CUENTO
BREVE NÚMERO DIEZ DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Si
un choro se mete al domicilio el idiota fácil detecta la violación a la
propiedad privada, que antes contadores idiotas e idiotas abogados, pusieron
como versiones en los códigos penales, civiles o comerciales, pero si una
corporación – ladronzuela global lo que quiere decir que roba en todo el
planeta – confisca y explota bienes de la sociedad, vendiendo en dólares
comprando desgastando pesos nacionales, contratando en negro, gracias a los
vivos, el idiota ya no se distingue tan fácilmente la violación de la propiedad,
pública en este caso, porque si la corporación está por ejemplo en concurso de
acreedores o lo que es peor aún en quiebra, quiere decir que su propiedad son más
pasivos – deudas – que activos, o sea que tal vez tenga porque se consigna en
unos papeles, que al final no son nada.
A
“los ricos no roban porque son ricos” que frecuentemente recitan los idiotas en
sus manifestaciones a favor de la patria que a la vez destrozan con su especulaciones
con el dólar, le falta de dónde son ricos de dónde se hicieron ricos, los
ricos, porque eso que se hicieron ricos de la nada, de un santiamén, argumento
de los pocos vivos que hay que engatusan a los muchos idiotas reaccionarios, por
el paso de la magia de un mago, por casualidad o porque su merced, el rey, el emperador,
o la misma virgencita de los viñedos, o de las catacumbas, o de los fértiles
campos que desgastan en explotaciones que llaman propiedad privada, lo creen,
ellos solamente ellos lo creen, como creen, que la pobreza es fruto de la
indolencia de cientos de miles de “sacrificados” aprovechadores que en vez de
ir a trabajar prefieren recibir una dádiva del estado, como si se eligiera
andar regalando la dignidad al único postor que por ahí se mueve, los ricos son
ricos porque de una forma o de otra forma robaron antes, eso, que circula
momentáneamente como si no fuera de nadie, gracias a las leyes que inventan los
vivos y de las instituciones que los vivos manipulan como quieren, con los
mismos fines.
CUENTO
BREVE NÚMERO OCHO DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Fuera
de ser hay que parecer, fuera de serlo hay que parecerlo, le dijo un vivo a un
idiota, mientras evadía impuestos con el argumento a su juicio que el estado
confisca todos sus activos que son pasivos, mientras fugaba divisas con el
argumento a su juicio que es imposible ahorrar en moneda nacional para proteger
sus ahorros, el idiota como un eco repitió ante los otros idiotas, fuera de
serlo hay que parecerlo, mientras estaba siendo pagando impuestos mientras
estaba siendo estafado por los bancos que mientras pareciendo más que siendo le
pulverizaban sus ahorros.
CUENTO
BREVE NÚMERO SIETE DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
El
exportador le vende al gobierno 1USD a 50 pesos argentinos y por guillar nomás
de chiflado, 1USD que vende al arbolito a 65$, el importador pide al gobierno
que le venda 2 USD a 50$ c/u, el exportador hace una diferencia de más el
gobierno una diferencia de menos con el exportador y de menos con el
importador, y en ese circo, en esa mezcla milagrosa de sabiondos y suicidas
conocida, esa masa informe de consumidores bobos que bien se conoce y vendedores
avivados, de vivos y de idiotas, un idiota le dice a otro compro 1USD a 50 $
argentino al gobierno y lo vendo al arbolito a 65 depués de unos días, que se
embrome el gobierno y tengo una ganancia de 15$, pero eso sí, si le falta al
gobierno es culpa del mismo goblerno.
CUENTO
BREVE NÚMERO SEIS DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
En
los manuales más sencillos en los manuales más complejos la inflación de
demanda empieza, obvio, con un exceso de demanda sobre la oferta, vaya novedad,
la inflación de costos cuando los salarios aumentan más intensamente que los
aumentos que experimenta el nivel de los precios al consumidor, que la
inflación monetaria cuando la emisión acusa un ritmo más intenso y eso hace que
la oferta monetaria crezca a mayor intensidad a la que están creciendo los
precios promedio, también en los manuales, a veces, se menciona a la inflación
estructural, como un tipo de inflación que, puntualmente, aparece en una
economía que exporta bienes/servicios relativamente, con menos valor agregado
que el que tienen los bienes/servicios importados, y en la interpretación de esos
manuales, esa mezcla milagrosa de sabiondos y suicidas conocida, esa masa
informe de consumidores bobos que bien se conoce, de esos que de tanto saber
todo de todo no saben de nada, esa mezcla melindrosa de ¿malandras y suicidas?,
son capaces de inventar un quinto tipo de inflación en épocas de pandemia y
cuando el evento es muy raro, salvo excepciones, en la globalización,
marzo/febrero 2%, abril/marzo 3,3%, mayo/abril 1,5%, casi siete por ciento en
más o menos cien días de cuarentena absoluta por covid-19.
CUENTO
BREVE NÚMERO CINCO DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Esa
mezcla milagrosa de sabiondos y suicidas, de esos que de tanto saber todo de
todo no saben de nada, esa mezcla melindrosa de malandras y suicidas, perdidos
perdidosos perdiéndose que se pierden, esa mezcla ruinosa de garcas y de suicidas,
de vivos y de idiotas que apuestan por industriosos industriales
industrialistas de la industria nacional, amenerados amañados engomados
empomados por un set por un séquito de economistas económicos economiscistas opinadores
opinólogos opinágromos de erróneas opiniones, defensores del industrialiscismo mismo
que fabrica lo barato que importa lo caro, contracara de campestres campesinos
campechanos que según ellos mismos fabrican lo barato que exportan y compran lo
caro que importan, y fugan money cash trac y evaden impuestos repuestos
expuestos impuestos por el estatista estado estatizante estatizador monopolio
monopolizador menopolizante cíclope monstruo de morondanga que gasta lo que no
tiene.
CUENTO BREVE NÚMERO CUATRO DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Había una vez una aldea, donde vivían miserables, vivos o idiotas, más
pocos que muchos vivos y más muchos que pocos idiotas.
Cuánto cuestan, nadie lo sabe a ciencia cierta, como tampoco nadie lo
sabe cuanto se va en subsidios, que también hay subsidios para ricos, como
tampoco cuánto cuesta subsidiar a los ricos a los más acomodados, cuánto es el
costo social de eso, tampoco nadie lo sabe, interesa la oleada de odio, interesa
la ira, la descalificación, pensar que la pobreza es culpa del pobre y la
riqueza un mérito del rico,
Unos muchos idiotas entre los pocos vivos proclaman:
Cosa de negros y de subsidios, el argumento de la película que ven
ellos, los idiotas y los vivos, consiste en una legión de negros de estirpe,
resignados y sin dignidad, adornados con sus mejores galas, una camiseta malla
percudida una bermuda más propia para andar en la playa y un par de zapatillas
con un costo igual a uno de los varios subsidios que reciben, cosa de vivos y
de idiotas.
CUENTO BREVE NÚMERO TRES DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Había una vez una aldea, donde vivían miserables, vivos o idiotas, más
pocos que muchos vivos y más muchos que pocos idiotas.
Vamos todos por la defensa de la propiedad privada, todos somos vientín,
que no nos quiten lo nuestro, legiones, contingentes numerosos de manifestantes
ansiosos, mostrándose en contra de una expropiación que todavía no es, que no
será en el corto plazo, y que por ahí tiene otra forma en el largo plazo, como
la de una administración colegiada, o lo que fuera.
Unos idiotas un poco más pensantes que otros preguntaron:
Qué es la propiedad privada, ¿la de un grupo de supuestos empresarios?,
¿prebendarios que evaden impuestos?, ¿corruptos que fugan capitales y mienten
con sus balances, con mentiras avaladas por contables y notarios corruptos
también?, ineficientes que deben más de lo que tienen como patrimonio y
acreencias, si la propiedad privada que se defiende no es propiedad de otra
gente diferente a la gente que aparece para la gilada, que tiene más deudas que
créditos, ¿qué propiedad privada será la de quien tiene más pasivos que activos?.
Los primeros y más gritones y quejosos idiotas entre los pocos vivos dijeron:
En defensa de la propiedad privada, de la constitución, viva la
patria.
Y así siguieron encerrados en su odio, impenetrable, impermeable odio,
que les permite estar en contra porque sí, y estar a favor del oprobio, de la
indignidad.
CUENTO BREVE NÚMERO DOS DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Había una vez una aldea, donde vivían miserables, vivos o idiotas, más
pocos que muchos vivos y más muchos que pocos idiotas.
