se les rebelan los milicianos o los militares que van poniendo en línea, parecía un salvoconducto inútil y lejano para los soldados que junto a los sargentos y a los cabos estaban iracundos con el alejamiento y el exilio obligado de Don Cornelio por culpa de los traicioneros y las traiciones perpetradas por los mismos traicioneros, semejante majadería para atreverse con un semejante comandante de tropas de batallas gloriosas como las que pasó él defendiendo el proyecto de patria que tiene tantos intérpretes como osados codiciosos hay dando vueltas aprovechando las noticias en la aldea, del viejo mundo del nuevo mundo del corso de los piratas que llegan por estas costas buscando tesoros, después de siete días de sentir el apoyo de húsares y arribeños de invitar a los oficiales mayores a retirarse de las temporalidades de negarse al deshonor de cortarse las trenzas que eran la señal de sus virilidades y valentías, el edecán Igarzábal trajo el ultimátum que decía soldados, es esta la última intimidación que os hace vuestro gobierno, rendid las armas retiraos, confiad en su clemencia y nada temáis, el os empeña su palabra de honor a nombre de la patria, de que os oirá vuestras peticiones cuando las deduzcáis con subordinación al gobierno que habéis obedecido, pero si obstinados pensáis sostener el desorden, la fuerza armada y el pueblo irritado os harán conocer vuestros deberes, determinad dentro e un cuarto de hora, o preparaos a las resultas, soldados, solo la seducción de los enemigos de la patria ha podido conducirnos a la insurrección contra el gobierno y vuestros jefes, ceded en obsequio de la causa sagrada que habéis sostenido con vuestra sangre, ceded por el amor de vuestros hijos y de vuestras familias, que serán con el pueblo envueltas en los horrores de la guerra civil, ceded en fin, por obsequio a vuestros deberes, y un velo eterno cubrirá para siempre vuestra precipitación, y el delito de sus autores, de lo contrario todo está pronto para reduciros a la fuerza y vosotros responderéis de tan funestos resultados.

blanco y negro

Negro y blanco. Tengo que escribirlo Joaquín antes que me olvide tengo que registrarlo por las dudas nos crucemos unas pocas veces aunque estaría bueno que sean unas muchas veces, pero si son pocas lo que menos quiero es no registrar estos cuatro días que pasaron que tuvimos oportunidad de cruzarnos para que yo tuviera oportunidad de escribirlo, o de contarlo a vos Joaquín que ya no tienes la posibilidad e leerlo o escuchar el cuento pero que la tendrás como tendrás la oportunidad de contar el tuyo a quien tenga que escucharte y así siempre, nos dejamos posta ¿viste?, uno tras otro, de generación en generación eso es la humanidad y nosotros somos parte de ella, tengo que escribirlo Joaquín decirte que en esto yo soy lo viejo y vos lo nuevo que es lo mismo que decir que yo soy el viejo y vos el joven o el niño en todo caso o el bebé en último caso porque si hubiera sido diferente te podría habar dicho estas cosas oralmente sin escribirlas pero tengo que escribirlas porque este es el rasgo de nuestra cultura por el cual nos comunicamos, los que están yéndose como yo con los que están llegando como vos, el pasado con el futuro por ejemplo, ¿te das cuenta?, agradezco a Dios y también a la casualidad y a la fuerza y las ganas que pusimos todos para que pudiéramos encontrarnos fue una experiencia inolvidable espectacular insuperable, lo viejo y lo nuevo el viejo y el joven el que se está yendo el que está llegando el pasado y el futuro en este presente que es como cualquier presente como tendrás el tuyo y podrás aprovecharlo cuando te vaya tocando todo a su tiempo, como ahora, cuando nos juntamos el paz que está de vuelta con el castro paz que está de ida en realidad esto es según de dónde se mire, el paz que vendría a ser el reverso de la página que escribimos y el castro paz que es el anverso, el paz que va en la bajada y el castro paz que comienza con la subida, el paz que está más triste y el castro paz que está más alegre, el que derrama más lágrimas de angustias y el que derrama más lágrimas de caprichos, el que llora y el que ríe otra cosa que también depende de cómo se mire, que bueno que nos hayamos cruzado Joaquín yo que estoy más cerca del patio de atrás de la casa de la existencia y vos que estás en la parte de adelante, el que la ve más negra por el paso de la historia y el que la ve más blanca porque aún su historia es corta, Joaquín, en definitiva, tuvimos cuatro días para saber que estamos vivos, aunque en algún momento no lo sabemos cuándo tengamos que morirnos, negro o blanco Joaquín eso son los mejores colores para encarar la vida aunque tengamos la suerte de contar con la visión de los colores para saber lo que es el arco iris.

diásporas

Diásporas. Son tantas las ideas que se amasan igual que los panes que se levan antes de ingresar a los hornos mientras el gauchaje o la tropa espera, son muchas las ideas como docenas los panes que otras tantas uniones que se dan entre las gentes con afinidades, hay grupos por todos lados, hay un grupo por cada ideal que se dice y logra adherentes, un ideal que se expone en voz altas en estos tiempos de armar lo que no se sabe bien qué forma se quiere, grupúsculos interpretando los gritos de emancipación en los tiempos que se viven aprovechando que en otros lugares el general corso amplía sus reinados, son muchas las ideas dispersas desperdigadas que no conducen a nada que los que tienen un poco de ascendencia y de palabras arman milicias de defensa también a demanda, juntando tipo de fusil en mano pero libres de patrones y regentes también para lo que venga, hay vecinos que como ellos patricios como ellos de nobles linajes aunque no se reconozcan que están más que molestos porque lo reemplazaron a Don Cornelio como comandante del cuerpo y entonces el lugar del capitán Francisco Pico Duarte héroe de la batalla de San Pedro y de todas las defensas en delante de la aldea y sus alrededores, en la protesta de esta tarde de diciembre es del lado de su jefe de los criollos o federales.