Unos idiotas entre los pocos vivos dijeron:
El covid19 es una plaga de ricos no una plaga de pobres aunque los
pobres se contagien porque brindan servicios en casas dde ricos, por supuesto
que lo números tienen que estar, en algún registro olvidado, guardado en algún
estante de migraciones, de las aerolíneas que salen de Ezeiza, en alguna covacha
de esas llenas de tierra y de cucarachas,
los números sueltos, sin ninguna articulación, con los datos de los migrantes
salientes o entrantes, con los datos de sus lugares de procedencia, los
números desordenados, lejos de las estadísticas y de los actuarios, y que
seguro que revisados, darán para Catamarca el más bajo porcentaje (el 0,015%) de
su población andando por el mundo, especialmente por lo lugares de donde trajeron
el virus, el otro extremo de la CABA donde más pocos que muchos vivos se hacen
los otarios con os costos, de la enfermedad y el contagio.
CUENTO BREVE NÚMERO UNO DE HISTORIA ECONÓMICA en LA ALDEA.
Había una vez una aldea, donde vivían miserables, vivos o idiotas, más
pocos que muchos vivos y más muchos que pocos idiotas.
Unos vivos entre los muchos idiotas dijeron:
es bajo el precio que se paga
por los servicios, bajo el precio de la luz, del gas, bajo el precio del
agua.
es bajo el precio, la tarifa es muy baja, se paga muy poco de luz,
agua, energía, servicios.
Y así siguieron
El discurso: es tan bajo el precio, que hay muchos idiotas ricos que
pagarían más por los servicios
El concurso:
es tan bajo el precio, de la luz, del gas, del agua, que hay muchos
idiotas ricos que pagarían más por eso.
¿cuántos de esos idiotas habrá?
El concurso:
como 8 millones, una mayoría que no será minoría.
El discurso:
abramos un registro de voluntarios a pagar mayores tarifas.
El concurso:
Anotados, voluntariamente, 32.000, una minoría que parece una mayoría.
El discurso:
Igual se paga muy poco de luz, agua, energía, servicios.
se paga muy poco de luz, agua, energía, servicios.
En la aldea entonces, por decreto que es como ahí se hacen las cosas,
aumentó el precio de las tarifas como el 3000%.
Y quedó, un tendal de miserables, vivos o idiotas, quejándose, y como
siempre pagando.
el sistema puede succionar activos físicos nunca los activos afectivos
MyH;
Brillan
unos por ausencia
brillan
otros por presencia
brillan
pocos por esencia
brillan
menos por paciencia
brillan
unos por las trampas
de codiciosos y de hipócritas
brillan
otros por las hampas
de insidiosos y de apócrifas.
Frases hechas. Humani generis. Ay
con el género humano a medida que uno se hace más viejo, ay con esa compleja
unidad de cuerpo espíritu no santo alma y ese algo más insondable que nos hace
diferentes, tan diferentes primero entre pares que nos desentendemos odiamos
amamos vejamos matamos engendramos despreciamos degradamos y tantas otras
desviaciones que levantan el ánimo hieren ofenden a los otros no solamente a
los que están cerca sino también a los que están lejos, ay con el género humano
cuando ejercitamos toda la hipocresía de la que somos capaces, el artero
cinismo la vacuidad, tan diferentes segundo con otras especies animales
cercanas o lejanas a nosotros, que con instinto sin intuición por lo menos como
la conocemos sin prejuicios como los conocemos sin preconceptos sin razón como
la conocemos sin raciocinio como lo conocemos, que así y todo solamente con eso
el instinto mejoran los estándares más elevados de la integridad como la lealtad
más que cualquier otra de las virtudes que el humani generis, así como suena de
solemne, ha categorizado y categoriza, sin cumplir prácticamente ninguna, si
fuera de otra manera no habría 2 mil de 7 mi millones que viven con menos de un
dólar por día.
Economía etiquetada. No
necesariamente significan buenas noticias las economías externas pecuniarias o
las economías externas tecnológicas en el contextos de las economías
diferentes, al menos no se corresponden con las noticias de esos tipos de economías externas en las economías centrales,
donde los niveles de bienestar se calibraron hace más de cincuenta años con
estándares o patrones soportables de distribución de ingresos o rentas y de equidad/inequidad
para vastas franjas de la población, especialmente para franjas medias y medias
bajas, que son las que habitualmente, en las economía diferentes especialmente,
reciben los cimbronazos de las recesiones mezcladas con elevados niveles de
precios promedio bajos niveles de salarios nominales y reales con mutaciones
bruscas por modificaciones en el tipo de cambio, elevados déficit fiscales,
motivados más por financiación pública de performances productivas de
particulares ineficientes que por la financiación de consumos populares de
subsistencia además, de ingresos públicos regresivos que gravan a sectores de
ingresos fijos y no a empresarios enriquecidos con ingresos crecientes que permiten acumulaciones de
activos, con empresas pobres, o lo que es lo mismo, los mismos empresarios que
en los circuitos virtuales y fiduciarios dilapidan recursos monetarios y
financieros con operaciones fraudulentas de evasión y transformación de activos
en moneda nacional a activos en divisas que luego son transferidas
internacionalmente, con lo que las economías externas son más bien deseconomías
de escala con costos a las franjas de población nacional imposibilitada de
migrar y vulnerable en niveles de ingresos o rentas, los mismos empresarios que
en los circuitos reales hacen escasear la inversión autónoma y privada para
transformar los instrumentos y los recursos tecnológicos que impacten mejorando
las economías externas tecnológicas que tendrían que derivarse de esas
inversiones con retornos de largo plazo pero que son inexistentes en las
economías diferentes, tanto por parte de los empresarios nacionales como por
parte de los empresarios extranjeros que participan más bien en las obras
públicas y oligopolizan los mercados de servicios públicos en los que por
posiciones dominantes elevan sus precios que además están resueltos en moneda
extranjera, y llevan las resoluciones de diferencias a tribunales arbitrales
internacionales donde encuentran escenarios de connivencias que por lo general
las favorecen.
Frases hechas. Un engaña pichanga. En la
riqueza y en la pobreza en la salud y en la enfermedad en la fortuna y el infortunio
en la mendacidad la exclusión y la opulencia, un giro literario un giro
semántico un giro romántico una cosa un detalle, una excepción a la regla, una
regla en la excepción, una mentira piadosa una mentira de verdad, una verdad de
mentiroso, una chanza, una trampa en un examen, una trampa, una guillotina
cuando la mentira no es ni piadosa ni porosa, una novedad, lo opuesto a una
obviedad, un verbo, una adjetivo un adverbio, un sustantivo, una estrofa, una
nota, un renglón en un mamotreto en una escritura en un testamento, la letra
grande que genera la letra chica, la semiótica del delirante cuando se olvida
de la letra chica, todos son un engaña pichanga y los hay más, eso que se usa
para desviar la atención tan común en una aldea colonizada y mamarracho como la
que se tiene, donde una ley un decreto una resolución, una ordenanza un veredicto
un convicto juez un juez corrupto un juez corrompido un legislador, una
regularización de hipotecas, una cédula hipotecaria, una célula sana, una
cánula, son engaña pichanga.
Frases hechas. Tropezar dos
veces con la misma piedra. En la aldea donde estamos, donde rendimos a la misma
bandera que pisoteamos, destrozamos la moneda que es propia amarrándola a una
moneda extranjera, donde la patria está troceada en opiniones diferentes, donde
los jueces son parciales y los ladrones adalides del buen trato y las
honestidades, el principio que perece obviamente una redundancia, una
vulgaridad, una frase que sirve para que un canchero devuelva una mirada inquisidora,
se confirma en cada vuelta equivocada de una opinión pública que no es más que
una suma de individualidades social y equívocamente paridas desde la
ilegitimidad emparchada con la legalidad de leyes uy códigos con los que se
tensiona hasta que llega el escarmiento, en la aldea donde se tropieza no
solamente dos veces sino muchas veces con la misma piedra, ir y venir de las
aventuras de parir oligarquías y familias patricias todas truchas, financiadas
con abre y exclusión, porque unos cuantos no pocos se creen el cuento que con
esfuerzo y mérito se ocupan esos lugares que, ya se sabe, ocupan los otros,
esos que se hacen los distraídos y son ellos los que no tropiezan.
Frases hechas. Uno es dueño de
lo que calla y esclavo de las palabras que dice. Incuestionable principio aún
por la inversa, porque son de muy difícil ocurrencia las circunstancias, en la
que uno pueda ser dueño de lo que no calla y esclavo de las palabras que no
dice, o esclavo de lo que calla y dueño de lo que dice, lejos son más comunes
los errores por hablar de más en la vida de donde se queda uno engrampado de
las más difíciles circunstancias, incómodas comprometedoras, ridículas
situaciones que no exponen con los demás volviéndonos vulnerables, rompiendo la
sugerencia del silencio saludable, confirmando las sujeciones o las
subordinaciones a esas palabras de más que lo dejan a uno maldiciendo por
haberlas proferido, o quién me manda a hablar, para qué lo habré dicho si al
final la embromé, y cosas parecidas, por las que uno cae en la cuenta que es
más conveniente meterse en lo que no es directamente de su atinencia, opinando,
negando o confirmando sin fundamento la semiótica la semántica de los demás
mortales que andan cometiendo errores parecidos a los de uno confirmando
aquello que somos la única especie animal que tropezamos dos veces con la misma
piedra de alegorías y metáforas que pueden ser más útiles que las palabras que
se usan o no se usan, oportunamente.
Frases hechas. Ser o no ser. Resistir
a la perfidia al infundio al infortunio o entregarse mansamente al avance de
una maldad que cunde y que es más fuerte que toda la bondad que pueda
encontrarse en los infiernos que son más que los cielos terrenales, ser o no
ser esa es la cuestión, ser lo que se es o ser lo que se supone que se es, ser
el que se cree ser, ser el que se cree no ser, ser fuerte hacerse fuerte, en
los momentos adversos en los re versos de las suertes que tocan que se
mencionan como destinos, o marcar la resiliencia, o claudicar hacerse
vulnerable renunciar al imperio de los espíritus malignos que deambulan por los
rincones conocidos y desconocidos, ser resistente a los abominables designios
de lo desafortunado y on eso avanzar con resignaciones y obediencias, o ser frágil
receptor de las desventuras que pululan en campos espesuras o recintos en la
maraña de cosas que se llaman instituciones, ser o no ser esa es la cuestión, qué
es mejor qué cosa es peor, qué es lo malo qué es lo bueno, quién califica quién
arbitra quién arbitra, porque al final la hipocresía se esparce y contagia la
doble vara y el cinismo hermanan más que la línea imperceptible de la franqueza
la equidad y el pudor que son especies en extensión hace mucho tiempo.
Frases hechas. El vivo vive del
tonto y el tonto de su trabajo. De esta uno se acuerda muy frecuentemente,
cuando los acontecimientos de la vida nos hacen recordar lo poco que hacemos
por nuestras reivindicaciones, ocupados como andamos “buscando el mango para parar
la olla” o al menos dando estas explicaciones cuando alguien nos sacude
recordándonos nuestras inopias cuando el color de estos dramas pasan de castaño
oscuro, epígrafe que no queda circunscripto a su referencia con las
performances laborales que nos ahogan cotidianamente, sino que es válido en su
extensión a muchos de los otros aspectos cuya suma es la ridícula, estrecha,
ordinaria cosa que llamamos patria, que supuestamente nos hermana y nos
contiene, que no es más que un rejuntado de esos vivos que en número son unos
pocos no tan pocos que viven del tonto que son unos muchos que viven de su
trabajo, legalizados en sus desaguisados por normas y por instituciones que en
su mayoría son ilegítimas porque borran las fronteras entre derechos y deberes
entre individuos y lo social, y es por esto que nos encontramos con nepotismos
enquistados en todos los ámbitos empresarios y gubernativos, acomodados que
detentan cargos que más bien corresponderían a los otros que para eso hacen sus
méritos, tontos retintos que no hacen nada por sus reivindicaciones.
Frases hechas. A rio revuelto
ganancia de pescadores. Para los que somos de acá, lo saben y lo practican más
los de afuera que los de adentro, y adentro, lo saben y lo practican, más los
que tienen que los que no tienen lo que ya se sabe que es lo único que importa tener,
que importa al comienzo y al final de cada evaluación de la ética que también
se compra y se vende, para los que somos de acá, lo saben y lo practican, los
que no tienen pero que están convencidos que tienen más que los que no tienen y saben muy bien que no tienen, bueno, que
con las roscas, los líos, los embrollos, se benefician los que menos méritos
tienen o a propósito manipulan individualidades y también lo que ampulosamente
se llama opinión pública que no es más que un rejuntado de improvisados
opinando sobre lo que poco les importa que esté bien o esté sano, y se embroman
los que creen que hacen mérito con sus privaciones como si las privaciones
fueran de sus responsabilidades, es un principio que es posible confirmar en la
práctica, aunque a veces en la realidad no se vea muy claro de qué río se trata
de cuán revuelto está y por qué, ni quienes son los ganadores y quiénes los perdedores,
ni si los tiempos de corte para considerar ganadores y perdedores son los que
realmente importan, son los adecuados o los oportunos, pero que la vida está
plagada de ventajistas, oportunistas no pueden quedar muchas dudas, más para
esos vivos que comprenden aunque sea intuitivamente, que por estas razones en
la aldea somos la caricatura perfecta de lo que creemos que somos.
Frases hechas. El que ríe al
último ríe mejor. Y por ahí, a uno mismo se le sale la cadena, o se le empasta
la bujía, y comienza a festejar antes del final que puede ser un final cantado
que uno, mismo, en el entusiasmo no se da cuenta que puede ser, tranquilamente
advero, y uno se olvida y uno no advierte aquella vieja advertencia del que
será, será, la vida te lo dirá que será, será, por eso es mejor aguantarse un
poco y seguir la corriente de esperar el final o, directamente no reírse,
porque reírse es como levantar una apreciación un juicio de valor, opinar sin
autoridad vendría a ser porque después de todo quién es uno como para andar
riéndose del prójimo aunque el prójimo sea un desprolijo, una lija de esas, porque
por ahí lo que uno lleva en la mochila propia es más pesado que lo que lleva el
que puede ser objeto de esa burla del que ríe al último, que al final la vida
esa vida es como muy aburrida con eso de perder el tiempo riéndose de los
demás, al principio o al último.
Frases hechas. Mal de muchos
consuelo de tontos. Y la desgracia propia se mitiga si antes fue desgracia de
algunos otros, es más o menos lo que significa este viejo refrán, interpretado,
y cambiado unas cuantas veces, aunque siempre el eje sea que si otros han
padecido ya eso es un consuelo anticipado para el padecimiento propio, o propio
de una naturaleza humana predispuesta a exagerar los efectos de las malas contingencias
cuando se sufren en carne propia y a morigerarlos cuando les pasó a otros, que
es una naturaleza que tiene cualquiera, naturaleza en la que todos hermanados
corroboran con el tiempo, que los males son tantos como los bienes, y que
entonces no es cosa buena o aconsejable andar decayéndose por lo malo si
después de todo a cualquiera le pasa lo mismo, además que es de tontos
resignarse sin resistencia con la explicación que si les pasó a otros hay que
aceptar aunque se pueda hacer algo por cambiar la malaria.
Frases hechas Echar al muerto. Cambiar
de lugar, confundir el enfoque del que arbitra juzga o prejuzga, cambiar el
foco de los desencadenado, cambiar de lugar para que no aparezca lo que es o no
sea lo que parece, y alguna gente tiene naturalmente esa habilidad para sacarse
un problema de encima y encima adjudicárselo a otro para que ese otro se haga
cargo cuando tiene que ver indirecta o directamente cuando no tiene nada que
ver, una práctica hoy muy común en los ámbitos laborales y en los ámbitos donde
por algún motivo hay contratos en moneda o en especie, mirar para otro lado
después de una acción equivocada para que quien tenga que ponderarla crea la
historia del otro cuando haya que transmitírsela, esta vieja costumbre medieval
por la que pagaban el pato o un impuesto los habitantes del pueblo donde de
golpe aparecía un cadáver y entonces lo que se les ocurría antes que aparecieran
testigos o chismosos era echar el muerto en otra aldea, lo mismo que hacen los
hipócritas que se creen más de lo que son comúnmente paladares de cualquier
color creyéndose paladares negros, la mejor manera de sacarse la
responsabilidad adjudicándola a otro.
Frases hechas. El que toca nunca
baila. No bandearse que es como no salirse de las propias casillas, ubicarse,
primero con el rol que se tiene después probar con otros roles, plasmado en una
zamba conocida, en el mismo mismísimo estribillo de una zamba salteña conocida,
observación lúcida e incuestionable de dos cuestiones que son excluyentes
aunque las bandas y las murgas hagan las excepciones, pero en el ambiente
relajado de una pista de baile tipo años ´50 con orquestas de jazz y típica, o
en el ambiente con polvareda de una carpa carnavalesca o carnavalera, vale observación,
y por extensión, para algunas de las cuestiones agitadas de la vida misma, que
el que está en una no puede estar en la otra que hay circunstancias por las que
se impone una elección terminante, que no es más que eso, o es blanco o es
negro, n grises ni otros tonos parecidos, el que porta un instrumento no está
habilitado para bailar, es decir, para seguir con el ritmo de la bailanta que
se arma con la música que sea donde, el instrumento individualmente o con
otros, la hace posible, más aún, la admonición puede formar parte de un principio
que se conoce mucho aunque sea escasamente ejercitado que es el de no meterse de
comedido en cuestiones que no se conocen totalmente o se desconocen, que no por
conocer de una cosa se conoce la otra cosa por más que hay similitudes.