otras muertes, de las otras

Otras muertes. Mujeres o varones es lo mismo cuando se trata de lealtades o traiciones para él, le puede hacer la mujer a un compañero o quedarse del lado de los que olfatea serán los que terminen vencedores, del lado de quien se fuera der baja del lado de la última alta del lado de quien nombrara el triunvirato, de espíritu federal para una federación que apenas aparecía del lado del centralismo de los porteños, bruto y desconsiderado el abanderado de los patricios Don José María Urién Rivadavia, no tuvo ni el menor temor ni la menor duda por lo que pudiera decir su tío materno, conocido por sus histerias las marchas y contramarchas con su órdenes casi ninguna en contra de la corona y siempre a favor de sus propios intereses, unitario de corazón federal con la lengua hacedor de discursos confusos pero especialista en tranzas y trenzas y no precisamente de esas que el comandante Belgrano dispuso cortar para dar un escarmiento a los que forman la tropa, bruto y desconsiderado no le cupo ninguna vacilación de cuál debió ser el papel que debía tomar en ese levantamiento, de dónde debía estar de qué lado ponerse, con aquel escalador de pendientes públicas apenas de unos años más que él quizás más astuto, el Señor Secretario de Guerra del Honorable Primer triunvirato Don Bernardino Rivadavia Rivadaneira el tipo de mayor injerencia en ese cuerpo colegiado donde cada uno pensaba distinto o sea cuatro opiniones por otras cuatro y cuatro más hasta el infinito, y dentro del cual tomaba las decisiones por lo menos las más importantes, bruto y desconsiderado el abanderado de los patricios Don José María Urién Rivadavia, no tuvo ni el menor temor ni la menor duda por lo que pudiera decir su padre Don José Domingo Urién Basabilvaso comandante del tercer cuerpo de los lidiados patricios y retirado a la fuerza en el levantamiento de Alzaga y vuelto a reincorporar con motivo de los acontecimientos de mayo del diez como jefe del segundo tercio cívico con retención del cargo de teniente coronel de milicias, él no tuvo ninguna inseguridad ese seis de diciembre del once de ponerse del lado de los ganadores, para él su tío ni existía estaba muerto a su manera y como cualquier hijo sin decirlo amaba a su padre que venía muriendo de las traiciones que terminaban en sanciones.

otras muertes

Otras muertes de las otras muertes. No fue un cualquiera, el tipo es importante y anda trenzando en todas las trenzas habidas y por haber para eso puso mucho dinero en su estudio le repite su padre cuando lo ve y conversan que a algunos les cae bien y a otros les cae mal en los tiempos de una revolución que nadie sabe bien de qué revolución se trata, pero eso a los soldados atrincherados e iracundos no les interesa nada de lo que digan autoridades insensibles que se acuerdan de ellos solamente cuando hay que poner el hombro para colaborar con las fuerzas y el número, hay que estar en el cuero de ellos para entender que hay muertes peores a morirse de un tiro en el pecho, de eso ellos están acostumbrados por estar acostumbrados a la guerra y a las escaramuzas, eso es lo de menos para valientes vecinos patricios que no dejaron que los ingleses se quedaran adueñados de estas costas, valientes milicianos por eso la amenaza de disciplinarlos con fusilamientos a ellos no les mueve ni un pelo, ellos no van a deponer ni armas ni opiniones de las que tienen no lo quieren a otro que no sea Cornelio y mientras no venga con los otros montarán todas las vigilias y guardas que sean necesarias, ellos han visto bien en las batallas que hay otras muertes peores que recibir directamente el impacto del plomo a segundos del estruendo, preparados listo fuego, por ahí y en todo caso lo único que se le pide al niño Jesús es un disparo certero que no deje herido para andar arrastrándose en medio de la propia sangre y la mugre de la tierra teñida, hay quienes se mueren de miedo o de vergüenza de hecho a veces hay quien dice me muero de vergüenza cuando pasó algo irremediable y ridículo y se siente la sensación de querer desaparecer de querer que la tierra se lo trague, hay otros que se mueren enfermos esas son peores muertes atacados por el paludismo el asma o la tuberculosis, otros se mueren de tristes como Viltipoco cuando perdió su libertad y los curas lo quisieron evangelizar a la fuerza y poniéndole ropa de gringo o de cristiano segín el puntilloso castellano de Castilla, un montón de etiquetas de nombres de denominaciones para todas las muertes que hay hasta llegar al final a la propia a la única muerte que ninguno de ellos teme, por eso el Comandante Manuel José Joaquín del Sagrado Corazón de Jesús Belgrano González Casero, educado en el Superior Colegio de San Carlos y en las casas de altos estudios de Salamanca, Valladolid y Madrid, puede amenazar todo los que se le ocurra con degradantes acciones cortando las trenzas de sus cuidadas cabelleras, el podrá trenzar con la lengua en las tertulias sobre sus trenzas para los reyes que también tienen las suyas entre chismes y pelucas, ellos están preparados para su muerte más digna.

etiquetas

No fue un cualquiera, tenía un montón de etiquetas aunque estuviera empezando ya había pasado por unos cuantos cargos importantes en la aldea, por eso al Comandante Manuel José Joaquín del Sagrado Corazón de Jesús Belgrano González Casero, educado en el Superior Colegio de San Carlos y en las casas de altos estudios de Salamanca, Valladolid y Madrid, no le tembló el pulso cuando firmó la orden de escarmentar a los sublevados cortándolas el pelo, mugrientos mantenidos por el gobierno, después de todo eso es menor que andar muriéndose.