Frases hechas. Quien le pone el
cascabel al gato. No La conocía y entonces me la contó un amigo, con esa gracia
y vehemencia conque se cuentan y transmiten estas historias populares, que
entonces, dijo el ratón maestro de ceremonias a todas las ratas y ratones
presentes que así, como estamos cansados y asqueados todos los ratones y las
ratonas y los ratoncitos y la ratoncitas que el tipo siempre haga lo mismo, que
por ahí espere sigiloso y de pronto, aparezca de repente y se haga un festín
con algún hermano o hermana, deglutiéndolos como si fueran manjares, hacía la
propuesta ponía a consideración de la asamblea la moción, la idea, brillante idea,
de ponerle un cascabel alrededor del cuello, de modo que cuando el gato
caminara se supiera a la legua que era él, el que rondaba, tin tin Speedy
González, por el honor del honorable honorabilísimo Speedy González, tin tin que
esos ruidos los alertarían y evitarían, una o muchas o pocas, las lamentables
consecuencias que sus acciones provocaban y provocan en la población de ratones,
y que entonces, todos los ratones y ratonas entusiasmados vitoreaban y vociferaban,
sí tin tin sí tin tin, y comenzaron las deliberaciones que se extendieron por
horas, hasta que alguien, siempre hay alguien Speedy González, uno que se para
en un lugar distinto, alguien que la arregla uno que la arruina, uno que
preguntó a voz en cuello, uno que preguntó en voz alta, que preguntó de una
quién le pone el cascabel al gato, abriendo en la multitud un profundo silencio
entre los presentes y también entre los ausentes o escondidos detrás de
mamposterías y cortinas, porque nadie, pero nadie Speedy, se atrevió a
postularse de voluntario, y los sonidos del silencio esos sonidos del silencio
de las películas que se llaman algo parecido, se extendieron por infinitos
segundos, hasta que se fue disolviendo de a poco la asamblea trunca en su
resultados, y entonces todavía es hoy que se conoce la pregunta quién le pone
el cascabel al gato, y entonces y sabemos, hermanos y hermanos, que hay gatos y
gatos, y ratones, en esta existencia donde el bicho más raro de la naturaleza
somos nosotros, justo nosotros, egoístas egocéntricos concéntricos cínicos
vinílicos oblicuos codiciosos lujuriosos lustrosos, unos más predispuestos que
otros a pasar como gatos y otros a pasar como ratones, y que eso es, como se describe,
que los ratones andan con sus liviandades como si nada hasta que aparecen los
gatos y sus respectivas liviandades, y así, unos se comen a otros de distintas
formas.
Frases
hechas. De tal palo tal astilla. Me salió hecho y derecho se congratulan los
perdedores machistas festejando groserías de sus párvulos bobos en liturgias y
tertulias de cuarta, dando a entender que si el cándido es así hay que imaginar
cómo será el entendido que viene a ser el mismo presumido que utiliza esta
vieja admonición, que se usa indistintamente para bien o para mal, ocasionalmente
o en la cadena de sermones que acompañan la existencia de progenitores pesado y
repetitivos, como indicar que la virtud del que aprende es consecuencia directa
de la virtud del primero que le enseña en la larga lista de enseñadores que
pululan durante la infancia durante la adolescencia, como indicar que el vicio,
como se dijo, proviene de un primer transgresor que viene a ser un transgresor
senior por equipararlo con la jerga de los administradores de empresa, como
hacer la trazabilidad del delito que, irónicamente, puede servir para condenar
inocentes como comúnmente sucede, cuando no se condena otra delincuencia más
explícita que es el ejercicio de la portación de apellido que permite abrir
puertas y oportunidades.
Frases hechas. Pato rengo. Sinónimo
de debilitamiento de alguien que por razones ajenas a las propias ha quedado en
una posición de vulnerabilidad, obviamente después de un tiempo no
necesariamente corto de haber estado en posiciones opuestas de poder y de
fuerza para torcer la opinión de quienes ganan en un momento, justamente, el
poder y la fuerza no solamente para torcer la opinión de aquel sino también
para excluirlo de los círculos donde se pasean con investiduras y blasones, sinónimo
de la transformación de alguien de resistente en frágil cuando la resistencia y
no la fragilidad es la condición indispensable para el desempeño de desafíos en
conducciones que por lo general son políticas o sea, que afectan el destino o
el curso, de la vida muchos que dependen de la resistencia y no de la
fragilidad de los que toman las decisiones en nombre de las decisiones de
mayorías y también de minorías.
Frases hechas. Pueblo chico
inferno grande. La caldera del diablo, que el versero que siempre anda con sus
aventuras de pesca o caza como si fuera Gary Cooper filmando en el áfrica, que
las andanzas del fiolo en el cabaret de la luz rija, que el gigoló de moda que
dura poco, que la señora del peluquero es presumida, o la del jefe en la
empresa que le mete los cuernos al marido, que los niños de la vecina son
caprichosos y llorones, que en la soltería hay dos que son maricones o que a la
enfermera de la salita la dejó el novio con todo el ajuar comprado, que el
fulano asciende por chupamedias o que el intendente elije la más linda como
secretaria, de todos contra uno de uno contra todos en un infierno concurrido
por los que tienen defectos menos el que lo cuenta, donde se clausura el cielo
y el infierno se pasa a cielo abierto, el chismerío en la escala pueblerina
porque esto no es la confirmación que el chisme no existe en las áreas
metropolitanas donde por supuesto existe, aunque en la escala correspondiente, comentarios
maliciosos de puro malignos con tiempos que sobran, de envidiosos irremediables
de hipócritas de tiempo completo que eso sí, participan en todas las kermeses,
en todas las fiestas patronales, en todas las misas que el lengudo del cura
Martínez da los sábados y domingos.
Frases hechas. Como el culo. Un desencantado
habrá dado lugar a esta metáfora popular, aunque no es fácil ni de momento
seguirle el paso a ese origen, ni de la forma tradicional ni de la forma
moderna con wiki, pero un desencantado habrá sido para hacer tan precisa la
admonición de que a uno le fue o le irá a ir mal en algún cometido, algo que ni
el más pintado desea, andar meado por los perros es otra de las frases populares
para transmitir los resultados adversos de las encomiendas que por cuenta
propia o cuenta de terceros, son nuestras al fin, algún desencantado habrá sido
con la idea que el culo es repulsivo, un lugar feo de nuestro cuerpo, aunque
hay muchos que no piensan de esta manera especialmente en las ententes sexuales
y la imaginación se dispara con la calentura, porque la frase tiene una carga
que deja el remanente de que las cuestión no salió cuando menos como se
esperaba, y es más, que salió mal, muy mal, como el mismo culo, esa parte
propia que no vemos salvo un juego sofisticados de sofisticados espejos, aunque
bien la miramos en las confrontaciones de libidos y sensualidades, un
desencantado habrá dado lugar a la metáfora y, aunque se popularizó hace mucho
en la aldea, no pierde su vigencia en los tiempos modernos.
Frases hechas. No hay moros en
la costa. Una terminación con muchas interpretaciones o con muchas acepciones,
antigua admonición que con poco margen de error se usaba para alertar sobre la
presencia o ausencia de invasores moros no deseados en la península ibérica,
que ahora se usa familiarmente para adornar alguna confidencia infidencia de
adultos que los niños de casa no pueden conocer al menos por el momento, o para
señales de alerta de varones o mujeres infieles describiendo escenarios
despejados en el cortísimo plazo por damas celosas o maridos furtivos ante
presentimientos tremendos que no le interesan más que al propio deudo, o que,
en alguna extensión conveniente para los tiempos de globalización que se viven,
se podría usar tranquilamente para dar las señales que, momentáneamente al
menos, no están cerca esos hipócritas que funcionan en modo permanente de sacar
ventajas de las debilidades de cualquier prójimo, ventajas que en el ciento por
ciento de los casos son de carácter económico
aunque haya esfuerzos por mostrarlas a veces como ventajas religiosas.
Frases hechas. Unos nacen con
estrella otros nacen estrellados. Así las cosas unos están tocados por la
varita a otros los alcanzan las desgracias, más maldiciones que desdichas o más
adversidades que pestes, y entonces el destino es azarosos y desencanta la
confirmación que la mayoría nunca alcanza lo que supuestamente se viene a
alcanzar en el paso por el planeta, cuando se comprueba que hay estrellados y
estrellados, los que van con sus estrellas rutilantes y no les falla nada en el
curso y en el concurso de sus historia de sus historietas de sus rabietas, y
los que van de mal en peor y no la embocan una, hasta que llega el momento algún
momento, de caer en la cuenta que la presencia ausencia carencia de la estrella
es cosa de hombres, y no cosa de ángeles demonios o el espíritu santo, y que
esquivando a los hipócritas puntillosos que van por todos lados pregonando la
igualdad de oportunidades mientras la opulencia sea de ellos y la desgracia de
los demás, tal vez en algún momento la desgracia se vuelve un poco más
llevadera de lo que parece en no pocas oportunidades en una aldea donde
predominan las malas noticias sobre las buenas noticia y hay montones de
alienados que creen en los reyes magos.
Frases hechas. Hay que pegarle
al chancho para que aparezca el dueño. Atinada afirmación del folclore nacional
que confirma aquello que no hay que gastar pólvora en chimango o la
circunstancia que a veces hay que ir al grano de las cuestiones, o no matar al
mensajero que es apenas que el salvoconducto del intríngulis que llega, no
quedarse deslumbrado con lo accesorio si lo principal puede estar a mano, o
concluir con lo secundario si lo principal está cerca porque lo secundario
puede acarrear una decisión errónea y lo principal una decisión correcta, que
no vale el esfuerzo el desgaste en lo indirecto cuando se dispone también de lo
directo en la aclaración de un entongue en la resolución de un conflicto que a
simple vista aparece como de final imposible, la estrategia de exigir al que
está presente para que aparezca el ausente la táctica de agrandar lo de menos
para que el más, la verdad se rebele por sí sola como un presente un estado de
furia o simplemente una presencia inesperada, aumentar la confrontación con el
que está cerca para que aparezca el que está un poco más lejos, que aparezca la
certeza ahí nomás de la casualidad.
Frases
hechas. Cada carancho a su rancho. Textual de la internet una frase popular
formada por un adjetivo distributivo (cada); un sustantivo masculino singular
(carancho); una preposición (a); un pronombre posesivo de tercera persona
singular en función adjetiva (su) y un sustantivo masculino singular (rancho),
en alguna época común cuando terminaban las reuniones y uno o unos en
simultáneo casi aplaudiendo jugando con las palmas imponían el final de una
tertulia de una reunión de lo que fuera en la variedad de una vida social sin
televisión ni fibra óptica, una alegoría muy adecuada, si se actualizara y
retomara su uso para utilizar en cada oportunidad en que aparece alguno de esos
metinches que abundan y abundan metiéndose en la vida del otro como si la
propia fuera una pinturita que no merece observaciones, de los no oficiales y
de los oficiales como esos que se endilgan responsabilidades políticas como si
alguien se las atribuyera más allá de las ridiculeces de lo que en el sistema
se rotula democracia el libre albedrío
que no es tanto, teniendo en cuenta que la naturaleza del carancho remite a la
condición principal de bestia carroñera, que de pronto se alimenta con lo que
está en descomposición como si con eso no fuera suficiente condición para
evitar intromisiones intervenciones maliciosas en lo que fue pero dejó de ser
en forma irrevocable, buena la alegoría si la copiaran quienes se ocupan más en
opinar de lo que pasa afuera que adentro de sus despelotadas moradas que
cualquiera la tiene, incluidos los emperadores los operadores imperceptibles
que cada día deciden marcando el destino de cientos de miles de otros caranchos
que quizás andan entretenidos más en la vida de los demás que en la propia vida.
Frases hechas. Agua que no has
de beber déjala correr. Bueno sería que algo así les llegara un poco a las
almas de los codiciosos aunque este tipo de circulaciones no se cierran con
ósmosis, pero con imaginarlo no se pierde ni se gana nada, que los que reciben
de más por obra del orden establecido o del mero azar participen a los que
reciben de menos que es por los mismos motivos, motivos que no excluyen a nadie
aunque nadie se haga cargo de las miserias, y de las conductas miserables de
los que reciben mucho y quieren más y de los que reciben menos aunque sueñen
con recibir más, más allá de las trampas de un encofrado armado para que esto
no solamente no suceda, sino que además sea aceptado como el curso natural de actitudes
antinaturales como son las de privar a alguien de lo elemental con la razón de
una acumulación por la acumulación en sí misma, para evitar, si se puede, las aguas
duras, y por supuesto las aguas blandas.
Frases hechas. Los últimos serán
los primeros. Bueno por ahí es una admonición repetida y religiosa que a veces
se cumple y otras veces no se cumple nada, porque oportunidades o igualdades no
son precisamente escenarios que abunden y, cuando los hay, las facilidades para
llegar a lo que se quiere o aún peor a lo que se soñó no son tantas, y los
mecanismos o las dinámicas de seleccionar entre los primeros y los últimos
están llenos de vicios o defectos introducidos por los mismos portadores de esos
defecto y esas virtudes que además son también los que deben entrar al último o
primeros, y entonces los últimos no son los primeros y pasa que los primeros
son los últimos, y que no todos los últimos entran primero, que hay estaciones
intermedias, por lo menos manteniendo el sentido de una afirmación como esta
donde se sugiere sin mencionarlo, que adonde se quiere llegar es mejor de dónde
se está y que además en el transcurrir no hay posibilidades de acceso inmediato
para todos los postulantes y es entonces cuando hay que recurrir a esos
criterios detrás de los cuales los buenos o los que se porten bien entrarán
primero a los edenes y por descarte los malos se quedarán esterando, claro que
para decir quiénes son los buenos y quiénes son los malos hay que volver
nuevamente sobre los verdaderos buenos y malos.
cuentos del abuelo que no son más que cuentos que se van copiando a lo largo del tiempo
MIAMI.- Uno tiende a pensar que las canciones infantiles no son otra cosa que tradición oral de origen incierto, convertida en dominio público y, como consecuencia, creaciones exentas de todo reclamo propietario.
"Sobre el puente de Avignon", por ejemplo, es una canción francesa del siglo XV y alude al famoso puente medieval de Saint-Benézet, que se extendía sobre el Ródano. Y "Mambrú se fue a la guerra" fue compuesta en 1709, tras la Batalla de Malplaquet, donde Gran Bretaña y Francia se enfrentaron para dirimir la sucesión española. El Mambrú en cuestión era el duque de Marlborough, a quien los franceses creían muerto.
Pero nadie conoce la identidad de sus creadores y en algunos casos, como el de Mambrú, se sospecha que se trata de una melodía originalmente árabe, que llegó a Francia con las cruzadas.
No es el caso de "Happy Birthday To You" ("Feliz cumpleaños"), considerada por el libro Guinness de récords la canción más popular del mundo, entonada en los más variados niveles de disonancia y en una multitud de lenguas en aniversarios de bebes, adultos y ancianos, incluida en cajas de música, teléfonos celulares y tarjetas de aniversario, llevada al espacio como uno de los testimonios de la cultura del planeta Tierra y memorablemente cantada por Marilyn Monroe el 19 de mayo de 1962 (78 días antes de su suicidio) a su amante, el presidente John F. Kennedy, en una celebración multitudinaria en el Madison Square Garden.
"Happy Birthday To You" no sólo tiene un origen comprobado, sino que además tiene dueño y copyright, y es objeto de una fascinante batalla legal por lo que podría representar unos 2.000.000 de dólares anuales en concepto de derechos de autor.
La historia comienza en 1893, cuando las hermanas Mildred y Patty Smith Hill, maestras jardineras de Kentucky, confeccionaron un libro titulado Cuentos cantados para el j ardín de infantes, que fue publicado por la editorial Clayton F. Summy Co., de Chicago.
La primera canción del libro se titulaba "Buenos días a todos", pero durante un cumpleaños del que las hermanas participaron, Patty sugirió cambiar la letra de la canción por "Happy Birthday To You", como una manera de homenajear a la niña que ese día celebraba su aniversario.
Esto es, en realidad, lo que se supone, porque no existe documentación que establezca que la letra de "Happy Birthday To You", de apenas cuatro líneas, sea efectivamente autoría de Patty Smith.
En marzo de 1924, un editor llamado Robert H. Coleman publicó una versión de "Buenos días a todos", que incorporaba la letra de "Happy Birthday" como alternativa. Con el advenimiento del cine y de la radio, la canción alcanzó una extraordinaria popularidad.
En 1931, fue incluida en el musical The Band Wagon , de George S. Kaufman y Howard Dietz, que protagonizaron Fred Astaire y su hermana, Adele, y dos años más tarde, cuando la Western Union lanzó su primer telegrama cantado, eligió "Happy Birthday To You" como su primera canción.
Fue, precisamente, en 1933, cuando Irving Berlin volvió a usar la canción en su comedia musical As Thousands Cheer ( Mientras miles vitorean ) que Jessica Hill, la tercera de las hermanas Hill, decidió emprender acciones legales.
Tras demostrar la similitud entre la canción original y "Happy Birthday To You", Jessica Hill logró que una corte la autorizara a registrar la nueva versión, que obtuvo un copyright en 1934.
La compañía Summy de Chicago publicó la canción en 1935. Según la legislación en vigor, los derechos debían expirar en 28 años, pero el acta del derecho de autor sancionada en 1976 los extendió hasta 2010. Y en 1998, a propósito de una disputa en torno de una canción de Sonny Bono, la Corte Suprema norteamericana añadió 20 años más al derecho de autor, lo que prolongó el copyright sobre "Happy Birthday To You" hasta 2030.
Algunos expertos, como Robert Brauneis, de la Universidad George Washington, argumentan que si bien los méritos para registrar una canción popular son válidos, en el caso de "Happy Birthday To You", los argumentos se ven anulados por la inexistencia de pruebas fehacientes acerca de quién escribió la letra de la canción.
Si todo esto hace dudar al lector acerca de la conveniencia de cantar "Happy Birthday" la próxima vez que algún familiar cumpla años, a riesgo de que aparezca alguien de Sadaic a reclamar los royalties, tranquilícese. Las demandas sólo se aplican a la explotación comercial de la canción, no a las fiestas familiares.
(tradición conocida gracias a mario diament en una nación de 2009)
boludeces de humor negro que circulan
por el ciberespacio y por la calle
Hay un tipo gangoso sentado en un banco del Central Park de Nueva York,
en la noche de Nochebuena, cuando de pronto se acerca una dama y se
sienta a su lado. El tipo, que andaba solo, para romper el hielo le dice:
- ¡Ghola!
- ¡Ghola!
- ¿Ghos tanguien shos gangosa...?
- Shi.
- ¿Y haglás Eskañol?
- Shi.
- ¡Lo único que te jaltaria esh sher Arlgentina!
- Shi, shoy Arlgentina.
- ¡Uy! ¡Qué shuerte! ¡Yo tamguien shoy Arlgentino! Yo eskaba solo acá
shentado hoy que esh noche guena y jhusto akareciste vosh que tamguien
shos gangosa y Arlgentina. ¿Que te karece shi hacemos algo...?
- Gueno, ashi ninguno de los dosh she queda sholo.
Entonces se van los dos a cenar. Empiezan a charlar, a conocerse y se van
a pasar la Nochebuena en un Hotel. Se encaman, y luego de unas horas de
sexo, lujuria y placer se produce la siguiente conversación:
- Oguime, le dice la chica, tengho que confesharte algho.
- ¿Qué esh?
- Tengho Sida...
- ¡Ah...! ¡Güenísimo! ¡ ¡Yho tengho Pan Dulce!
ADN
ADN, los derechos y los ácidos. No sé mucho de los derechos a darse cuenta de que la privacidad es la privacidad y ninguna ley puede cambiar de una entidad de este tipo fuera de la condición humana, o la cosmética o la justificación de un derecho natural e inherente a lo esencial de nuestra más pura naturaleza, y que esto es como un apoyo a la vida antes de que otros principios, si uno trató de construir un sistema o establecer prioridad sobre lo que está aguas arriba o aguas abajo en este autodeterminada, y con independencia de tema o la implicación de otra u otras personas en esta iniciativa. Por supuesto, las líneas que marcan los espacios reales y virtuales en todo esto son muy indefinida ya veces hace que el avance hacia lo que aún no se sabe si se hiciese lo que con la eutanasia, o en un extremo opuesto a incurrir en errores extraordinarios como privar a alguien de libertad no recordar el número de identificación de la memoria o su look hippie de desgracia como lo fue para la Argentina en los años setenta. La intimidad es la intimidad y creo francamente que debemos estar de acuerdo - no palabrería - la mayoría de las personas que habitan este planeta, pero privacidad que no debe confundirse con el privado, como parte de nuestra personalidad es constitutiva, pero no es determinante de nuestra función social se despliega en una amplia gama de posibilidades, y luego sucede que alguien quiere meterse con nuestra privacidad sin una petición o similares , también puede ser individual más o menos dispuestos a compartir nuestra intimidad con uno u otro o directamente a no compartir. El que fue violada, sin duda, es herido en sustancia, sino la sociedad en su sistema como se señaló en ese caso a quien la lesión y, en general condenando la actitud, pero no heridos alivio al que sufre y en todo caso sólo contiene el enigma nunca es recuperada por el individual y así es como entrar en el gran área de gris que existe en esta materia que va del negro al blanco, ya la tercera, que, como grupo lo resolvemos nuestras lesiones socialmente con los que obtenemos asuma que sufrió una lesión en su intimidad somos que no participan, lo hacemos a veces y otras no ?, ¿cómo lo que otros entienden que debemos comprometernos con la privacidad de los demás, especialmente cuando la persona no solicita o cuando lo solicite expresamente, o si la persona no lo hace? ¿Por qué habría de lo que otros quieren ser y no es lo que debería ser? ¿Está bien que otra carga generacional se convierte en uno que pertenece a otra generación? ¿Hay alguien en el sistema con la capacidad de sopesar las decisiones íntimas no es socialmente perjudicial, ¿alguien puede obligar a otro para alterar las decisiones subjetivas? Aunque las costumbres argentinas como nos inclinamos a menudo para tomar el lugar de los dioses intimidad es la intimidad, y aunque se encuentran con la base para los que no se ve bien para obligar a alguien compulsivamente directa o indirectamente a someterse a las pruebas de ADN para determinar su por caso o formular objeciones si hay razones que podrían desencadenar acciones, para asegurarse de que la decisión de convertir esas características cualquiera de los términos de la ecuación esa es nuestra inherente e inviolable espléndida privacidad, o la totalidad de sus términos. En cuanto a la integridad, en su resolución y si las normas que puedan estar en ese sentido la estatura de su propia probidad es primero una decisión individual y la privación y si uno es conjunto y también con su entorno que no es perjudicial, no hay razón alguien puede reclamar el derecho a oponerse, porque de la misma manera que podría desafiar lo que creemos es posiblemente el otro, evidentemente, más de un lío armar estilo argentino con piquete y todo, y razones más legítimos distintos de los que se hicieron sobre si son incompatibles con ellos mismos, y mucho menos si éstos pertenecen al anuncio para la afiliación de uno mismo. ¿Cuántos ejemplos de problemas no resueltos en nuestra sociedad es sólo porque la gente elige para preservar su integridad? Debido a la dignidad, porque la vergüenza y la sobriedad son instintos independientes están en un nivel más alto que la evaluación externa de la honra o deshonra a sí mismo. ¿Es el voluntarismo honor individual una variable dependiente de otra u otras personas? Como el umbral de la identidad, es decir, antes mucho antes de la inexactitud probable de tercero para la medición de índices de audiencia muy personales y también por su forma de elección auto-mal es pre errores por proxy, tanto más si la información, comunicación o conocimiento se impregnan con un ácido rencor del árbitro.
historia argentina contemporánea
Fernando Peña
29.03.2008
Cristina, mucho gusto. Mi nombre es Fernando Peña, soy actor, tengo 45 años y soy uruguayo. Peco de inocente si pienso que usted no me conoce, pero como realmente no lo sé, porque no me cabe duda que debe de estar muy ocupada últimamente trabajando para que este país salga adelante, cometo la formalidad de presentarme. Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país... Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas. Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada. Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana, por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Mengele.Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó. Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel. Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada qué hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aun siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ése es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea como es su costumbre y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él. De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Fangio, Maradona y Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio. No me cabe duda de que usted lo logrará. También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no. La saluda cordialmente,Fernando Peña
para la memoria y la libertad - ni una palabra más
Es habitual en los últimos tiempos encontrarse con intelectuales y artistas (y también con periodistas)que se dicen cansados de un periodismo crítico de los Kirchner. "Todos se han puesto de acuerdo para hablar mal del Gobierno", se escuchó decir hace poco a un reconocido escritor argentino. ¿Por qué no se cansaron cuando los periodistas criticábamos a Carlos Menem, a Fernando de la Rúa, a Eduardo Duhalde y hasta a Raúl Alfonsín mismo, aunque en este último caso prevaleció siempre, es cierto, el natural cuidado de una democracia recién nacida? En realidad, aquellos fatigados confunden cansancio con coincidencia. Ellos están -y es su derecho- muy cerca del discurso del kirchnerismo, aun cuando les sea difícil unir discurso y realidad, a veces tan divorciados.
El problema no pasaría de ser un duelo inconcluso entre extenuados y resistentes si la solución que se ofrece no fuera extremadamente peligrosa. Lo que agota, dicen, es la opinión.
El periodismo debería limitarse a ser un transportador de informaciones asépticas y un comunicador de posiciones antagónicas con preponderancia de las oficiales, porque el Gobierno tiene la responsabilidad de conducir la nación política. Eso es lo que proponen. En castellano simple y directo: lo que buscan es un periodismo pasteurizado, integrado por mecanógrafos o relatores que deberían limitarse a contar una realidad compleja, impetuosa y cambiante. Imposible de digerir fácilmente, por lo tanto, para el ciudadano preocupado por las cosas rutinarias de su vida.
La primera contradicción surge cuando ninguno de aquellos fatigados alude a las opiniones que florecen en los huertos del kirchnerismo. Ministros, legisladores, periodistas amigos y hasta la Presidenta suelen opinar (¡y cómo!) sobre todo lo que les es adverso. Es, entonces, la opinión del periodismo independiente (sí, independiente) lo que cansa y estaría de más.
Resulta, sin embargo, que no hay una fórmula verdadera para el periodismo que no incluya su función crítica del poder. Un periodismo acrítico, esterilizado y descolorido no tiene ninguna razón para existir. Su posición crítica debe incluir, desde ya, a la oposición, en tanto ésta forma parte del poder actual o del poder futuro. Pero su función crítica (desde la opinión o desde la investigación) debe abarcar sobre todo al poder que gobierna la contingencia. La publicidad de los actos de gobierno corre por cuenta de los funcionarios y de los enormes recursos estatales para promocionarlos, distribuidos arbitrariamente en el caso que nos ocupa.
Un medio periodístico debe incluir también en sus páginas o en sus espacios la opinión (con la condición de que sea seria y responsable) de los que no coinciden con el punto de vista de ese medio de comunicación. La Nacion lo ha hecho hasta cuando se dio el debate por la nueva ley de medios: convocó a sus páginas a políticos e intelectuales que no coincidían con la posición editorial del diario. Es la obligación del periodismo. Pero el medio periodístico y los periodistas cuentan con el derecho ?y el deber? de tener una opinión determinada sobre los sucesos de la vida pública del país. ¿Acaso no dejaría de merecer el necesario respeto (y hasta carecería de la conveniente previsibilidad) un medio al que le diera lo mismo el derecho o el revés de las cosas, las políticas de un color o de otro y las buenas o las malas formas?
La opinión es libre, como dijo hace poco Cristina Kirchner, en una de sus pocas oraciones de aceptación de la libertad del otro. Con todo, el periodismo tiene algunos deberes junto con aquellos derechos. La información que sustenta su opinión debe ser veraz. El chequeo de las versiones es una práctica que jamás debe olvidarse y nunca debe prestarse a las detestables operaciones de prensa que el kirchnerismo frecuenta con más constancia que ningún otro grupo político. Honestidad personal y honestidad intelectual son los atributos que deben marcar el límite moral del periodismo. Es necesario también el cultivo de la coherencia: no hay nada más desconcertante para un lector desprevenido que un medio o un periodista que cambian sus opiniones en todas las esquinas de la vida.
En medio de ese debate, es perceptible la existencia de periodistas jóvenes que se preguntan si es conveniente coincidir con las opiniones de "la empresa" periodística en la que trabajan. Esto es nuevo y es viejo, al mismo tiempo. El kirchnerismo tiene una habilidad enorme para resucitar viejos fantasmas del pasado. Ese enredo muy antiguo entre la libertad de prensa y la "libertad de empresa" había dejado de existir hace más de treinta años.
Hagamos un ejercicio. ¿Por qué no cambiamos las preguntas? ¿Qué tiene de raro, por ejemplo, que un periodista concuerde con el medio en el que trabaja? ¿Acaso las empresas periodísticas no existen también gracias a la composición del buen periodismo? ¿Por qué esas empresas deberían tener, en los casos más notables al menos, intereses contradictorios con las mejores prácticas de la profesión? ¿No es preferible para este oficio de libertarios estar de acuerdo con un diario, donde pasamos parte de nuestras vidas, antes que con un gobierno de políticos pasteleros y fugaces?
La Argentina, en efecto, habita en el pasado. Ningún debate de los últimos meses ha llegado siquiera a la década del 80. ¿Qué hacía tal o cual periodista en 1976, 1977 o 1978? No hacíamos nada. Vivíamos bajo una dictadura y cada uno vivía de lo que podía y como podía. Sólo los que vivieron bajo el peso aplastante y gris de una dictadura saben que no había muchas más cosas para defender que pequeñas cuotas de dignidad. Hagamos de nuevo preguntas desde otro lugar: ¿acaso los únicos periodistas dignos fueron los exiliados o los que se comprometieron firmemente con organizaciones insurgentes de la década del 70? Esa sería, si fuera así, una conclusión injusta, discriminatoria e inaceptable. Otra cosa tan inaceptable como aquélla es la decisión política del Gobierno de cambiar la historia de cada uno de los que considera adversarios.
La síntesis ha llegado a la farsa: o se está con Kirchner o se estuvo con la dictadura.
Feas armas se han usado en los últimos tiempos. A muchos periodistas no les gusta ser protagonistas de esas emisiones de maldad que se emiten por canales oficiales o paraoficiales.
Es cierto que es difícil cuando la vida cambia y ya no se puede caminar con tranquilidad por la calle porque se está a la espera de una agresión verbal o física. Y es más arduo aún aguantar en silencio la insistencia de la calumnia y de la falsedad, repetida hasta el cansancio por los portavoces oficiosos del Gobierno.
Lo único bueno de todo esto es que no hay atajos: habrá que armarse de paciencia, sin resignar los derechos ni los deberes del periodismo. Asumamos también el riesgo de solitarios que corremos en la vía pública. Un periodista con custodia a su alrededor abandona automáticamente su condición de periodista. Dejemos las aparatosas custodias para que se pavoneen los funcionarios y algunos políticos.
Una vez le pregunté a Néstor Kirchner, en esos diálogos de los columnistas con los presidentes que son mitad reservados y mitad públicos, en tiempos en que los periodistas éramos como somos ahora y el ex presidente no había desenfundado un revólver permanente contra nosotros (sólo lo hacía de vez en cuando), cómo imaginaba su destino después del poder. No estaba preparado para esa pregunta. Miró el techo, demoró la respuesta y, al cabo de unos segundos largos como la eternidad, contestó: "Quisiera poder caminar tranquilo por la calle y que la gente común me saludara con un «buen día, doctor». No quiero más que eso". Tal vez dijo sólo lo que él creía que el periodista quería escuchar, como acostumbraba hacerlo, pero si entonces fue sincero ha decidido ahora llevarse por delante aquel proyecto, hasta incinerar su propia ilusión.
© LA NACION
noticias de babel
cuando los hombres dejan de entenderse sobrevienen las guerras
BBC
La última persona que hablaba la lengua Bo en las islas indias de Andamán, murió a la edad de 85 años, dijo a BBC una lingüista.
La profesora Anvita Abbi aseguró que la muerte de la señora Boa Sr es un hecho de importancia porque uno de las lenguas más antiguas había llegado a su fin.
Agregó que India perdió una "irremplazable" parte de su herencia cultural.
Los dialectos que se hablan en las islas Andamán se cree que se originaron en África.
Algunas tienen incluso 70.000 años de antigüedad.
Las islas son llamadas con frecuencia "el sueño de los antropólogos", ya que son una de las zonas del mundo con mayor diversidad lingüística.
Se acabó
La profesora Abbi –directora del portal en internet "Vanishing Voices of the Great Andamanese"- explicó: "Tras la muerte de sus padres, hace treinta o cuarenta años, Boa era la última persona que lo podía hablar".
Agregó que "estaba casi siempre sola y tuvo que aprender una versión de hindi que se habla en las islas para poder comunicarse con otra gente".
"Sin embargo, siempre tuvo muy buen sentido del humor… su sonrisa era muy fresca y sus carcajadas eran contagiosas".
La lingüista dijo que la muerte de Boa Sr es una pérdida para los científicos que quieren investigar más acerca de los orígenes de las lenguas antiguas, ya que perdieron una pieza vital del rompecabezas.
Hay una creencia general de que los idiomas que se hablan en las islas Andaman pudieran ser los últimos representantes de las lenguas que se hablaron en tiempos pre-neolíticos
Profesora Anvita Abbi
"Hay una creencia general de que los dialectos que se hablan en las Islas Andamán pudieran ser los últimos representantes de las lenguas que se hablaron en tiempos pre-neolíticos". Dijo la profesora Abbi.
"Se piensa que en las Islas Andaman estaban nuestros primeros ancestros", agregó.
El caso de Boa Sr fue destacado también por el grupo Survival International (SI).
"La extinción de la lengua Bo significa que una parte única de la sociedad es ahora sólo una memoria", dijo el director de SI, Stephen Corry.
"Enfermedades importadas"
La profesora Abbi dijo que dos dialectos de las Islas Andamán han muerto en los últimos tres meses y que esto es un tema que causa gran inquietud.
Los académicos han dividido a las tribus de Andamán en cuatro grandes grupos: los Gran Andamaneses, los Jarawa, los Onge, y los Sentineleses.
La profesora Anvita Abbi se hizo muy amiga de Boa Sr.
La profesora Abbi explicó que la mayoría de los habitantes de las Islas Andamán –con excepción de los Sentineleses-, han estado en contacto con indígenas "de tierra firme" y que por eso sufren "enfermedades importadas".
Dijo que los integrantes del grupo de los Gran Andamaneses son alrededor de 50, la mayoría niños, y que viven en la isla Strait, cerca de la capital, Port Blair.
Boa Sr formaba parte de esta comunidad, que está conformada por varias subtribus, en donde se hablan al menos cuatro lenguas.
Los Jarawa cuentan con alrededor de 250 miembros, y viven en la selva, en el centro de Andamán.
La comunidad de los Onge se cree que tiene no más de varios cientos.
"Nunca se ha establecido ningún contacto humano con los Sentineleses, y hasta el día de hoy, se han resistido a cualquier intervención foránea", agregó la profesora.
El destino de los Gran Andamaneses es lo que más preocupa a los académicos, porque los miembros de esa tribu dependen del gobierno indio para sus alimentos y alojamiento, y el alcohol se consume en grandes cantidades
la canción desesperada
en pedo querido neruda, en pedo
La canción desesperadaEmerge tu recuerdo de la noche en que estoy. El río anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los muelles en el alba. Es la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi corazón llueven frías corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! En ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti alzaron las alas los pájaros del canto. Todo te lo tragaste, como la lejanía. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! Era la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que ardía como un faro. Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! En la infancia de niebla mi alma alada y herida. Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! Hice retroceder la muralla de sombra, anduve más allá del deseo y del acto. Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te trizó como a un vaso. Era la negra, negra soledad de las islas, y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros. Oh la boca mordida, oh los besados miembros, oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos. Y la ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas comenzada en los labios. Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! Oh, sentina de escombros, en ti todo caía, qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron! De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste. De pie como un marino en la proa de un barco. Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Pálido buzo ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Es la hora de partir, la dura y fría hora que la noche sujeta a todo horario. El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. Abandonado como los muelles en el alba. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. Es la hora de partir. Oh abandonado!
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historias de camas
de diament
MIAMI.- Admitámoslo: si Hollywood hubiera tomado la historia del gobernador Mark Sanford y la hubiera llevado a la pantalla con Richard Gere y Julia Roberts, la gente habría necesitado una toalla para secarse las lágrimas.
¿Qué puede ser más conmovedor que una historia de amor alocado? El adusto gobernador de un estado igualmente adusto, casado con una mujer a cuya fortuna le debe su carrera, con cuatro hijos que puestos en fila trazan una perfecta diagonal, inesperadamente flechado por una porteña de ojos verdes.
¿Cómo contener el palpitar del corazón mientras escucha, como un murmullo distante, el parloteo de sus asesores? ¿Cómo desprenderse de las imágenes que obstinadamente se apoderan de su mente, desplazando cualquier otro pensamiento? Ella es el amor imposible, sí, pero también es el amor.
¿Quién puede sobreponerse al intenso aguijoneo de los recuerdos, a la memoria de la tierna sensación de sus besos, de la sensual curva de sus caderas, al contorno de sus pechos resplandeciendo en la penumbra?
¿Qué espíritu romántico podría dejar de admirar la osadía del gobernador de levantarse un buen día del sillón de su despacho, de la mesa cubierta de anteproyectos y decretos a la firma, de pliegos de presupuestos deficitarios e informes sobre seguridad interior, y dejarlo todo para correr hacia ella?
No le dijo nada a nadie. Nadie supo dónde estaba. Uno de sus asesores insinúa que el gobernador, agobiado por la presión de su trabajo, se ha ido a escalar las montañas Apalaches, como solía hacerlo cuando era chico.
Pero él está en otro lado, volando hacia una Buenos Aires invernal, sucia, intoxicada de debates sobre las inminentes elecciones.
Nada de esto lo amilana porque sabe que al final de ese purgatorio están las calles arboladas del barrio de Palermo, la puerta de cristal, la escultura en el vestíbulo de entrada, el portero somnoliento que baldea la vereda, el ascensor demasiado moroso y, finalmente, ella.
La cama retiene aún el calor de la noche y él se pierde en sus brazos, en sus labios, en el revuelo de su pelo y en las medias palabras que se emiten en el ardor de la pasión.
El amor, aunque efímero, ha triunfado. Mañana no importa. No importan la pretenciosa moralina de los periodistas, los desdeñosos comentarios de políticos rivales, el escándalo, la traición, el precipicio que se abre a sus pies. Nada de eso importa. El corazón ha triunfado.
Lástima que la realidad no tenga la armonía de la ficción literaria. Lástima que haya personajes tan perversos que sean capaces de apoderarse de un intercambio íntimo de correos electrónicos entre amigos y pasárselos anónimamente a la prensa. Lástima que hubo un periodista advertido esperándolo en el aeropuerto de Atlanta. Fin del encantamiento
Pero él no tiene derecho a lamentarse. Después de todo, cayó en el mismo error, debe reconocerlo, cuando cuestionó la "legitimidad moral" de Bill Clinton por su affaire con Mónica Lewinsky y reclamó su juicio político, o cuando criticó a un colega con una historia similar a la suya, diciendo que "violó el juramento a su esposa".
En este punto es donde Richard Gere desaparece y Mark Sanford retoma su rol. Aquí es donde el encantamiento se esfuma y lo que reaparece es la descarada institución del arrepentimiento político.
El gobernador hizo su mea culpa , como antes de él hicieron otros políticos. Las mismas palabras, la misma admisión de haber traicionado a todo el mundo. A su mujer, a sus hijos, a sus amigos, al electorado. Las conferencias de prensa son el confesionario de los funcionarios pecadores. Todo fue un desatino, una pérdida temporaria de la razón. El amor no importa. El corazón es un embaucador. Ahora lo comprende. Lo que importa es la misión, la fe religiosa, los deberes del funcionario.
Hubo otras desprolijidades, es cierto. El viaje anterior a la Argentina pagado con fondos públicos, el abandono de su función, el engaño respecto de su paradero. No exactamente la clase de comportamiento que uno esperaría de Richard Gere. Pero él se propone enmendar las faltas, reponer el dinero, ganar la absolución de su esposa, recuperar la confianza del público.
¿Qué pensará María, a solas en el departamento de Palermo, mirando a su amigo pedir perdón por televisión? ¿Pensará también que al amor es lo de menos?
antecedentes para la fundación de agharta
ADN, derechos y ácido.
No hay que saber mucho de derechos para darse cuenta que la intimidad es la intimidad y que ninguna ley modificará desde afuera semejante entidad de la condición humana, y que los que no lo tengan claro pueden cometer errores como privar de la libertad a alguien por su aspecto de hippie en desgracia como era para cualquier argentino en la década esa. La intimidad es la intimidad, y no está bueno retrotraer iniciativas parecidas a las de los setenta y obligar a alguien en forma directa o indirecta para averiguar su ADN por caso, porque si no hay lesión a la libertad del otro la intimidad es integridad y la estatura de la propia probidad es primero una decisión individual y privativa no de un tercero por más que se interponga una loable causa, la intimidad es dignidad y la contrición la vergüenza y la sobriedad son instintos independientes y se encuentran en una frecuencia diferente a la apreciación por parte de un tercero del propio honor o del destructivo deshonor, la intimidad es identidad, y en su forma de elección equivocarse por cuenta propia también es anterior a cometer errores por interpósitas personas, más aún más si la averiguación está impregnada de algún ácido rencor del tercero en discordia.